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¿De qué se ríen los opositores?

Sabado, 16 de diciembre de 2017 00:00

Una jornada dramática, triste, aunque por momentos tragicómica también se vivió el jueves en el recinto de la Cámara de Diputados y en las inmediaciones del Congreso nacional, donde fracasó finalmente la sesión en la que debía tratarse la reforma previsional que impulsa el Gobierno.

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Una jornada dramática, triste, aunque por momentos tragicómica también se vivió el jueves en el recinto de la Cámara de Diputados y en las inmediaciones del Congreso nacional, donde fracasó finalmente la sesión en la que debía tratarse la reforma previsional que impulsa el Gobierno.

Dramática porque durante los minutos más intensos de la refriega entre uniformados y los manifestantes, las fuerzas de seguridad se desempeñaron al borde de la cornisa en el operativo de represión que llevaron adelante.

En ese contexto, se temió que alguno de los militantes, en su mayoría de izquierda o anarquistas, pudiera caer seriamente herido; tan seriamente como para que corra riesgo su vida.

Está claro que un incidente de esa naturaleza le habría costado carísimo al gobierno de Mauricio Macri.

Triste porque claramente este tipo de enfrentamientos, de desmanes, de caos, generan pesadumbre, pero al mismo tiempo provoca vergenza ajena ver como algunos sectores de la clase política nacional arengan a los revoltosos del otro lado de las vallas o los estimula, en pos de obtener un rédito de esa situación de conflicto.

Y tragicómica porque esa fue justamente la imagen que dejaron los diputados kirchneristas, tanto cuando quisieron hacer ""acto de presencia'' fuera del Congreso y fueron hostigados por militantes de izquierda al mediodía, como horas más tarde, cuando se terminaron abrazando en el recinto con legisladores del Frente Renovador una vez que fracasó la sesión.

Las preguntas que se imponen son: ¿de qué se reían los opositores? ¿Qué festejan Agustín Rossi y Axel Kicillof? ¿Cuál era el mérito? ¿Haber incitado, haber propiciado el suficiente descontrol tanto dentro como fuera del recinto como para que se suspenda la sesión? Sin haber dado el debate, lógicamente.

¿De qué se reían mientras se saludaban y se fundían en un abrazo con los massistas José Ignacio de Mendiguren y Facundo Moyano, por ejemplo? O acaso no eran rivales, no eran adversarios políticos, de igual modo que lo fueron con Nicolás del Caño, a quien incluso el kirchnerismo reprimió años atrás cuando el diputado de izquierda participaba en cortes de ruta sobre la Autopista Panamericana. ¿Ahora son aliados?

¿De qué se ríen, los opositores? ¿De su propia miopía, de su propia mezquindad política? ¿Qué celebran, que fuera del Congreso decenas de personas terminan lastimadas, heridas, en medio de una desproporcionado represión policial?

En una tarde de ira de los manifestantes, chocaron con los policías y gendarmes apostados para evitar graves incidentes, que nos hicieron acordar lo que pasó en el 2001, cuando el presidente Fernando de la Rúa tuvo que irse de la Casa Rosada en un helicóptero.

¿Eso celebran?

(*) Secretario gral. de redacción de Noticias Argentinas

 

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