Carina Costello [email protected]
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"Esta basura ya lleva aquí una semana y media. Podaron los árboles después de esa tormenta fuerte que tiró unos cuantos en la avenida Tavella y dejaron todo en la vereda de enfrente". Así relató Matilde, un vecina, lo ocurrido sobre el ingreso a barrio Miguel Aráoz.
En la calle Diario del Norte, ingresando por la avenida Banchik, los peatones no tienen por dónde pasar. Es que sobre una de las veredas, un vecino retiró sus árboles, de gran porte, por el peligro que representaban. Los cinco ejemplares, que superaban los 12 metros de altura, fueron podados y ahora están siendo retirados.
La vía pública parece una campo minado, ya que a los pozos que se hicieron para sacar los árboles de raíz se suman los troncos que fueron apoyados sobre la tapia de la vivienda. Las fuertes ráfagas de viento de las últimas tormentas ya habían dañado los ejemplares, motivo por el que fueron podados.
Sin embargo, las ramas que se cortaron se colocaron sobre la vereda de enfrente. Allí, los 100 metros de la cuadra están cubiertos de troncos y hojas en estado de putrefracción.
"En estos días se juntó una gran cantidad de alimañas y encima no tenés por dónde caminar. Ya antes era difícil pasar, imaginate ahora", agregó Juan, mientras se fumaba un cigarrillo y señalaba la vereda cargada.
La primera cuadra de Diario del Norte, desde la avenida Banchik, fue calificada por los vecinos como una zona de "alto riesgo" para los peatones y ciclistas. Por esta arteria ingresan al barrio los colectivos del corredor 8A, además de los cientos de vehículos de circulan por los barrios Aráoz, Periodista y El Tribuno todos los días.
"Los que vienen en bici ponen en riesgo su vida porque los vehículos bajan a toda velocidad desde la avenida y, para colmo, las veredas de esta calle nunca fueron transitables, menos ahora", agregó Jorge, mecánico del barrio.
Al tráfico cotidiano de esta zona, en la semana se suma el paso de los chicos que toman clases en la Escuela Agrícola Martín Miguel de Gemes.
"Ahora sí que se pondrá lindo. Los chicos pasan al mediodía para almorzar en un comedor obrero del barrio. Así que vienen todos caminado por la calle, más el colectivo, las motos y los autos. Es un peligro", analizó Armando, que vive hace 20 años en la zona. Este vecino agregó que las veredas del barrio son un tema a resolver.
"Eso de que los peatones no tengan por dónde pasar no es nuevo. La mayoría de los vecinos no cuidan las veredas y, si no están llenas de escombros o basura, tienen los pastos altos", dijo.
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