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Silvio Rodríguez presenta sus "amoríos"

Miércoles, 03 de febrero de 2016 21:43
En el flamante álbum del trovador cubano, canta acompañado de un cuarteto de jazz.
Un repertorio casi exclusivamente atravesado por vivencias de sus relaciones con mujeres, que compuso entre 1967 y 1980 pero que nunca había registrado, conforman "Amoríos", el flamante álbum del trovador cubano Silvio Rodríguez, donde canta acompañado por un cuarteto de jazz.

Para dar forma a su decimonoveno disco en solitario en cuatro décadas de trayectoria (el primero fue "Días y flores", de 1975), el artista recurrió a historias románticas que tributan a mujeres que bien valieron una canción.
Y sobre ese territorio que Rodríguez maneja con maestría a partir de una magia forjada en altas dosis de talento, consecuencia y compromiso, ahora es posible hallar nuevas señales de su cancionero.

"Con 'Amoríos' me propuse juntar canciones de ese otro tipo de amor que también nos resulta imprescindible", comentó en diciembre pasado durante un concierto de presentación de la placa en el Museo de Bellas Artes de La Habana. Para Silvio "ese otro tipo de amor" es el de unos vínculos de pareja desde los que esquiva casi por completo las referencias sociales y políticas, gran afluente y motivador de una obra que lo ha colocado como presencia decisiva en la música popular iberoamericana.

Aún así, el autor de gemas imprescindibles como "Historia de la silla", "Canción del elegido", "Te doy una canción" y "El necio", por citar apenas algunas de una producción imponente, ratifica el pulso de una pluma donde una vez más el lirismo le gana la batalla a la vulgaridad y al mero reporte romántico. "El disco -avisó 10 meses atrás durante una entrevista con Télam- habla de relaciones que fueron más o menos pasajeras, pero no superficiales, porque todas dejaron testimonio".

Y esas huellas, retomadas y, en algunos casos, retocadas, adquieren un tinte singular al estar musicalmente interpretadas junto a un delicado cuarteto jazzero de orígen cubano. Así, a distancia de "Segunda cita", su anterior trabajo que publicó en 2010, la voz del artista, de 69 años, se pone al servicio de unas evocaciones amorosas que le colocan alas al bastardeado repertorio romántico de consumo masivo.

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Un repertorio casi exclusivamente atravesado por vivencias de sus relaciones con mujeres, que compuso entre 1967 y 1980 pero que nunca había registrado, conforman "Amoríos", el flamante álbum del trovador cubano Silvio Rodríguez, donde canta acompañado por un cuarteto de jazz.

Para dar forma a su decimonoveno disco en solitario en cuatro décadas de trayectoria (el primero fue "Días y flores", de 1975), el artista recurrió a historias románticas que tributan a mujeres que bien valieron una canción.
Y sobre ese territorio que Rodríguez maneja con maestría a partir de una magia forjada en altas dosis de talento, consecuencia y compromiso, ahora es posible hallar nuevas señales de su cancionero.

"Con 'Amoríos' me propuse juntar canciones de ese otro tipo de amor que también nos resulta imprescindible", comentó en diciembre pasado durante un concierto de presentación de la placa en el Museo de Bellas Artes de La Habana. Para Silvio "ese otro tipo de amor" es el de unos vínculos de pareja desde los que esquiva casi por completo las referencias sociales y políticas, gran afluente y motivador de una obra que lo ha colocado como presencia decisiva en la música popular iberoamericana.

Aún así, el autor de gemas imprescindibles como "Historia de la silla", "Canción del elegido", "Te doy una canción" y "El necio", por citar apenas algunas de una producción imponente, ratifica el pulso de una pluma donde una vez más el lirismo le gana la batalla a la vulgaridad y al mero reporte romántico. "El disco -avisó 10 meses atrás durante una entrevista con Télam- habla de relaciones que fueron más o menos pasajeras, pero no superficiales, porque todas dejaron testimonio".

Y esas huellas, retomadas y, en algunos casos, retocadas, adquieren un tinte singular al estar musicalmente interpretadas junto a un delicado cuarteto jazzero de orígen cubano. Así, a distancia de "Segunda cita", su anterior trabajo que publicó en 2010, la voz del artista, de 69 años, se pone al servicio de unas evocaciones amorosas que le colocan alas al bastardeado repertorio romántico de consumo masivo.

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