Sabrina Sansone reveló un gran secreto que en el mercado de los bienes emocionales debe de valer mucho dinero, pero ella lo ha regalado: “Debemos sabernos crear la fuente laboral y no esperar del afuera, porque la vida está dentro de nosotros y podemos tener lo que queramos, siempre y cuando sepamos cómo crear nuestros deseos y llevarlos a cabo”. En esta frase dice que cabe toda la sabiduría que la ha llevado en 2001 a aplicar para una beca en el Festival Jacobs Pillow (EEUU), en 2005 a abrir Salta Danza -su estudio de comedia musical y acrobacias aéreas-, a unirse en 2010 al elenco de Fuerza Bruta y realizar con ellos funciones en Buenos Aires y México, y a ser convocada como coach del Bailando por un sueño en 2016, entre otro logros.
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Sabrina Sansone reveló un gran secreto que en el mercado de los bienes emocionales debe de valer mucho dinero, pero ella lo ha regalado: “Debemos sabernos crear la fuente laboral y no esperar del afuera, porque la vida está dentro de nosotros y podemos tener lo que queramos, siempre y cuando sepamos cómo crear nuestros deseos y llevarlos a cabo”. En esta frase dice que cabe toda la sabiduría que la ha llevado en 2001 a aplicar para una beca en el Festival Jacobs Pillow (EEUU), en 2005 a abrir Salta Danza -su estudio de comedia musical y acrobacias aéreas-, a unirse en 2010 al elenco de Fuerza Bruta y realizar con ellos funciones en Buenos Aires y México, y a ser convocada como coach del Bailando por un sueño en 2016, entre otro logros.
Este 2017, como corresponde a una usina imaginaria como la suya, la encuentra plena de proyectos. La semana pasada participó en unas escenas de “Cantantes en guerra” que se rodaron en Cafayate. En la comedia, dirigida por Fabián Forte, José María Listorti y Pedro Alfonso interpretan a dos cantantes de reggaetón que son amigos, pero a los que el éxito les llega en diferentes momentos de su carrera y por ello surgen entre ellos desencuentros y enfrentamientos.
A Sabrina le cupo la tarea de coreografiar a las bailarinas locales. Además, ella saldrá bailando en la película.
“En el cine son más horas de grabación, todo más cuidado, y es diferente porque luego se hacen los montajes. Con alumnas y maestras de mi escuela llevamos la coreografía armada y junto con bailarinas de otro estudio la montamos en horas. Fue todo muy espontáneo y se trabajó con muy buen humor. Estaban todos muy predispuestos y cuando hay buena energía el trabajo fluye. El trabajo de las vestuaristas, las maquilladoras y la gente de arte fue impecable. Para mí fue una experiencia nueva”, detalló. Sabrina conoció a los actores durante su paso de tres meses y medio como coach de Pamela Sosa, la famosa, y Alejandro Gallegos, el bailarín, de la temporada 2016 de Bailando por un sueño. La vivencia, aunque breve, supuso para Sabrina el desafío de entrenar como si de una bailarina profesional se tratase a la modelo Pamela Sosa. “Trabajábamos duro, de lunes a sábados entre cuatro a seis horas diarias, y por momentos se hacía difícil para ella que no estaba acostumbrada a tanto entrenamiento, le estallaban la cabeza y el cuerpo. Cuando me la dieron a Pamela no le tenían mucha fe. Cada vez que pasaba por el teléfono y quedaba la gente de la producción me decía: ‘Dale, Sabri, qué bueno’. Para mí era un desafío grande y entendí que los coaches nuevos debíamos pagar un derecho de piso, no nos iban a dar una pareja de bailarines de entrada”, reflexionó.
Autogestión
La comedia musical tuvo un auge en Argentina en la década de los 90, debido al mecenazgo inicial de los Lectoure, pero luego a fines de los 2000 pareció ingresar en un valle. Sabrina Sansone continúa colocando sus fichas en este género, más allá de las coyunturas.
“Creo que va a resurgir, solo que la danza evolucionó hacia el street, el hip hop, lo más callejero, y la comedia musical tiene mucho de jazz puro”, evaluó. Ella es intérprete de comedia musical recibida en la escuela de Julio Bocca y cree que la capacitación integral que el género conlleva deriva en un artista completo y calificado para múltiples propuestas. “La comedia musical abarca todas las áreas: canto, teatro y baile, y es lo más completo al momento de decidirse a estudiar. Acá en Buenos Aires las escuelas de comedia musical están llenas y yo entiendo que se necesita mucho tiempo porque la carga horaria es más complicada que ir a tomar clases de baile durante dos horas y media dos veces a la semana. Una hora y media de canto, otro tanto de teatro, de baile, de integración, de teatro musical”, expresó. Añadió que en Salta para quienes se dedican al género es más un hobbie. A Salta Danza asisten unos 200 alumnos cuyas edades oscilan entre los 3 y 17 años. Su objetivo este año para ese espacio es integrar a los adultos, porque en su espíritu resuena aquello de que “el arte es lo único que nos va a salvar”. “Quiero que la gente se anime a ir, a expresarse, a cantar y a hacer. Estamos todos tan ensimismados, dentro de la tablet, el celular, Netflix, y todo lo que necesitamos lo tenemos dentro de nosotros porque la vida está dentro de nosotros y esa es la idea”, explicó. Añadió que el autodescubrimiento devenido del estudio de las artes es insoslayable y transversal a la vida cotidiana. “Cuando hablás con alguien te estás expresando y estás intentando ser vos. Es una terapia que te va enseñando a conocerte cada vez más y eso te da seguridad para la vida. No soy nadie para aconsejar y tampoco soy de dar consejos, pero lo mejor que podemos hacer es algo de todo esto, ya sea pintar, cantar, bailar... que no es lo mismo que pasa cuando vamos a un gimnasio donde gastás un montón de energía”, enunció.
Ahora se encuentra ultimando detalles para la apertura de otro estudio de danza en Buenos Aires, un proyecto que engarzará el trayecto de capacitación que transitan los alumnos de Salta Danza y que los llevará de un territorio conocido hacia otro por descubrir, Buenos Aires, donde los jóvenes depositan sus sueños de realización.
Sabrina Sansone dice sentir que la enseñanza es su misión en la vida. “Intento transmitirle al alumno que sepa crear él mismo la fuente laboral y no esté pendiente de si consigue trabajo y esperar del afuera. La vida está dentro de nosotros y podemos tener todo lo que queramos, siempre y cuando sepamos cómo crear nuestros deseos y llevarlos a cabo. Yo a lo que desee también le busqué la forma de que suceda. No es que me senté a esperar que me llamen de una película, o del Bailando, o Julio Bocca, o Fuerza Bruta”, ejemplificó. Sin embargo, existe una voluntad: la del vuelo propio, que ella espera que cada alumno desarrolle a través de cientos de maestros. "Es un poco el egoísmo del profesor el que nos hace desear que los estudiantes se queden con nosotros, pero yo siempre les digo que se capaciten en todas las academias que puedan, con diversos maestros, que de todos aprenderán algo", concluyó.