¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

21 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Garrafas: salen más caras y no se venden

Lunes, 23 de mayo de 2016 01:30
Los vecinos compran garrafas en la distribuidora. 
La suba indiscriminada de los precios en los combustibles sigue castigando el bolsillo de los salteños. El caso de las garrafas es uno de los que plantea mayores complicaciones, especialmente para las familias con menores ingresos.
El gas envasado está subiendo poco a poco y no se descartan alzas más fuertes a partir de la llegada del frío de la última semana.
Es una paradoja que se vive desde hace muchos años. Los más pobres son los que más caro pagan el gas.
El Tribuno salió a recorrer los barrios de la ciudad y encontró que el precio más caro de una garrafa de 10 kilos está en una de las barriadas con mayores privaciones. En villa Floresta la garrafa cuesta 150 pesos, en uno de los pocos comercios que la vende.
Unas cuadras más abajo, sobre la avenida Delgadillo al 800, el mismo producto cuesta 120 pesos.
Durante el relevamiento se constató que en el macrocentro es más barato el precio del cilindro, justamente donde las casas tiene conexiones a redes de gas natural.
En Salta, por cierto, está vigente un convenio entre el Gobierno provincial y las empresas que fija el precio de las garrafas de 10 kilos a 90 pesos. A través del Plan Hogar, los beneficiarios reciben 77 pesos de la Anses para la compra, por lo que solo se deben poner 13 pesos. Por semana se organiza un cronograma de distribución en los barrios de Salta.
No obstante, no todos los vecinos acceden y a muchos no les que otra más que pagar el precio que se ofrece en locales de los barrios.
En villa Chartas, en la avenida Coronel Vidt, un comercio vende la garrafa a 130 pesos. Una de las personas que allí atiende confirmó que el lunes de la semana pasada volvieron a aumentar el precio. "Se hace cada vez más difícil trabajar con las garrafas porque los distribuidores aumentan los precios todas las semanas. Entonces, nosotros estamos absorbiendo las pérdidas por que ya la gente no puede comprar más cara. Ya se está volviendo un negocio poco rentable", dijo la mujer que atiende. Además, aseguró que el dueño hasta el año pasado tenía tres proveedores y que en la actualidad solo trabaja con uno. En la zona oeste hay muy pocos negocios que venden garrafas porque los márgenes de ganancia son insignificantes.
En una vasta zona solo hay un negocio. Un kiosco en Palermo, de la avenida Hipódromo Argentino. Es uno de esos locales que tiene de todo, pero que dentro de poco dejará de vender gas si siguen las cosas como hasta ahora.
Menos rentable
"Acá viene el camión de la distribución y la semana pasada ya nos dejaba la garrafa a 115 pesos. Yo la sigo vendiendo a 130 pesos, pero mi margen es de 15 pesos y yo me pregunto si vale la pena trabajar en eso. No me mueve la aguja la venta de garrafas", dijo la mujer del mostrador.
La situación para la kiosquera es desalentadora ya que paga de contado. Y la rentabilidad es insignificante. La semana que pasó hizo bajar 6 garrafas de las cuales no vendió ninguna. "Si la semana que comienza aumenta de nuevo ya dejo la venta", dijo la comerciante barrial.
Si esa mujer deja de vender, muchas familias del oeste deberán esperar los miércoles la garrafa social en la plaza de Palermo. O ir hasta las plantas del sudeste a comprar las garrafas que cuestan 80 pesos.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
La suba indiscriminada de los precios en los combustibles sigue castigando el bolsillo de los salteños. El caso de las garrafas es uno de los que plantea mayores complicaciones, especialmente para las familias con menores ingresos.
El gas envasado está subiendo poco a poco y no se descartan alzas más fuertes a partir de la llegada del frío de la última semana.
Es una paradoja que se vive desde hace muchos años. Los más pobres son los que más caro pagan el gas.
El Tribuno salió a recorrer los barrios de la ciudad y encontró que el precio más caro de una garrafa de 10 kilos está en una de las barriadas con mayores privaciones. En villa Floresta la garrafa cuesta 150 pesos, en uno de los pocos comercios que la vende.
Unas cuadras más abajo, sobre la avenida Delgadillo al 800, el mismo producto cuesta 120 pesos.
Durante el relevamiento se constató que en el macrocentro es más barato el precio del cilindro, justamente donde las casas tiene conexiones a redes de gas natural.
En Salta, por cierto, está vigente un convenio entre el Gobierno provincial y las empresas que fija el precio de las garrafas de 10 kilos a 90 pesos. A través del Plan Hogar, los beneficiarios reciben 77 pesos de la Anses para la compra, por lo que solo se deben poner 13 pesos. Por semana se organiza un cronograma de distribución en los barrios de Salta.
No obstante, no todos los vecinos acceden y a muchos no les que otra más que pagar el precio que se ofrece en locales de los barrios.
En villa Chartas, en la avenida Coronel Vidt, un comercio vende la garrafa a 130 pesos. Una de las personas que allí atiende confirmó que el lunes de la semana pasada volvieron a aumentar el precio. "Se hace cada vez más difícil trabajar con las garrafas porque los distribuidores aumentan los precios todas las semanas. Entonces, nosotros estamos absorbiendo las pérdidas por que ya la gente no puede comprar más cara. Ya se está volviendo un negocio poco rentable", dijo la mujer que atiende. Además, aseguró que el dueño hasta el año pasado tenía tres proveedores y que en la actualidad solo trabaja con uno. En la zona oeste hay muy pocos negocios que venden garrafas porque los márgenes de ganancia son insignificantes.
En una vasta zona solo hay un negocio. Un kiosco en Palermo, de la avenida Hipódromo Argentino. Es uno de esos locales que tiene de todo, pero que dentro de poco dejará de vender gas si siguen las cosas como hasta ahora.
Menos rentable
"Acá viene el camión de la distribución y la semana pasada ya nos dejaba la garrafa a 115 pesos. Yo la sigo vendiendo a 130 pesos, pero mi margen es de 15 pesos y yo me pregunto si vale la pena trabajar en eso. No me mueve la aguja la venta de garrafas", dijo la mujer del mostrador.
La situación para la kiosquera es desalentadora ya que paga de contado. Y la rentabilidad es insignificante. La semana que pasó hizo bajar 6 garrafas de las cuales no vendió ninguna. "Si la semana que comienza aumenta de nuevo ya dejo la venta", dijo la comerciante barrial.
Si esa mujer deja de vender, muchas familias del oeste deberán esperar los miércoles la garrafa social en la plaza de Palermo. O ir hasta las plantas del sudeste a comprar las garrafas que cuestan 80 pesos.
PUBLICIDAD