A fines de abril empezó a implementarse el programa en un salón que tiene capacidad para 12 personas en la subcomisaría de Castañares.
El Tribuno visitó el lugar para dialogar con los que deben recurrir a este albergue para pasar el otoño y el invierno. En base a sus testimonios se puede decir que el refugio de Castañares ya no recibe exclusivamente a personas indigentes o a las que están en situación de calle desde hace mucho tiempo.
Este año comenzó a llegar más gente con otras historias de vida. "Acá ya no vienen solamente los indigentes. También viene gente que no tiene dónde vivir y necesita un lugar para descansar, bañarse y tomar algo caliente para arrancar el nuevo día", dijo el aspirante Chiliguay.
Un 50 por ciento de las personas que pasan la noches en el albergue llegan allí porque se quedaron sin un ingreso fijo y ya no pueden alquilar. Ahí duermen y salen todas las mañanas a buscar una changa en la construcción, por ejemplo.
Entonces, comenzó a refuncionalizarse el espacio destinado al operativo. Actualmente, son solo 12 lugares y están casi completos. Cuando haga más frío, podrían empezar a faltar lugares. Si llegan más personas deberán tirar colchones en el piso como ya se hizo algunas veces antes.
Uno de los hombres que venían durmiendo en el lugar consiguió una changa y, cuando la cobró, organizó una choripaneada para todos.
Más cambios
El Operativo Abrigo tiene un reglamento por el que las personas beneficiarias ingresaban a las 20 y se retiraban a la mañana.
Hoy, la modalidad es más flexible y hay personas que se quedan todo el día. Tres aspirantes trabajan para asistirlos y contenerlos.
En el corto plazo se plantea otro problema. Como la mitad de la gente no está allí por el frío, cuando sea el tiempo de concluir con el operativo, no saben a dónde encontrarán otro techo para pasar las noches.
Es justamente gente que se está quedando sin empleo ni otra forma de sostenerse y, al ser tan reciente el fenómeno, el Estado aún no encontró forma de asistirlos.
El Operativo Abrigo se creó en 1996, cuando la Policía de la Provincia puso a disposición lugares y centros de recolección de ropa o frazadas para combatir al frío.
Articulación
Desde la subcomisaría salieron a agradecer por el trabajo articulado con las otras instituciones del medio.
Cada vez que ingresa una persona, tiene que pasar por la revisión médica de la salita de Castañares para detectar y prevenir enfermedades.
Además, desde la Policía agradecieron a las iglesias del barrio y a la escuela, organizaciones con las que conformaron la denominada Red Zona Norte.
El operativo se comenzó a realizarse a mediados de la década del 90, cuando la Policía acondicionó lugares para asistir a las personas en noches de frío. Desde entonces se fue consolidando.
El detalle de lo que se ofrece
También tienen un ropero comunitario y piden ayuda
inicia sesión o regístrate.
A fines de abril empezó a implementarse el programa en un salón que tiene capacidad para 12 personas en la subcomisaría de Castañares.
El Tribuno visitó el lugar para dialogar con los que deben recurrir a este albergue para pasar el otoño y el invierno. En base a sus testimonios se puede decir que el refugio de Castañares ya no recibe exclusivamente a personas indigentes o a las que están en situación de calle desde hace mucho tiempo.
Este año comenzó a llegar más gente con otras historias de vida. "Acá ya no vienen solamente los indigentes. También viene gente que no tiene dónde vivir y necesita un lugar para descansar, bañarse y tomar algo caliente para arrancar el nuevo día", dijo el aspirante Chiliguay.
Un 50 por ciento de las personas que pasan la noches en el albergue llegan allí porque se quedaron sin un ingreso fijo y ya no pueden alquilar. Ahí duermen y salen todas las mañanas a buscar una changa en la construcción, por ejemplo.
Entonces, comenzó a refuncionalizarse el espacio destinado al operativo. Actualmente, son solo 12 lugares y están casi completos. Cuando haga más frío, podrían empezar a faltar lugares. Si llegan más personas deberán tirar colchones en el piso como ya se hizo algunas veces antes.
Uno de los hombres que venían durmiendo en el lugar consiguió una changa y, cuando la cobró, organizó una choripaneada para todos.
Más cambios
El Operativo Abrigo tiene un reglamento por el que las personas beneficiarias ingresaban a las 20 y se retiraban a la mañana.
Hoy, la modalidad es más flexible y hay personas que se quedan todo el día. Tres aspirantes trabajan para asistirlos y contenerlos.
En el corto plazo se plantea otro problema. Como la mitad de la gente no está allí por el frío, cuando sea el tiempo de concluir con el operativo, no saben a dónde encontrarán otro techo para pasar las noches.
Es justamente gente que se está quedando sin empleo ni otra forma de sostenerse y, al ser tan reciente el fenómeno, el Estado aún no encontró forma de asistirlos.
El Operativo Abrigo se creó en 1996, cuando la Policía de la Provincia puso a disposición lugares y centros de recolección de ropa o frazadas para combatir al frío.
Articulación
Desde la subcomisaría salieron a agradecer por el trabajo articulado con las otras instituciones del medio.
Cada vez que ingresa una persona, tiene que pasar por la revisión médica de la salita de Castañares para detectar y prevenir enfermedades.
Además, desde la Policía agradecieron a las iglesias del barrio y a la escuela, organizaciones con las que conformaron la denominada Red Zona Norte.
El operativo se comenzó a realizarse a mediados de la década del 90, cuando la Policía acondicionó lugares para asistir a las personas en noches de frío. Desde entonces se fue consolidando.