Este mediodía, la joven Valentina Frías fue agredida verbal y físicamente por pasajeros de un carro tirado por un caballo al querer frenarlo cuando vio que se subían a él más de quince personas.
El hecho ocurrió en los alrededores del mercado Cofrutos, cuando Valentina, de 23 años, paseaba por las ferias de la zona y escuchó un alboroto de personas que cuestionaban cómo tanta gente podía subirse a un carro tirado por un caballo de muy mal aspecto. Incluso habían trepado bicicletas, según contaron testigos.
"Nadie se metía. Yo no sabía qué hacer a pesar de que eso es algo que veo las 24 horas de los 365 días del año. Por impulso me paré en la vereda temblando y les dije 'están faltando a una ley'. Me acerco un poco más y les vuelvo decir que eso no se hace. En ese instante empezaron a agredirme con insultos irreproducibles y una mujer llegó a bajarse, me quiso sacar la carpeta y cuando me agaché para recogerla comenzó a patearme".
Tal fue el relato de la joven a El Tribuno, momentos después de haber radicado la denuncia en la comisaría de San Remo si bien no pudo aportar datos que identificasen a la gente que llevaba el carro. Valentina había pedido ayuda en el momento de los hechos para que pudiesen seguir al carro pero la policía del lugar no pudo ayudarla y ella también sufrió un ataque de asma.
Problema sin solución
Hace una semana los carreros volvieron a estar en el centro de la escena luego de que vecinos del barrio Autódromo quisieron linchar a un frutero luego de que naciera y muriera el potrillo de su yegua en plena calle.
El hombre explotaba al animal a pesar de que estaba preñado y eso causó gran indignación de la población en general.
El hecho ocurrió en los alrededores del mercado Cofrutos, cuando Valentina, de 23 años, paseaba por las ferias de la zona y escuchó un alboroto de personas que cuestionaban cómo tanta gente podía subirse a un carro tirado por un caballo de muy mal aspecto. Incluso habían trepado bicicletas, según contaron testigos.
"Nadie se metía. Yo no sabía qué hacer a pesar de que eso es algo que veo las 24 horas de los 365 días del año. Por impulso me paré en la vereda temblando y les dije 'están faltando a una ley'. Me acerco un poco más y les vuelvo decir que eso no se hace. En ese instante empezaron a agredirme con insultos irreproducibles y una mujer llegó a bajarse, me quiso sacar la carpeta y cuando me agaché para recogerla comenzó a patearme".
Tal fue el relato de la joven a El Tribuno, momentos después de haber radicado la denuncia en la comisaría de San Remo si bien no pudo aportar datos que identificasen a la gente que llevaba el carro. Valentina había pedido ayuda en el momento de los hechos para que pudiesen seguir al carro pero la policía del lugar no pudo ayudarla y ella también sufrió un ataque de asma.
Problema sin solución
Hace una semana los carreros volvieron a estar en el centro de la escena luego de que vecinos del barrio Autódromo quisieron linchar a un frutero luego de que naciera y muriera el potrillo de su yegua en plena calle.
El hombre explotaba al animal a pesar de que estaba preñado y eso causó gran indignación de la población en general.
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Este mediodía, la joven Valentina Frías fue agredida verbal y físicamente por pasajeros de un carro tirado por un caballo al querer frenarlo cuando vio que se subían a él más de quince personas.
El hecho ocurrió en los alrededores del mercado Cofrutos, cuando Valentina, de 23 años, paseaba por las ferias de la zona y escuchó un alboroto de personas que cuestionaban cómo tanta gente podía subirse a un carro tirado por un caballo de muy mal aspecto. Incluso habían trepado bicicletas, según contaron testigos.
"Nadie se metía. Yo no sabía qué hacer a pesar de que eso es algo que veo las 24 horas de los 365 días del año. Por impulso me paré en la vereda temblando y les dije 'están faltando a una ley'. Me acerco un poco más y les vuelvo decir que eso no se hace. En ese instante empezaron a agredirme con insultos irreproducibles y una mujer llegó a bajarse, me quiso sacar la carpeta y cuando me agaché para recogerla comenzó a patearme".
Tal fue el relato de la joven a El Tribuno, momentos después de haber radicado la denuncia en la comisaría de San Remo si bien no pudo aportar datos que identificasen a la gente que llevaba el carro. Valentina había pedido ayuda en el momento de los hechos para que pudiesen seguir al carro pero la policía del lugar no pudo ayudarla y ella también sufrió un ataque de asma.
Problema sin solución
Hace una semana los carreros volvieron a estar en el centro de la escena luego de que vecinos del barrio Autódromo quisieron linchar a un frutero luego de que naciera y muriera el potrillo de su yegua en plena calle.
El hombre explotaba al animal a pesar de que estaba preñado y eso causó gran indignación de la población en general.
El hecho ocurrió en los alrededores del mercado Cofrutos, cuando Valentina, de 23 años, paseaba por las ferias de la zona y escuchó un alboroto de personas que cuestionaban cómo tanta gente podía subirse a un carro tirado por un caballo de muy mal aspecto. Incluso habían trepado bicicletas, según contaron testigos.
"Nadie se metía. Yo no sabía qué hacer a pesar de que eso es algo que veo las 24 horas de los 365 días del año. Por impulso me paré en la vereda temblando y les dije 'están faltando a una ley'. Me acerco un poco más y les vuelvo decir que eso no se hace. En ese instante empezaron a agredirme con insultos irreproducibles y una mujer llegó a bajarse, me quiso sacar la carpeta y cuando me agaché para recogerla comenzó a patearme".
Tal fue el relato de la joven a El Tribuno, momentos después de haber radicado la denuncia en la comisaría de San Remo si bien no pudo aportar datos que identificasen a la gente que llevaba el carro. Valentina había pedido ayuda en el momento de los hechos para que pudiesen seguir al carro pero la policía del lugar no pudo ayudarla y ella también sufrió un ataque de asma.
Problema sin solución
Hace una semana los carreros volvieron a estar en el centro de la escena luego de que vecinos del barrio Autódromo quisieron linchar a un frutero luego de que naciera y muriera el potrillo de su yegua en plena calle.
El hombre explotaba al animal a pesar de que estaba preñado y eso causó gran indignación de la población en general.