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La Habana, escenario de una cita histórica

Viernes, 12 de febrero de 2016 18:01
<div>El papa Francisco, de la iglesia católica, y el patriarca Kirill, de la iglesia ortodoxa rusa.</div><div>
El papa Francisco se encontró hoy en La Habana, entre besos y abrazos, con el patriarca ruso Kirill, en la primera cita cargada de simbolismo que sostienen los líderes del cristianismo de Occidente y Oriente desde el milenario cisma.
"Finalmente nos encontramos. Somos hermanos", dijo Francisco al encontrar al patriarca ruso. "Está claro que este encuentro es la voluntad de Dios", agregó.
Los líderes religiosos se mostraron muy cordiales antes de sentarse a charlar ante los destellos y el ruido de las cámaras.
Francisco aterrizó en la capital cubana hacia las 14.00 locales (19.00 GMT) para la trascendental cita con Kirill (69 años), quien había llegado un día antes en visita oficial a Cuba.
El papa argentino, de 79 años, estuvo en La Habana unas tres horas antes de seguir rumbo a un México azotado por la violencia del narcotráfico, donde realizará su duodécimo viaje apostólico.
"Esto es un viaje colmado por compromisos, que ha sido deseado por mi hermano Kirill, por mí y por los mexicanos", dijo el Papa a los periodistas que viajan con él en el avión.
Francisco fue recibido por el presidente Raúl Castro, un ateo comunista de 84 años, quien oficia como anfitrión y facilitador de este histórico acercamiento dentro del mundo cristiano.
Los líderes religiosos, que representan a unos 1.330 millones de cristianos, entre católicos (la gran mayoría) y ortodoxos rusos, se reunieron en una sala del mismo aeropuerto José Martí, y al final de su charla suscribieron una declaración conjunta.
Su encuentro reviste un carácter único por ser el primero entre los representantes de las dos mayores alas del cristianismo desde la fractura de 1054.
Pero este encuentro en Cuba, donde el Estado fue oficialmente ateo entre 1976 y 1992 antes de proclamarse laico, trasciende lo religioso.
Las dos grandes Iglesias cristianas ven con preocupación la violencia del radicalismo islámico y la persecución contra los cristianos, tanto católicos como ortodoxos, en Medio Oriente y en el norte y centro de África.
Entre los factores que han creado el clima propicio al acercamiento hay que considerar, además de la predisposición de Francisco, manifestada desde el inicio de su pontificado, la situación de emergencia que viven muchos cristianos en la "tercera guerra mundial a pedazos" que el Papa no se cansa de denunciar.
"Cuando cristianos de diversas confesiones sufren juntos, unos al lado de los otros, y se prestan los unos a los otros ayuda con caridad fraterna, se realiza el ecumenismo del sufrimiento, se realiza el ecumenismo de sangre", había dicho Francisco en 2014.

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El papa Francisco se encontró hoy en La Habana, entre besos y abrazos, con el patriarca ruso Kirill, en la primera cita cargada de simbolismo que sostienen los líderes del cristianismo de Occidente y Oriente desde el milenario cisma.
"Finalmente nos encontramos. Somos hermanos", dijo Francisco al encontrar al patriarca ruso. "Está claro que este encuentro es la voluntad de Dios", agregó.
Los líderes religiosos se mostraron muy cordiales antes de sentarse a charlar ante los destellos y el ruido de las cámaras.
Francisco aterrizó en la capital cubana hacia las 14.00 locales (19.00 GMT) para la trascendental cita con Kirill (69 años), quien había llegado un día antes en visita oficial a Cuba.
El papa argentino, de 79 años, estuvo en La Habana unas tres horas antes de seguir rumbo a un México azotado por la violencia del narcotráfico, donde realizará su duodécimo viaje apostólico.
"Esto es un viaje colmado por compromisos, que ha sido deseado por mi hermano Kirill, por mí y por los mexicanos", dijo el Papa a los periodistas que viajan con él en el avión.
Francisco fue recibido por el presidente Raúl Castro, un ateo comunista de 84 años, quien oficia como anfitrión y facilitador de este histórico acercamiento dentro del mundo cristiano.
Los líderes religiosos, que representan a unos 1.330 millones de cristianos, entre católicos (la gran mayoría) y ortodoxos rusos, se reunieron en una sala del mismo aeropuerto José Martí, y al final de su charla suscribieron una declaración conjunta.
Su encuentro reviste un carácter único por ser el primero entre los representantes de las dos mayores alas del cristianismo desde la fractura de 1054.
Pero este encuentro en Cuba, donde el Estado fue oficialmente ateo entre 1976 y 1992 antes de proclamarse laico, trasciende lo religioso.
Las dos grandes Iglesias cristianas ven con preocupación la violencia del radicalismo islámico y la persecución contra los cristianos, tanto católicos como ortodoxos, en Medio Oriente y en el norte y centro de África.
Entre los factores que han creado el clima propicio al acercamiento hay que considerar, además de la predisposición de Francisco, manifestada desde el inicio de su pontificado, la situación de emergencia que viven muchos cristianos en la "tercera guerra mundial a pedazos" que el Papa no se cansa de denunciar.
"Cuando cristianos de diversas confesiones sufren juntos, unos al lado de los otros, y se prestan los unos a los otros ayuda con caridad fraterna, se realiza el ecumenismo del sufrimiento, se realiza el ecumenismo de sangre", había dicho Francisco en 2014.

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