Cerró un Cosquín que logró ponerse de pie

“Nada resulta superior al destino del canto. Ninguna fuerza abatirá tus sueños, porque ellos se nutren con su propia luz” escribió alguna vez Atahualpa Yupanqui, que nació un día como hoy, 31 de enero de 1908. Fue en su honor que el festival mayor de nuestra música nativa bautizó a su escenario principal.

Sobre sus tablas, entre el sábado 21 y el 29 de este mes, desfilaron aquellos a quien Don Ata tal vez pueda nombrar como “sus hermanos”: cantores y músicos de todas las latitudes llegaron a la plaza Próspero Molina para embellecerla con acordes sentidos y versos profundos.

Así, el inicio de la primera luna festivalera estuvo a cargo del maestro Dino Saluzzi. Este reconocimiento a la trayectoria y el talento del nacido en Campo Santo tuvo algo de atípico: Cosquín acostumbra abrir con los consagrados del año anterior. Pero en esta oportunidad los santiagueños del Dúo Orellana-Lucca cedieron ese privilegio al bandoneonista que cautivó a una plaza atenta y respetuosa a la cual volvió después de treinta años.

La presencia salteña fue casi una constante en las noches festivaleras: Las Voces de Orán, el Chaqueño Palavecino, César Isella, Mariana Carrizo, Polo Román, Los Nombradores del Alba (Facundo Toro junto a Nacho y Daniel) Los Rojas y Los Nocheros, quienes en la última luna celebraron sus treinta años de carrera y fueron ejemplo de que la llama de la música salteña continúa encendida.

El baile tampoco faltó y además de la delegación salteña se lució la pareja ganadora de Argentina Baila: Belén Jaramillo y Mariano Ponca.

No hace mucho el evento más importante de nuestra música nativa agonizaba y su recuperación parecía imposible, pero la mixtura entre los clásicos festivaleros, las nuevas voces y los homenajes a los artistas señeros que han recorrido largos caminos parece una buena medicina para la reunión nativa más convocante de nuestro país.

En su edición número 57, Cosquín celebró al Cuchi Leguizamón, por el centenario de su natalicio. Obras como “La arenosa”, “Zamba del Laurel” o el ”Carnavalito del duende” fueron versionadas en un formato que mixturó instrumentos de cámara con aquellos ligados a lo popular. Del convite participaron Liliana Herrero, Melania Pérez, Franco Luciani, Chacho Echenique, Moro Leguizamón, Luis Leguizamón, Dúo Coplanacu, Nahuel Pennisi , Franco Luciani y otros en una emotiva presentación que culminó con la plaza Literalmente de pie entonando la “Zamba de Balderrama”.

Siguiendo con los homenajes, Víctor Heredia recordó los 50 años de su debut en Cosquín, Ángela Irene hizo lo propio por sus 40 años con la música, Los Carabajal festejaron también su cincuentenario y Carlos Méndez celebró a Alfredo Zitarrosa, a ocho décadas de su nacimiento.

La asistencia en general mostró un incremento respecto de la edición anterior. En los dos sábados festivaleros la plaza superó el 70%. La única noche en la que se vendió todo fue la encabezada por Soledad y Luciano Pereyra. Luego le siguió la anhelada vuelta de Abel Pintos (95% de ocupación) y la de Los Carabajal y El Chaqueño Palavecino (90%). La más baja fue la llamada noche de los clásicos, con Los Manseros Santiagueños (66%), en tanto que la última luna superó el 80 % con los 30 años de Los Nocheros (con Axel como invitado en dos canciones ) y el festejo de Víctor Heredia por el 50° aniversario de su debut, junto a León Gieco.

Así, los ganadores del 57º Festival Nacional de Folclore de Cosquín conjugaron novedad con experiencia. Entre ellos, la cantante riojana María de los Ángeles "La Bruja" Salguero obtuvo el Premio Consagración 2017. La artista comenzó su carrera a los 12 años, hoy ya cuenta 44 y ocho discos en su haber. Por su parte, el indiscutible Rubén Patagonia se alzó con el Premio Camino a la Trayectoria y la bonaerense Luciana Jury logró una mención especial.

