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10 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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El caso real que inspiró a Spielberg a escribir el guión del filme “ET”

Las fuentes de inspiración de varias historias fantásticas están en la realidad, que muchas veces supera a la más loca imaginación.
Lunes, 11 de diciembre de 2017 01:17

Los amantes de lo sobrenatural seguro que conocen la historia de los sucesos de Kelly-Hopkinsville, un clásico de la ufología. Lo que muy pocos saben es que esa historia sobre unos granjeros de Kentucky que, según cuentan, fueron asediados por unas criaturas flotantes de ojos saltones, grandes orejas puntiagudas y largos brazos, fue el origen de “ET: El extraterrestre”, un clásico de la cinematografía de un genio como Steven Spielberg.
El cineasta descubrió esta fascinante leyenda rural durante el rodaje de “Encuentros cercanos” de la mano del experto en ufología J. Allen Hynek. Y recurrió a ella cuando Columbia Pictures le anunció a finales de los setenta que quería continuar con la exitosa cinta de ciencia ficción. Spielberg no tenía verdadero interés en seguir con la saga, pero tampoco quería que hicieran una segunda parte sin él, como ocurrió con “Tiburón”. Entonces, empezó a trabajar en “Watch the Skies”, que casualmente era también el título que quería ponerle inicialmente a “Encuentros...”.
En el argumento original de esta secuela que luego pasó a llamarse “Night Skies”, once maliciosos científicos extraterrestres intentaban comunicarse con pollos, vacas y otros animales para descubrir su nivel de sensibilidad antes de atacar a la familia propietaria de la granja diseccionando a sus animales. Los rumores sobre la cinta comenzaron a correr por los mentideros de Hollywood y llegaron hasta la NASA, que anunció que Spielberg quería grabar la Tierra y la Luna desde la Estación Internacional para las primeras secuencias de la cinta. El plan original del estudio era comenzar a rodar esta cinta cuando Spielberg regresase de su trabajo en “Indiana Jones: En busca del arca perdida”. Eligieron a John Sayles para que escribiese el guión de la cinta. En su historia, cinco aliens (en lugar de los once del suceso original de Hopkinsville que tuvo lugar en 1955) desembarcaban en una granja terrestre y comenzaban a matar a los animales de la familia. Sin embargo, uno de ellos no era malvado y se hacía amigo del hijo autista de los granjeros. Sin embargo, durante el rodaje de “En busca del arca perdida” Spielberg decidió que no quería hablar de extraterrestres malvados que venían a la Tierra a aterrorizar a los humanos: “Cuando estaba en Túnez pensé que necesitaba volver a la tranquilidad y espiritualidad de ‘Encuentros ...’”, explicó. Entonces apareció en escena Melissa Mathison (en aquel momento novia de Harrison Ford) y coincidió con él en que la mejor parte del guión era la relación entre el niño y ese extraterrestre bueno, dulce y emocional. A partir de esa idea de “Night Skies”, Mathison comenzó a desarrollar el guión de “ET y yo”, que más tarde se convirtió en “ET”.
“Night Skies” nunca llegó a grabarse, pero el proyecto, y por tanto el suceso de Hopkinsville, influyó en muchas más cintas de Spielberg. En “Poltergeist”, por ejemplo, aparecía una familia rural a la que acechaban unas extrañas fuerzas paranormales. En “Critters”, los humanos tenían que defenderse de unos alienígenas sin conciencia, cuya única ambición era comer y reproducirse. Y en “Gremlins” había una criatura buena entre varios seres malévolos. Los más aficionados a las ciencias paranormales empezaron a conspirar sobre la relación entre “ET” y la ufología durante el pase privado de la cinta que se hizo en la Casa Blanca para el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, y sus invitados. Allí, cuentan, que el líder del ejecutivo americano dijo, absolutamente serio: “Hay muchos aquí, en esta sala, que saben que todo lo que se vio en esa pantalla es absolutamente cierto”.
Sin embargo, más tarde el propio Spielberg acabó con la leyenda: “Creo que solo hizo un chiste sin sonreír. Siendo un poco ufólogo, yo esperaba un poco más detrás del chiste, pero me apena decir que solo intentaba hacer un chiste”, confesó Spielberg en una entrevista en 2011.
 

