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"Ragone vio la muerte en los ojos del ex jefe de policía Gentil"

Arnaldo Goenaga fue el cuarto testigo que declaró hoy, en la audiencia inicial que se realiza en Salta por el secuestro y las torturas infligidas al cooperativista Marcial Uro.  
Lunes, 29 de mayo de 2017 19:04
Foto Javier Corbalán

El testigo Arnaldo Goenaga, que declaró hoy en la primera audiencia del décimo juicio que por delitos de lesa humanidad que se desarrolla en Salta, aseguró que el ex gobernador Miguel Ragone vio “la muerte en los ojos” del ex jefe de policía, Miguel Gentil, que es uno de los dos acusados en el proceso oral y público que se realiza por la privación ilegítima de la libertad y los tormentos sufridos por Marcial Uro.
“El doctor Ragone me dijo: ‘yo a Gentil le vi la muerte en los ojos y no va a matar en mi nombre’”, precisó Goenaga, quien declaró a través del sistema de videoconferencia, desde el Consejo de la Magistratura, en Buenos Aires.
Goenaga fue el cuarto testigo que declaró hoy, en la audiencia inicial del juicio que se realiza en Salta, por el secuestro y las torturas infligidas al cooperativista Marcial Uro, entre fines de 1974 y 1975.
Los acusados en este proceso son los ex jefes de la Policía provincial, Miguel Gentil; y de Investigaciones de esa fuerza, Joaquín Gil, quienes el 8 de mayo pasado fueron una vez más condenados, junto a otros represores, en el noveno juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en Salta.
En tanto, el policía federal Ernesto Federico Livy fue otro imputado en esta causa, hasta su fallecimiento.
Uro era cofundador de una cooperativa de trabajo en herrería y carpintería, creada en terrenos del barrio Finca Independencia, de la zona sudeste de la ciudad de Salta, otorgados por Ragone, quien a su vez fue derrocado a fines de 1974 y se encuentra desaparecido desde su secuestro, el 11 de marzo de 1976.
“Apenas asumió la intervención de Alejandro Mosquera empezaron a explotar las bombas en Salta”, expresó Goenaga, quien fue asesor del ex gobernador entre el 24 de mayo de 1973 y noviembre de 1974.
Durante su declaración, el militante peronista, que juró antes de dar su testimonio “por la Patria y por Perón”, reveló que durante su estadía en Salta, en esa época, mantuvo contacto con dirigentes de todos los barrios periféricos de la capital salteña y que viajaba por el interior provincial.
En este sentido, detalló que trabajó en un relevamiento realizado en Finca Independencia, por la apropiación de tierras por parte de personas y familias de muy escasos recursos, que se apostaron en el lugar.
Luego, precisó que no conocía a Uro y contó que un fotógrafo de la Casa de Gobierno le dijo que “un pariente de la Policía Federal” le había pedido una foto suya.
“Tras la intervención pasé a la clandestinidad durante un mes. La doctora Cristina Garros, que después fue ministra de la Corte de Justicia de Salta, sabía dónde me escondía”, acotó.
Finalmente, Goenaga cerró su testimonio: “estos dos personajes, Gil y Gentil, tienen que pagar por las maldades que han hecho”.

