El vicepresidente Amado Boudou regresó ayer al país tras su gira por Centroamérica y a pesar de haber eludido a la prensa en el aeropuerto, seguirá en el centro de la escena política, judicial y mediática tras su procesamiento por presunta corrupción en la causa por el salvataje de la imprenta Ciccone. En el Congreso, su procesamiento fue el centro del debate. En la Cámara de Diputados, donde el Frente para la Victoria aceptó convocar a la comisión de juicio político para tratar los seis pedidos de la oposición; más allá de las discusiones y la vidriera mediática, el Frente para la Victoria tiene asegurado su rechazo, ya que en la comisión de Juicio Político posee una mayoría de 17 contra 14. La jefa del bloque oficialista, Juliana Di Tullio, no defendió la inocencia del vice pero cuestionó a los opositores por tener una “doble vara” y recalcó: “Tienen y tuvieron diputados procesados y han refutado esos procesamientos”.
En el Senado, las bancadas opositoras presentaron una nota solicitando que Boudou se tome licencia. La defensa del vice estuvo a cargo del salteño Rodolfo Urtubey. vocero del kirchnerismo, quien consideró “inaceptable” exigir una licencia de Boudou cuando “ni siquiera está condenado”. Aunque se recordaron en el recinto los ribetes escandalosos del caso, que le costó el puesto de procurador general Esteban Righi y que generó un conflicto del vice con el Administrador de la AFIP, Ricardo Echegaray, Urtubey sostuvo que “las acusaciones no tienen que ver con su desempeño en esta Cámara”. Boudou habría adquirido Ciccone a través de testaferros cuando era ministro de Economía. “No es un hecho parlamentario” dijo y, con una sonrisa sugirió que la Secretaría Administrativa enviara la nota a través de “un chasqui”. Con lenguaje jurídico, a pesar de tratarse de una decisión política, Urtubey cuestionó el auto de procesamiento, que calificó de “prehistórico” y dijo que “nos hace creer que una persona ha sido condenada”. A pesar de que se planteaba el “decoro que se exige a un vicepresidente”, el legislador afirmó que “el juicio oral ni siquiera empezó y hasta ahora solo conocemos los juicios de Dios mediáticos”. “No estamos ante ninguna situación que dispare ninguno de los supuestos que prevé el ordenamiento constitucional”, dijo y agregó que “no podemos tomar ninguna determinación hasta tanto no haya una acusación de la Cámara de Diputados; si lo hacemos, habremos prejuzgado ya que nos tocaría actuar como cámara juzgadora ante un eventual juicio político”. La acusación de Diputados, por ahora, es po co viable.
inicia sesión o regístrate.
El vicepresidente Amado Boudou regresó ayer al país tras su gira por Centroamérica y a pesar de haber eludido a la prensa en el aeropuerto, seguirá en el centro de la escena política, judicial y mediática tras su procesamiento por presunta corrupción en la causa por el salvataje de la imprenta Ciccone. En el Congreso, su procesamiento fue el centro del debate. En la Cámara de Diputados, donde el Frente para la Victoria aceptó convocar a la comisión de juicio político para tratar los seis pedidos de la oposición; más allá de las discusiones y la vidriera mediática, el Frente para la Victoria tiene asegurado su rechazo, ya que en la comisión de Juicio Político posee una mayoría de 17 contra 14. La jefa del bloque oficialista, Juliana Di Tullio, no defendió la inocencia del vice pero cuestionó a los opositores por tener una “doble vara” y recalcó: “Tienen y tuvieron diputados procesados y han refutado esos procesamientos”.
En el Senado, las bancadas opositoras presentaron una nota solicitando que Boudou se tome licencia. La defensa del vice estuvo a cargo del salteño Rodolfo Urtubey. vocero del kirchnerismo, quien consideró “inaceptable” exigir una licencia de Boudou cuando “ni siquiera está condenado”. Aunque se recordaron en el recinto los ribetes escandalosos del caso, que le costó el puesto de procurador general Esteban Righi y que generó un conflicto del vice con el Administrador de la AFIP, Ricardo Echegaray, Urtubey sostuvo que “las acusaciones no tienen que ver con su desempeño en esta Cámara”. Boudou habría adquirido Ciccone a través de testaferros cuando era ministro de Economía. “No es un hecho parlamentario” dijo y, con una sonrisa sugirió que la Secretaría Administrativa enviara la nota a través de “un chasqui”. Con lenguaje jurídico, a pesar de tratarse de una decisión política, Urtubey cuestionó el auto de procesamiento, que calificó de “prehistórico” y dijo que “nos hace creer que una persona ha sido condenada”. A pesar de que se planteaba el “decoro que se exige a un vicepresidente”, el legislador afirmó que “el juicio oral ni siquiera empezó y hasta ahora solo conocemos los juicios de Dios mediáticos”. “No estamos ante ninguna situación que dispare ninguno de los supuestos que prevé el ordenamiento constitucional”, dijo y agregó que “no podemos tomar ninguna determinación hasta tanto no haya una acusación de la Cámara de Diputados; si lo hacemos, habremos prejuzgado ya que nos tocaría actuar como cámara juzgadora ante un eventual juicio político”. La acusación de Diputados, por ahora, es po co viable.
Otra citación del juez Lijo
El vicepresidente Boudou fue citado por el juez Ariel Lijo, que lo procesó por cohecho y actividades incompatibles con su función pública, para mañana a las 10, para que amplíe su declaración indagatoria. Mientras, hoy los diputados de la comisión de Juicio Político se reunirán para analizar seis pedidos para enjuiciar al vicepresidente y con ello obligarlo a abandonar su cargo. Si bien fueron los abogados defensores quienes pidieron al magistrado una audiencia para que Boudou ampliara su testimonio, ayer quedó en duda que vaya a presentarse en el juzgado. Sucede que el pedido había sido enviado antes de que Lijo procesara al vice y ahora entenderían que otra declaración sería inútil. De todos modos, ayer trascendió que los abogados de Boudou, Eduardo Durañona y Diego Pirota, le advirtieron sobre la intrascendencia de presentarse a declarar con el procesamiento ya resuelto, quien tiene la última palabra es él.