Por Daniel Díaz
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Por Daniel Díaz
El secuestro por parte de la Policía Rural, de un monito tití llamado Martín, en General Mosconi, tomó insólitos e inesperados ribetes políticos. El animalito vivía en la casa de una familia de Campamento Vespucio, desde hacía dos años. A raíz de una denuncia, Martín fue primero capturado por la policía local y luego trasladado al centro de rehabilitación y readaptación ubicado en Finca Las Costas. La situación generó la reacción de la familia que lo criaba y de los vecinos de la zona, quienes expresaron su indignación y dolor en las redes sociales. Llegaron a afirmar que el pequeño primate estaba triste y que no comía, sin embargo, versiones de la Estación de Fauna aseguran que el mono se encuentra en perfectas condiciones de salud junto a otros de su especie y comiendo a "diestra y siniestra". Pero los lugareños no se dieron por vencidos y en oportunidad de que el gobernador Juan Manuel Urtubey realizara una reciente visita al norte salteño, intentaron plantearle la devolución “lisa y llana” del mono.
Según trascendió en General Mosconi, el mandatario no los recibió, sin embargo fuentes fiables de esa localidad, aseguran que hicieron llegar a su mujer, Isabel Macedo, un pedido por la “liberación de Martín”. Pero, la cosa no quedó allí, las mismas fuentes aseguran que un pequeño grupo "pro liberación de Martín" habría expresado a viva voz en Mosconi: “Si no liberan al mono, los vamos hacer perder las elecciones”.
Las politizadas advertencias se deben a que la gente del lugar señala al Gobierno provincial como responsable del secuestro del mono, sin embargo en Mosconi todo el mundo sabe que se trató de un procedimiento policial y que ahora la situación se judicializó, quedando todo en manos de la Justicia del distrito norte.
A finales del mes pasado, frente a la Policía Rural, los norteños repudiaron la medida con carteles y pancartas pidiendo la devolución de Martín a “su papá”, Ignacio. Se trata del joven que lo criaba: “Solo quiero que él sea feliz”, había expresado a los medios de comunicación.
El caso del monito tití ya generó acciones judiciales de las más variadas y también amenazas que amagan con introducirse en el seno de la política norteña, en plena campaña electoral.