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Biografía no autorizada

Miércoles, 13 de diciembre de 2017 00:00

Contaremos la historia de un dirigente sindical exitoso, al punto de lograr el mayor poder gremial y político en la historia del país. Sus detractores lo tildaron de mafioso y otros representantes gremiales vilipendiaron su método de avance sin escrúpulos sobre otros sindicatos. De manera tal que fue odiado en forma pareja por empresarios y gremialistas. Los políticos se amoldaron a su creciente poder.

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Contaremos la historia de un dirigente sindical exitoso, al punto de lograr el mayor poder gremial y político en la historia del país. Sus detractores lo tildaron de mafioso y otros representantes gremiales vilipendiaron su método de avance sin escrúpulos sobre otros sindicatos. De manera tal que fue odiado en forma pareja por empresarios y gremialistas. Los políticos se amoldaron a su creciente poder.

Lo llamaremos “el compañero H”. Se inició a los 18 años en la actividad sindical y rápidamente fue escalando posiciones hasta alcanzar el cargo de secretario general de su gremio: Camioneros. Afianzó el poder del sindicato y logró importantes conquistas para sus representados.

El método usual de los logros fue el “apriete”, a veces de forma violenta. Permanentemente utilizó el piquete y el corte de rutas. De hecho uno de los objetivos de “H” fue que el sindicato de Camioneros pudiera extender su modelo a trabajadores de ferrocarriles y prácticamente toda actividad que tuviera un camión o una carretilla. Paulatinamente, lo fue logrando.

Colaboró generosamente en campañas políticas, lo que le permitió el perdón presidencial por imputaciones de enriquecimiento ilícito. Alcanzó una gran fortuna personal (comprando grandes extensiones de campos y otras empresas de construcción, correos, transporte, etc.), con sociedades puestas a nombre de su esposa y logrando imponer a sus hijos como sucesores del propio gremio. En varias oportunidades sus afiliados protagonizaron enfrentamientos armados con otros sindicatos. Algunos dirigentes del mismo gremio fueron misteriosamente asesinados. Para zafar de causas judiciales no dudó en sobornar a jueces y jurados. 

El acertijo

¿Adivinó sobre quién estamos hablando? ¿Quién es “el compañero H”? Sí, acertó: el famoso Jimmy Hoffa. ¿No me diga que pensó en nuestro inefable Hugo Moyano? Todos y cada uno de los datos de los párrafos anteriores corresponden a la biografía auténtica de Hoffa, cualquier coincidencia con nuestro dirigente sindical es mera casualidad.

Jimmy Hoffa, desapareció en 1975 luego de entrevistarse en Detroit con otro mafioso, Tony Provenzano. Nunca más se supo de él. Se dice que su cuerpo está en las bases de hormigón de un estadio de fútbol (no el de Independiente, sino el Giant Stadium de New Jersey). Hugo Moyano también “desapareció”: su biografía en la página oficial de Camioneros lo desaparece entre 1972 y 1981 (ver www .fedcam.org.ar). Las malas lenguas dicen que en ese período tuvo contactos muy cercanos con las tres A y luego con el proceso militar. En marzo de 1997 Hugo Moyano dijo: “Yo soy el Jimmy Hoffa argentino”.

La reivindicación

Pablo Moyano viajó el mes pasado a EEUU, donde se hizo una foto con Jimmy Hoffa. No necesitó una sesión de espiritismo para encontrarse con el “desaparecido”. ¡Oh “causualidad”! En el país del norte también reinan las monarquías sindicales y su encuentro fue con James Hoffa, “hijo”. Pablito declaró: “Los Hoffa son un símbolo de pelea, de resistencia, de lucha por la dignidad. Dicen que estaban con la mafia, pero se dicen tantas cosas. Tan malo no debía ser cuando sus trabajadores lo defendían y votan a su hijo”. 

Robert Kennedy, como fiscal general de los Estados Unidos, llegó a declarar que Jimmy Hoffa había sido el principal enemigo de su país.

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