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Los amantes de lo sobrenatural seguro que conocen la historia de los sucesos de Kelly-Hopkinsville, un clásico de la ufología. Lo que muy pocos saben es que esa historia sobre unos granjeros de Kentucky que, según cuentan, fueron asediados por unas criaturas flotantes de ojos saltones, grandes orejas puntiagudas y largos brazos, fue el origen de “ET: El extraterrestre”, un clásico de la cinematografía de un genio como Steven Spielberg.
El cineasta descubrió esta fascinante leyenda rural durante el rodaje de “Encuentros cercanos” de la mano del experto en ufología J. Allen Hynek. Y recurrió a ella cuando Columbia Pictures le anunció a finales de los setenta que quería continuar con la exitosa cinta de ciencia ficción. Spielberg no tenía verdadero interés en seguir con la saga, pero tampoco quería que hicieran una segunda parte sin él, como ocurrió con “Tiburón”. Entonces, empezó a trabajar en “Watch the Skies”, que casualmente era también el título que quería ponerle inicialmente a “Encuentros...”.
En el argumento original de esta secuela que luego pasó a llamarse “Night Skies”, once maliciosos científicos extraterrestres intentaban comunicarse con pollos, vacas y otros animales para descubrir su nivel de sensibilidad antes de atacar a la familia propietaria de la granja diseccionando a sus animales. Los rumores sobre la cinta comenzaron a correr por los mentideros de Hollywood y llegaron hasta la NASA, que anunció que Spielberg quería grabar la Tierra y la Luna desde la Estación Internacional para las primeras secuencias de la cinta. El plan original del estudio era comenzar a rodar esta cinta cuando Spielberg regresase de su trabajo en “Indiana Jones: En busca del arca perdida”. Eligieron a John Sayles para que escribiese el guión de la cinta. En su historia, cinco aliens (en lugar de los once del suceso original de Hopkinsville que tuvo lugar en 1955) desembarcaban en una granja terrestre y comenzaban a matar a los animales de la familia. Sin embargo, uno de ellos no era malvado y se hacía amigo del hijo autista de los granjeros. Sin embargo, durante el rodaje de “En busca del arca perdida” Spielberg decidió que no quería hablar de extraterrestres malvados que venían a la Tierra a aterrorizar a los humanos: “Cuando estaba en Túnez pensé que necesitaba volver a la tranquilidad y espiritualidad de ‘Encuentros ...’”, explicó. Entonces apareció en escena Melissa Mathison (en aquel momento novia de Harrison Ford) y coincidió con él en que la mejor parte del guión era la relación entre el niño y ese extraterrestre bueno, dulce y emocional. A partir de esa idea de “Night Skies”, Mathison comenzó a desarrollar el guión de “ET y yo”, que más tarde se convirtió en “ET”.
“Night Skies” nunca llegó a grabarse, pero el proyecto, y por tanto el suceso de Hopkinsville, influyó en muchas más cintas de Spielberg. En “Poltergeist”, por ejemplo, aparecía una familia rural a la que acechaban unas extrañas fuerzas paranormales. En “Critters”, los humanos tenían que defenderse de unos alienígenas sin conciencia, cuya única ambición era comer y reproducirse. Y en “Gremlins” había una criatura buena entre varios seres malévolos. Los más aficionados a las ciencias paranormales empezaron a conspirar sobre la relación entre “ET” y la ufología durante el pase privado de la cinta que se hizo en la Casa Blanca para el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, y sus invitados. Allí, cuentan, que el líder del ejecutivo americano dijo, absolutamente serio: “Hay muchos aquí, en esta sala, que saben que todo lo que se vio en esa pantalla es absolutamente cierto”.
Sin embargo, más tarde el propio Spielberg acabó con la leyenda: “Creo que solo hizo un chiste sin sonreír. Siendo un poco ufólogo, yo esperaba un poco más detrás del chiste, pero me apena decir que solo intentaba hacer un chiste”, confesó Spielberg en una entrevista en 2011.
 

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