Los canchones municipales, llenos de autos y motos abandonados, vuelven a ser un dolor de cabeza cada verano por el riesgo que implican para la proliferación de vectores que transmiten enfermedades como dengue, zika y chikungunya. Algunos vehículos ya llevan cuatro años en el lugar porque sus dueños no los retiran, ya sea porque no pueden pagar las multas y la estadía o porque les faltan trámites.
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Los canchones municipales, llenos de autos y motos abandonados, vuelven a ser un dolor de cabeza cada verano por el riesgo que implican para la proliferación de vectores que transmiten enfermedades como dengue, zika y chikungunya. Algunos vehículos ya llevan cuatro años en el lugar porque sus dueños no los retiran, ya sea porque no pueden pagar las multas y la estadía o porque les faltan trámites.
Los últimos meses la Municipalidad de Salta remató cientos de motos y autos que no están habilitados para circular pero pueden servir como chatarra o para repuestos. Por la última subasta de 400 motos ingresaron a las arcas de la comuna más de 600 mil pesos. Se planea hacer dos subastas más antes de fin de año, según dijo a El Tribuno el procurador general de la Municipalidad, Juan Agustín Pérez Alsina.
El Concejo Deliberante aprobó esta semana una ordenanza que autoriza a la Municipalidad de Salta a establecer procedimientos y plazos para el reclamo y regularización de los vehículos secuestrados y depositados en los canchones y a actuar una vez vencidos los tiempos establecidos. Para que esto empiece a suceder la comuna deberá firmar un convenio con el Ministerio de Seguridad de Nación y adherirse al Programa nacional de descontaminación, compactación y disposición final de automotores (Pronacom).
El por qué la gente no retira los vehículos que son secuestrados tras una infracción, en general, se relaciona con el valor de las multas y la estadía que se deben pagar antes de sacarlos de los canchones. A eso se suman los trámites que hay que hacer para recuperarlos.
Hoy el pago diario por la permanencia en este espacio es de $16 para las motos y $35 para los automóviles.
Una de las infracciones más comunes por la que los vehículos terminan secuestrados es circular con alcohol en sangre, aunque también es frecuente que los conductores anden sin registro o sin casco, crucen semáforos en rojo o estacionen en lugares prohibidos.
"El municipio es acreedor de todos estos autos por multas, infracciones y derechos de estadía en el canchón", explicó Pérez Alsina. Antes de que se realice un remate, la comuna envía notificaciones a los propietarios, que tienen derecho a retirar sus autos o motos. Cuando los dueños no se presentan, se avanza con el remate. Si bien los vehículos no son aptos para circular, siempre hay interesados que les dan algún uso. Más adelante se rematarán los que estén aptos para transitar.
Pérez Alsina explicó que se va a tender a cumplir con el término que fija la Ordenanza 14.279, de 2011. Esta norma plantea que los vehículos que estén más de un año en el canchón irán a subasta.
Sobre la nueva ordenanza, el procurador general estimó que entrará en vigencia a principios del año próximo. "Al municipio le interesa que haya compactación de todas las chatarras. Hay un problema en la ciudad por chatarra y autos abandonados", afirmó. Aseguró que, lo que no se pueda rematar, será compactado.