Un motociclista que circulaba por la Avenida Paraguay, y según los primeros informes de la Policía de Salta, manejaba en un evidente estado de ebriedad, cruzó el semáforo en rojo y chocó contra un remís, esta madrugada. El conductor fue trasladado de urgencia y en código rojo por una ambulancia del Samec hacia el Hospital San Bernardo. “Aparentemente estaba alcoholizado. El semáforo estaba en rojo y él pasó igual. Le dio en el medio al remís”, le dijo a El Tribuno uno de los policías que estaba en el lugar del hecho.
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Un motociclista que circulaba por la Avenida Paraguay, y según los primeros informes de la Policía de Salta, manejaba en un evidente estado de ebriedad, cruzó el semáforo en rojo y chocó contra un remís, esta madrugada. El conductor fue trasladado de urgencia y en código rojo por una ambulancia del Samec hacia el Hospital San Bernardo. “Aparentemente estaba alcoholizado. El semáforo estaba en rojo y él pasó igual. Le dio en el medio al remís”, le dijo a El Tribuno uno de los policías que estaba en el lugar del hecho.
El conductor del remís, según se pudo conocer, había salido de cargar gas en la estación de servicio que se encuentra enclavada en Villa Palacios, una vez que el semáforo le dio paso, el remisero aceleró para cruzar la avenida Paraguay, y fue cuando la moto que venía a toda velocidad, lo chocó en el medio de las dos puertas del lado izquierdo. “En estos momentos estamos realizando las pericias, pero al parecer fue el motociclista el que pasó el semáforo en rojo. No se ven hullas de que haya atinado a frenar, le pegó de lleno al auto”, expresó el policía a este matutino mientras se realizaban las pericias del accidente vial ocurrido esta madrugada. El auto involucrado en un Citröen C3.
Recién una hora y media después la policía volvió a abrir el pase en la avenida Paraguay. “El muchacho de la moto de unos 20 a 30 años aproximadamente se encontraba mal, la ambulancia llegó rápido y fue trasladado de urgencia. Esa es la única información que tenemos por ahora”, señaló la policía. Lo cierto es que otra vez la imprudencia y el alcohol le ganó a la sensatez.