Asimismo, el Premio Revelación que sale de las filas del Pre-Cosquín, fue para el dúo instrumental CheChelos , integrado por Mauro Sarachian y Ramiro Zárate Gigli, de Río Negro.

La Revelación de Danza fue para la Compañía independiente Pucará. Además, entre los Premios a Espectáculos Callejeros se señaló a Nahuel Lobos y hubo Menciones Especiales para Julieta Marucco y el grupo Carafea. También Añapa Dúo fue el Destacado de la Peña Oficial.

La cantora Carolina Madeo, hija del recordado Eduardo, llevó su cepa folclórica a la localidad cordobesa y relató sus vivencias en los espectáculos callejeros que tanto caracterizan al festival y de los cuales fue finalista con 16 artistas seleccionados entre otros 833. "De vuelta al pago. Feliz y agradecida de todo: no tuvimos la gracia de ser destacado de los espectáculos callejeros, pero de 833 participantes quedamos entre los mejores 16 y eso ya es un gran logro. ¿Y saben qué? El mejor premio me lo dio la gente. Impresionantes los aplausos, los saludos, las admiraciones, los pedidos de 'otra ,otra' . Me enriquecí con cada gesto, dejé mi música por todas las radios que pude. Mi música ya está llegando al país. Y en las peñas, en los espectáculos callejeros, en la conferencia disfruté con lo que mejor me sale: cantar. Una vez más, gracias miles por ser parte de mis sueños", escribió en su página oficial de Facebook la destacada vocalista.

Un festival con saldo positivo deja, sin embargo, algunas ausencias llamativas como las de Canto 4, Los Huayra o Guitarreros. También sería interesante que se retomen los guiones con profundidad de contenido al momento de guiar la ceremonia: los locutores no sólo presentan, sino que también trazan parte de la historia cultural de nuestro país, como supo hacerlo el recordado Miguel Ángel Gutiérrez.

Con todo, Cosquín cerró a pura chacarera de mano de Peteco Carabajal que se puso a la plaza en el bolsillo, con creaciones nuevas, pero también con los clásicos de siempre y con el himno "El olvidao" que fue entonado de pie, con la fuerza de un pueblo que, parafraseando al recordado Horacio Guarany, no dejará que sus cantores se callen jamás.

“Nada resulta superior al destino del canto. Ninguna fuerza abatirá tus sueños, porque ellos se nutren con su propia luz” escribió alguna vez Atahualpa Yupanqui, que nació un día como hoy, 31 de enero de 1908. Fue en su honor que el festival mayor de nuestra música nativa bautizó a su escenario principal.

Sobre sus tablas, entre el sábado 21 y el 29 de este mes, desfilaron aquellos a quien Don Ata tal vez pueda nombrar como “sus hermanos”: cantores y músicos de todas las latitudes llegaron a la plaza Próspero Molina para embellecerla con acordes sentidos y versos profundos.

Así, el inicio de la primera luna festivalera estuvo a cargo del maestro Dino Saluzzi. Este reconocimiento a la trayectoria y el talento del nacido en Campo Santo tuvo algo de atípico: Cosquín acostumbra abrir con los consagrados del año anterior. Pero en esta oportunidad los santiagueños del Dúo Orellana-Lucca cedieron ese privilegio al bandoneonista que cautivó a una plaza atenta y respetuosa a la cual volvió después de treinta años.

La presencia salteña fue casi una constante en las noches festivaleras: Las Voces de Orán, el Chaqueño Palavecino, César Isella, Mariana Carrizo, Polo Román, Los Nombradores del Alba (Facundo Toro junto a Nacho y Daniel) Los Rojas y Los Nocheros, quienes en la última luna celebraron sus treinta años de carrera y fueron ejemplo de que la llama de la música salteña continúa encendida.

El baile tampoco faltó y además de la delegación salteña se lució la pareja ganadora de Argentina Baila: Belén Jaramillo y Mariano Ponca.

No hace mucho el evento más importante de nuestra música nativa agonizaba y su recuperación parecía imposible, pero la mixtura entre los clásicos festivaleros, las nuevas voces y los homenajes a los artistas señeros que han recorrido largos caminos parece una buena medicina para la reunión nativa más convocante de nuestro país.

