La movilización "Ni una menos" quiere conciencia sobre el femicidio, patología del lazo social que tienen con sus mujeres algunas virilidades sintomáticas de los victimarios.
Salta está sospechada en un informe académico de actitudes sexistas, como la discriminación en la averiguación de lo que pasó en casos de femicidios. Así lo concluye el estudio del Ministerio de Salud de la Nación, titulado "Análisis de la mortalidad por causas externas y su relación con la violencia contra las mujeres", dirigido por la investigadora de la Facultad de Psicología de la UBA, Ana María Fernández.
La investigación -mapeo nacional del problema- revela que Salta y Jujuy tienen cuatro veces más de suicidios que homicidios y que esas autoagresiones son investigadas con prejuicios y estereotipos de la cultura patriarcal y, sin embargo, podrían ser femicidios encubiertos.
El feminicidio es la nueva nomenclatura presentada en una sociedad que tiene malestar por las diferencias sexuales. El varón, que ensangrenta lo distinto, no hace una "guerra entre los sexos". El patriarca posmoderno es trágico, cree que la dama es suya porque existe "La Mujer", en grado superlativo. Por la lógica femenina y diferente, la extermina como amenaza a su potencia viril. Pierde la brújula masculina.
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La movilización "Ni una menos" quiere conciencia sobre el femicidio, patología del lazo social que tienen con sus mujeres algunas virilidades sintomáticas de los victimarios.
Salta está sospechada en un informe académico de actitudes sexistas, como la discriminación en la averiguación de lo que pasó en casos de femicidios. Así lo concluye el estudio del Ministerio de Salud de la Nación, titulado "Análisis de la mortalidad por causas externas y su relación con la violencia contra las mujeres", dirigido por la investigadora de la Facultad de Psicología de la UBA, Ana María Fernández.
La investigación -mapeo nacional del problema- revela que Salta y Jujuy tienen cuatro veces más de suicidios que homicidios y que esas autoagresiones son investigadas con prejuicios y estereotipos de la cultura patriarcal y, sin embargo, podrían ser femicidios encubiertos.
El feminicidio es la nueva nomenclatura presentada en una sociedad que tiene malestar por las diferencias sexuales. El varón, que ensangrenta lo distinto, no hace una "guerra entre los sexos". El patriarca posmoderno es trágico, cree que la dama es suya porque existe "La Mujer", en grado superlativo. Por la lógica femenina y diferente, la extermina como amenaza a su potencia viril. Pierde la brújula masculina.