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El testigo Arnaldo Goenaga, que declaró hoy en la primera audiencia del décimo juicio que por delitos de lesa humanidad que se desarrolla en Salta, aseguró que el ex gobernador Miguel Ragone vio “la muerte en los ojos” del ex jefe de policía, Miguel Gentil, que es uno de los dos acusados en el proceso oral y público que se realiza por la privación ilegítima de la libertad y los tormentos sufridos por Marcial Uro.
“El doctor Ragone me dijo: ‘yo a Gentil le vi la muerte en los ojos y no va a matar en mi nombre’”, precisó Goenaga, quien declaró a través del sistema de videoconferencia, desde el Consejo de la Magistratura, en Buenos Aires.
Goenaga fue el cuarto testigo que declaró hoy, en la audiencia inicial del juicio que se realiza en Salta, por el secuestro y las torturas infligidas al cooperativista Marcial Uro, entre fines de 1974 y 1975.
Los acusados en este proceso son los ex jefes de la Policía provincial, Miguel Gentil; y de Investigaciones de esa fuerza, Joaquín Gil, quienes el 8 de mayo pasado fueron una vez más condenados, junto a otros represores, en el noveno juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en Salta.
En tanto, el policía federal Ernesto Federico Livy fue otro imputado en esta causa, hasta su fallecimiento.
Uro era cofundador de una cooperativa de trabajo en herrería y carpintería, creada en terrenos del barrio Finca Independencia, de la zona sudeste de la ciudad de Salta, otorgados por Ragone, quien a su vez fue derrocado a fines de 1974 y se encuentra desaparecido desde su secuestro, el 11 de marzo de 1976.
“Apenas asumió la intervención de Alejandro Mosquera empezaron a explotar las bombas en Salta”, expresó Goenaga, quien fue asesor del ex gobernador entre el 24 de mayo de 1973 y noviembre de 1974.
Durante su declaración, el militante peronista, que juró antes de dar su testimonio “por la Patria y por Perón”, reveló que durante su estadía en Salta, en esa época, mantuvo contacto con dirigentes de todos los barrios periféricos de la capital salteña y que viajaba por el interior provincial.
En este sentido, detalló que trabajó en un relevamiento realizado en Finca Independencia, por la apropiación de tierras por parte de personas y familias de muy escasos recursos, que se apostaron en el lugar.
Luego, precisó que no conocía a Uro y contó que un fotógrafo de la Casa de Gobierno le dijo que “un pariente de la Policía Federal” le había pedido una foto suya.
“Tras la intervención pasé a la clandestinidad durante un mes. La doctora Cristina Garros, que después fue ministra de la Corte de Justicia de Salta, sabía dónde me escondía”, acotó.
Finalmente, Goenaga cerró su testimonio: “estos dos personajes, Gil y Gentil, tienen que pagar por las maldades que han hecho”.

El secuestro de Uro

Por la mañana, tras la lectura de la requisitoria fiscal, declaró la hija de Uro, Lucrecia Gabriela Guanca, quien reveló la situación que atravesó su padre y se comprometió a aportar pruebas médicas del estado en que quedó la víctima de este juicio tras los tormentos sufridos durante su detención.
Antes, Gentil –quien siguió la audiencia a través de una videoconferencia, desde Buenos Aires-, y Gil, quien estaba en la sala de los tribunales federales salteños pero que después pidió retirarse hacia una habitación contigua, se negaron a declarar.
Además, prestaron testimonio el ex policía Ángel Roberto Adán y el ex dirigente de la Confederación General del Trabajo (CGT), Julio Aguirre, quien luego fue senador provincial por la capital salteña, y que sufrió torturas y una prolongada detención que lo llevó por varios centros clandestinos del país.
Según la hipótesis de la elevación a juicio, los imputados secuestraron a Uro en su domicilio del barrio Finca Independencia, en el sudeste de la ciudad de Salta y lo trasladaron a la Central de la Policía, donde lo torturaron para luego ser confinado en la casa del comisario Livy hasta su liberación, dos semanas después.
Gentil y Gil están acusados, como presuntos coautores mediatos, del delito de privación ilegítima de la libertad agravada, en concurso ideal con el de imposición de tormentos agravados por ser la víctima un perseguido político.
Esta última circunstancia quedó acreditada con los elementos de prueba reunidos durante la etapa de instrucción, en la que intervino el fiscal Eduardo Villalba.
Un legajo elaborado por el Departamento de Inteligencia 143 de Salta catalogaba a la víctima como “de ideología: presunto Montonero”, y otros informes del aparato represivo lo incluían entre personas buscadas por acciones o actividades "subversivas”.
La detención de la víctima no figuró en ningún registro de la fuerza pero Uro fue visto por testigos cuando era trasladado a bordo de una camioneta hasta la Central de Policía.
Tras la declaración de Goenaga, que comenzó atrasada unos veinte minutos debido a una demora del presidente del tribunal, quien aludió problemas de salud de un familiar de edad avanzada, la audiencia pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo lunes, a las 8.30.

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