En su edición número 57, Cosquín celebró al Cuchi Leguizamón, por el centenario de su natalicio. Obras como “La arenosa”, “Zamba del Laurel” o el ”Carnavalito del duende” fueron versionadas en un formato que mixturó instrumentos de cámara con aquellos ligados a lo popular. Del convite participaron Liliana Herrero, Melania Pérez, Franco Luciani, Chacho Echenique, Moro Leguizamón, Luis Leguizamón, Dúo Coplanacu, Nahuel Pennisi , Franco Luciani y otros en una emotiva presentación que culminó con la plaza Literalmente de pie entonando la “Zamba de Balderrama”.

Siguiendo con los homenajes, Víctor Heredia recordó los 50 años de su debut en Cosquín, Ángela Irene hizo lo propio por sus 40 años con la música, Los Carabajal festejaron también su cincuentenario y Carlos Méndez celebró a Alfredo Zitarrosa, a ocho décadas de su nacimiento.

La asistencia en general mostró un incremento respecto de la edición anterior. En los dos sábados festivaleros la plaza superó el 70%. La única noche en la que se vendió todo fue la encabezada por Soledad y Luciano Pereyra. Luego le siguió la anhelada vuelta de Abel Pintos (95% de ocupación) y la de Los Carabajal y El Chaqueño Palavecino (90%). La más baja fue la llamada noche de los clásicos, con Los Manseros Santiagueños (66%), en tanto que la última luna superó el 80 % con los 30 años de Los Nocheros (con Axel como invitado en dos canciones ) y el festejo de Víctor Heredia por el 50° aniversario de su debut, junto a León Gieco.

Así, los ganadores del 57º Festival Nacional de Folclore de Cosquín conjugaron novedad con experiencia. Entre ellos, la cantante riojana María de los Ángeles "La Bruja" Salguero obtuvo el Premio Consagración 2017. La artista comenzó su carrera a los 12 años, hoy ya cuenta 44 y ocho discos en su haber. Por su parte, el indiscutible Rubén Patagonia se alzó con el Premio Camino a la Trayectoria y la bonaerense Luciana Jury logró una mención especial.

Asimismo, el Premio Revelación que sale de las filas del Pre-Cosquín, fue para el dúo instrumental CheChelos , integrado por Mauro Sarachian y Ramiro Zárate Gigli, de Río Negro.

La Revelación de Danza fue para la Compañía independiente Pucará. Además, entre los Premios a Espectáculos Callejeros se señaló a Nahuel Lobos y hubo Menciones Especiales para Julieta Marucco y el grupo Carafea. También Añapa Dúo fue el Destacado de la Peña Oficial.

La cantora Carolina Madeo, hija del recordado Eduardo, llevó su cepa folclórica a la localidad cordobesa y relató sus vivencias en los espectáculos callejeros que tanto caracterizan al festival y de los cuales fue finalista con 16 artistas seleccionados entre otros 833. "De vuelta al pago. Feliz y agradecida de todo: no tuvimos la gracia de ser destacado de los espectáculos callejeros, pero de 833 participantes quedamos entre los mejores 16 y eso ya es un gran logro. ¿Y saben qué? El mejor premio me lo dio la gente. Impresionantes los aplausos, los saludos, las admiraciones, los pedidos de 'otra ,otra' . Me enriquecí con cada gesto, dejé mi música por todas las radios que pude. Mi música ya está llegando al país. Y en las peñas, en los espectáculos callejeros, en la conferencia disfruté con lo que mejor me sale: cantar. Una vez más, gracias miles por ser parte de mis sueños", escribió en su página oficial de Facebook la destacada vocalista.

Un festival con saldo positivo deja, sin embargo, algunas ausencias llamativas como las de Canto 4, Los Huayra o Guitarreros. También sería interesante que se retomen los guiones con profundidad de contenido al momento de guiar la ceremonia: los locutores no sólo presentan, sino que también trazan parte de la historia cultural de nuestro país, como supo hacerlo el recordado Miguel Ángel Gutiérrez.

Con todo, Cosquín cerró a pura chacarera de mano de Peteco Carabajal que se puso a la plaza en el bolsillo, con creaciones nuevas, pero también con los clásicos de siempre y con el himno "El olvidao" que fue entonado de pie, con la fuerza de un pueblo que, parafraseando al recordado Horacio Guarany, no dejará que sus cantores se callen jamás.