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La NASA descubrió un sistema solar similar al nuestro y que tiene 8 planetas

Se encuentra ubicado a 2.545 años luz de la Tierra. Este sistema se ha identificado a partir de los datos captados por el telescopio espacial Kepler.s. 
Sabado, 16 de diciembre de 2017 00:00


Se encuentra ubicado a 2.545 años luz de la Tierra. Este sistema se ha identificado a partir de los datos captados por el telescopio espacial Kepler. 
El más llamativo se llama 90i. Se trata de un planeta rocoso que orbita alrededor de sus estrellas cada 14,4 días. 
Lo novedoso de este anuncio es que para poder hallarlo la NASA se ha valido de la inteligencia artificial de Google. 
El aprendizaje automático es una aproximación a la inteligencia artificial en la que las computadoras “aprenden”. 
En este caso, las computadoras entendieron como identificar planetas al encontrar en Kepler casos de datos en los que el telescopio registra señales de planetas más allá de nuestro sistema solar, conocidos como exoplanetas. 
“Tal como lo esperábamos, hay descubrimientos emocionantes acechando en nuestros datos archivados de Kepler, esperando la herramienta o tecnología adecuada para desenterrarlos”, dijo Paul Hertz, director de la División de Astrofísica de la NASA en Washington. 
“Este hallazgo muestra que nuestros datos serán un tesoro disponible para los investigadores innovadores en los próximos años”, añadió Hertz.
Quizá sea que han vuelto a identificar un buen número de estos objetos, como ocurrió por ejemplo en mayo de 2016, cuando el equipo científico de Kepler, de la NASA, anunció 1.284 nuevos planetas. O quizá se trate de un nuevo sistema planetario orbitando alrededor de una estrella como Trappist-1. O, por qué no, ahora que Google ha entrado en la misión aplicando su inteligencia artificial para peinar los datos que Kepler envía y extraer la información relevante, indicios de posible vida alienígena, o, al menos, de las condiciones necesarias para que se dé en alguno de esos mundos.
La misión Kepler se puede considerar un éxito completo. Se trata de un pequeño observatorio de bajo costo -tenía un presupuesto de solo 600 millones de dólares- que la agencia espacial estadounidense había lanzado en 2009 con el objetivo de encontrar mundos fuera del sistema solar que orbitaran alrededor de estrellas, puesto que son los mejores candidatos a albergar vida fuera de la Tierra, en la llamada “zona habitable”. En teoría, la misión tenía que durar solo un año.
Cuando se lanzó, los astrofísicos desconocían la cantidad de exoplanetas que podía haber en el universo. El Kepler encontró más de 4.000 de estos mundos. Además, ha demostrado que las estrellas con sistemas planetarios orbitando a su alrededor son más frecuentes de lo que se pensaba y que es grande la variedad de estos sistemas planetarios.
Este telescopio espacial ha ayudado a los astrofísicos a comenzar a agrupar los exoplanetas en función de sus características para así poder entender sus orígenes. Ha hallado que los planetas rocosos del tamaño de la Tierra son más abundantes que los gigantes gaseosos como Júpiter y que también hay sistemas planetarios que orbitan alrededor de dos estrellas, como Tatooine en La Guerra de las Galaxias.
Y Kepler sigue trabajando y escudriñando el universo. Y lo hará al menos hasta mediados de 2018, que es cuando se prevé que se agote su combustible.

