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“Haber sido dirigido por Plácido Domingo ha marcado un antes y un después en mi carrera profesional”

Pablo Sánchez ha dejado su Salta natal para desarrollarse como cantante lírico lejos de su patria, pero con el corazón en ella. Recientemente, como fruto del esfuerzo y la dedicación, compartió escenario en Madrid con una de las figuras más relevantes de la historia de la ópera. En diálogo con El Tribuno, relata esta experiencia inolvidable.
Domingo, 04 de junio de 2017 23:09

Por Marina Cavalletti

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Por Marina Cavalletti

El destacado tenor salteño está sin dudas cosechando los logros de su dedicación: recientemente subió al  escenario en el Teatro Real de Madrid dirigido por Plácido Domingo en España. En el marco de la gala lírica Escuela de Música Reina Sofía, con motivo de su 25 aniversario cumplió uno de sus deseos más profundos.  Asegura que su camino no ha sido sencillo: desarraigo, alegrías, pero también tristezas “Muchas veces me he sentido solo frente al mundo, y fue allí donde el apoyo incondicional de mi familia más la plena convicción de luchar por lo que siempre eh sentido ser fueron el empujón para seguir”, explica

Hace poco cumpliste el sueño de cantar con Plácido Domingo ¿qué podés contarnos de esa experiencia,  desde los ensayos hasta el momento de actuar en vivo? 

Lo primero que viene a mi cabeza, es aquel CD que obtuve a mi 18 años, titulado “Bravo Domingo”. Recuerdo escucharlo tantas veces hasta casi rayarlo. Incluía éxitos del Maestro, desde las arias de ópera más memorables hasta las romanzas de zarzuela más populares para tenor, fueron el inicio de lo que se ha convertido no solo en mi pasión sino también en mi profesión. En ese momento resultaba utópico pensar en escuchar en vivo al Maestro.

Haber sido dirigido por Plácido Domingo ha marcado un antes y un después en mi carrera profesional. Además es una gran satisfacción de haber conocido una de las ultimas leyendas vivas de la historia de la Opera.

Uno de los momentos que quedarán en mi memoria por siempre, fue en bambalinas, en la segunda salida para saludos, escuchar de su boca decirme: “me recuerdas cuando yo era joven”, mejor halago que ese no creo volver a recibir.

Descubrí  en mi “Ídolo”, además de un talento indiscutible,  una enorme generosidad, tanto durante los ensayos como sobre el escenario. Cada segundo transcurría como una eternidad,  disfrutando cada momento. Comprendí que con mucho esfuerzo y perseverancia, los sueños pueden volverse realidad.

Con qué otros colegas te gustaría compartir o haber compartido un escenario? 

He tenido la suerte de conocer y compartir elenco con grandes figuras de la actualidad, en el Teatro Colón y aquí en Europa, entre ellos el barítono español Carlos Álvarez, el tenor argentino José Cura, el tenor mexicano Javier Camarena, la soprano albana Ermonela Jaho, de quienes he aprendido muchísimo. Buscando en la historia grandes referentes que ya no están mencionaría a los  tenores Mario del Monaco, Franco Corelli, Nicolai Guedda, Alfredo Kraus y que aún viven,  y son principales figuras en los teatros más prestigiosos del circulo operístico, el argentino Marcelo Álvarez, el polaco Piotr Beczala o el español Jorge de León.

 

Tu formación es muy amplia, primero en el instituto del teatro Colón, ahora en España ¿Qué te ha aportado cada una de esas instancias de perfeccionamiento?

A decir verdad sí, pero a mi humilde entender, en esta profesión la formación y el estudio son permanentes, aun en los primeros pasos profesionales y durante la carrera. Las exigencias actuales de los teatros y de las agencias de representación son muy altas, no solo a nivel vocal sino también a nivel actoral.

Los cuatro años en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, me dieron los primeros cimientos fuertes para mi carrera y la catapulta para los primeros contratos como solista en el Teatro Colón. Tristemente para pulir detalles, entrar en el circuito de las agencias y alcanzar el nivel que se exige, hay que emigrar de nuestro país en busca de maestros que controlen la técnica vocal. En este sentido el tenor Pedro Lavirgen quien fue mi maestro durante dos años aquí y mi actual maestro Ryland Davis, me ayudaron a allanar el camino hacia la técnica italiana de canto que exige mi repertorio.

Cómo comenzó tu pasión por el canto lírico en una provincia más ligada a las expresiones denominadas populares? 

Comenzó  en un coro de Iglesia, como  solista de la Misa Criolla del Maestro Ariel Ramírez y de ahí participando en distintos coros de la Provincia. También es verdad que como buen salteño el folklore nunca ha faltado ni falta en mi casa. De hecho,  aquí tengo una guitarra y de vez en cuando me atrevo con alguna zamba

¿Por qué la ópera? es en este estilo de canto y expresión en el que más cómoda se encuentra mi voz y en el que mejor puedo expresar mis sentimientos.

En este sentido algunos consideran que la ópera es para pocos, mientras que el folklore es masivo…

Es cierto que cada país o región posee su propio “folklore” que lo representa y distingue. Contra algunos tabúes que existen, creo que la ópera es conocida en todas partes, pero necesita de gente audaz que se atreva a arrimarla a quienes menos la conocen. Entiendo que para eso son necesarias inversiones económicas  que no todos los gobiernos están dispuestos a hacer, ya que, o es más rentable apostar por el folklore local o existen otras prioridades.

¿Creés que Plácido Domingo, en el proyecto de los tres tenores hizo un aporte al respecto? 

Sin dudas,  la histórica formación de la que fue parte el Maestro Plácido Domingo junto a Luciano Pavarotti y a José Carreras, provocó una auténtica revolución en el mundo. No solo en el de la ópera sino en general. Con un repertorio variado, centrado en las arias más famosas como la inmortal “Nessun Dorma” de la Opera Turandot, pero también con canciones populares de distintos países, homenajeando el folklore, con el objetivo de lograr un mayor impacto no solo en el publico melómano.

Qué le dirías a los jóvenes que están pensando en iniciar un camino similar al tuyo? Cuáles son los mayores desafíos y las mayores alegrías que has tenido con la música? 

Ante todo, perseguir los sueños con la plena convicción de lo que el corazón te dicte.

En el mundo que estamos viviendo ningún camino es fácil. Necesitan de valentía y perseverancia, condiciones indispensables para transitarlo. Sumado a esto,  el constante estudio y dedicación marcan mucho la diferencia en nuestra profesión.

Como dije al principio,  el esfuerzo y la dedicación al fin van recogiendo sus frutos. Quizá una espinita que tengo clavada es el dicho popular “nadie es profeta en su tierra”, pero confío en  que pronto la provincia que me vio crecer conozca mi trabajo actual.

 

 

 

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