Micaela García fue víctima de un violador serial que la mató y dejó su cuerpo desnudo entre pastizales de un descampado. El femicidio generó gran conmoción en todo el país.
José Luis Wagner, de 30 años, un exconvicto que anteriormente violó a dos chicas, confesó haber matado a Micaela e indicó dónde estaba su cuerpo. Cada detalle del caso deja al descubierto el perfil del violador serial.
Fuentes judiciales aseguraron ayer que su modus operandi en los casos anteriores consistía en elegir mujeres jóvenes, estudiantes. Las secuestra, las golpea, las viola y las abandona. Se desplaza en un auto con las víctimas y va tirando ropa en distintos lugares para desorientar a los investigadores.
“Estas personas tienen la característica de la serialidad porque eligen víctimas similares. Siempre chicas, jóvenes con determinadas particularidades, a su modo de ver”, manifestó el licenciado en psicología Juan Matías Arroz, del Centro de Psicoterapias (CePsi) al ser consultado por El Tribuno.
El cuerpo de la chica de 21 años, desaparecida en la madrugada del 1 de abril cuando se la vio salir del boliche King de la ciudad entrerriana, fue hallado ayer por la mañana en Campo Seis Robles, en la localidad de Gualeguay, a dos kilómetros de la ruta 12 y a tres de una chacra donde el viernes pasado se había encontrado su ropa.
“Suelen atacar a chicas, jóvenes medianamente en estado de vulnerabilidad por el hecho de que están solas, sin compañía”, añadió el psicólogo.
Los investigadores llegaron al lugar tras la confesión de Sebastián José Luis Wagner, de 30 años, quien había sido detenido el viernes a las 23, en Moreno, Buenos Aires. En ese momento confesó haber matado a Micaela y dijo dónde estaba el cuerpo.
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Micaela García fue víctima de un violador serial que la mató y dejó su cuerpo desnudo entre pastizales de un descampado. El femicidio generó gran conmoción en todo el país.
José Luis Wagner, de 30 años, un exconvicto que anteriormente violó a dos chicas, confesó haber matado a Micaela e indicó dónde estaba su cuerpo. Cada detalle del caso deja al descubierto el perfil del violador serial.
Fuentes judiciales aseguraron ayer que su modus operandi en los casos anteriores consistía en elegir mujeres jóvenes, estudiantes. Las secuestra, las golpea, las viola y las abandona. Se desplaza en un auto con las víctimas y va tirando ropa en distintos lugares para desorientar a los investigadores.
“Estas personas tienen la característica de la serialidad porque eligen víctimas similares. Siempre chicas, jóvenes con determinadas particularidades, a su modo de ver”, manifestó el licenciado en psicología Juan Matías Arroz, del Centro de Psicoterapias (CePsi) al ser consultado por El Tribuno.
El cuerpo de la chica de 21 años, desaparecida en la madrugada del 1 de abril cuando se la vio salir del boliche King de la ciudad entrerriana, fue hallado ayer por la mañana en Campo Seis Robles, en la localidad de Gualeguay, a dos kilómetros de la ruta 12 y a tres de una chacra donde el viernes pasado se había encontrado su ropa.
“Suelen atacar a chicas, jóvenes medianamente en estado de vulnerabilidad por el hecho de que están solas, sin compañía”, añadió el psicólogo.
Los investigadores llegaron al lugar tras la confesión de Sebastián José Luis Wagner, de 30 años, quien había sido detenido el viernes a las 23, en Moreno, Buenos Aires. En ese momento confesó haber matado a Micaela y dijo dónde estaba el cuerpo.
Sin culpa
“La característica principal de abusadores del tipo psicópata o perverso es que no sienten culpa. Los psicopáticos como Wagner no sienten culpa”, hizo hincapié el licenciado.
Wagner ya había sido condenado a nueve años de prisión por violar a dos jovencitas en 2010, de los cuales solo cumplió cuatro porque el juez de Ejecución de Penas de Gualeguaychú, Carlos Rossi, lo dio la libertad condicional. Antes estuvo en una granja.
“Otro rasgo de este tipo de persona es que lo que le atrae o impulsa es el dominio del otro, ‘sentirse por encima de’”, explicó Arroz.
El exconvicto fue señalado como sospechoso tras la revisión de filmaciones de cámaras de seguridad que habían captado la imagen de su auto cerca del boliche King.
“Tienen poca o nula posibilidad de reinserción. No es como otras patologías psicológicas que con terapia se pueden revertir. Es así porque hablamos de un impulso sexual que está relacionado a algo prohibido, a tener poder sobre la otra persona”, añadió.
Las filmaciones sumadas a sus antecedentes convirtieron a Wagner rápidamente en el principal sospechoso.
Estuvo prófugo varios días y lo detuvieron luego de que su madre llamara a la Policía para entregarlo.
El homicida tenía un revólver calibre 32 con el que intentó dispararse sin éxito.