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Se encuentra ubicado a 2.545 años luz de la Tierra. Este sistema se ha identificado a partir de los datos captados por el telescopio espacial Kepler. 
El más llamativo se llama 90i. Se trata de un planeta rocoso que orbita alrededor de sus estrellas cada 14,4 días. 
Lo novedoso de este anuncio es que para poder hallarlo la NASA se ha valido de la inteligencia artificial de Google. 
El aprendizaje automático es una aproximación a la inteligencia artificial en la que las computadoras “aprenden”. 
En este caso, las computadoras entendieron como identificar planetas al encontrar en Kepler casos de datos en los que el telescopio registra señales de planetas más allá de nuestro sistema solar, conocidos como exoplanetas. 
“Tal como lo esperábamos, hay descubrimientos emocionantes acechando en nuestros datos archivados de Kepler, esperando la herramienta o tecnología adecuada para desenterrarlos”, dijo Paul Hertz, director de la División de Astrofísica de la NASA en Washington. 
“Este hallazgo muestra que nuestros datos serán un tesoro disponible para los investigadores innovadores en los próximos años”, añadió Hertz.
Quizá sea que han vuelto a identificar un buen número de estos objetos, como ocurrió por ejemplo en mayo de 2016, cuando el equipo científico de Kepler, de la NASA, anunció 1.284 nuevos planetas. O quizá se trate de un nuevo sistema planetario orbitando alrededor de una estrella como Trappist-1. O, por qué no, ahora que Google ha entrado en la misión aplicando su inteligencia artificial para peinar los datos que Kepler envía y extraer la información relevante, indicios de posible vida alienígena, o, al menos, de las condiciones necesarias para que se dé en alguno de esos mundos.
La misión Kepler se puede considerar un éxito completo. Se trata de un pequeño observatorio de bajo costo -tenía un presupuesto de solo 600 millones de dólares- que la agencia espacial estadounidense había lanzado en 2009 con el objetivo de encontrar mundos fuera del sistema solar que orbitaran alrededor de estrellas, puesto que son los mejores candidatos a albergar vida fuera de la Tierra, en la llamada “zona habitable”. En teoría, la misión tenía que durar solo un año.
Cuando se lanzó, los astrofísicos desconocían la cantidad de exoplanetas que podía haber en el universo. El Kepler encontró más de 4.000 de estos mundos. Además, ha demostrado que las estrellas con sistemas planetarios orbitando a su alrededor son más frecuentes de lo que se pensaba y que es grande la variedad de estos sistemas planetarios.
Este telescopio espacial ha ayudado a los astrofísicos a comenzar a agrupar los exoplanetas en función de sus características para así poder entender sus orígenes. Ha hallado que los planetas rocosos del tamaño de la Tierra son más abundantes que los gigantes gaseosos como Júpiter y que también hay sistemas planetarios que orbitan alrededor de dos estrellas, como Tatooine en La Guerra de las Galaxias.
Y Kepler sigue trabajando y escudriñando el universo. Y lo hará al menos hasta mediados de 2018, que es cuando se prevé que se agote su combustible.

Los mayores descubrimientos

Desde que se lanzó y durante cuatro años, el Kepler estuvo apuntando hacia una región de la constelación de Cygnus, de ahí que muchos de los planetas que ha hallado estén ahí. Monitoreó 100.000 estrellas para detectar fluctuaciones en su brillo y así saber si un planeta pasaba entre la sonda y la estrella. Tras sufrir la salida de servicio de dos de sus cuatro giroscopios (que le permitían apuntar a una dirección específica del cielo), la NASA tuvo que repensar la misión. 
Ahora el Kepler usa el viento solar para estabilizarse y apuntar a una dirección en concreto durante unos meses y cuando se acerca demasiado al sol, cambia de posición. Continúa buscando exoplanetas, pero también estudia estrellas jóvenes, supernovas y otros fenómenos cósmicos.
En febrero de 2014, los científicos de la misión develaron 715 nuevos mundos de una vez y con ello duplicaron de golpe la cantidad de exoplanetas hasta aquel momento confirmados. En mayo de 2016 lo volvieron a hacer: 1.284 nuevos planetas más. El último gran anuncio por parte de la NASA de un descubrimiento de Kepler se produjo en febrero de este año, cuando presentó un sistema planetario lejano, formado por la estrella Trappist y siete exoplanetas parecidos a la Tierra.
Este telescopio espacial fue el primero en encontrar un planeta de un tamaño similar al de la Tierra orbitando en la zona habitable de una estrella, ubicado a unos 2.700 años luz y con un diámetro de 1,5 vez el de nuestro planeta. 
También ha identificado exoplanetas más pequeños, como Kepler 37b, del tamaño de Mercurio y como él, rocoso y sin atmósfera. Y mundos con océanos globales como Kepler-62e y Kepler 62f, a 1.200 años luz, en la constelación de Lira. Asimismo, ha escudriñado las Pléyades, un cúmulo estelar en la constelación de Tauro, a solo 400 años luz y visible a simple vista.
 

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