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Duro de remontar: Los Pumas no pudieron ante Sudáfrica 

Argentina perdió 41 a 23 frente a Sudáfrica, ante 17 mil personas, en el Martearena y por la segunda fecha del Rugby Championship. La Selección de rugby se brindó por un partido vibrante y picante. 
Sabado, 26 de agosto de 2017 16:33
Foto: Andrés Mansilla
Foto: Twitter @lospumas

Cerca y lejos a la vez. Por cada paso adelante de Los Pumas, los Springboks dieron dos. Por cada bloqueo y resistencia de Argentina, Sudáfrica recargó su barra de energía, contragolpeó y lastimó. La derrota se volvió inevitable y esa buena historia que juntó al seleccionado argentino, al Martearena y a Salta (la victoria del año pasado) quedó lejana. Irrepetible. Los Springboks se fueron de esta tierra con la victoria por 43 a 21, pese a los buenos momentos del equipo nacional, pocos y efímeros, pero suficientes para creer que todavía se puede estar a la altura. 
Los Pumas brindaron un espectáculo mucho más decoroso que el del fin de semana anterior y la remaron casi siempre desde atrás, salvo por esos primeros minutos con el penal que anotó Bofelli, con el que Argentina arrancó ganando. Eran minutos extrañamente erráticos para los sudafricanos, que dejaron escapar dos ejecuciones de campo quieto. Errores no capitalizados por Argentina porque, además, Tomás Lavanini debilitó al equipo con una “amarilla” y Moyano se quedó corto para estirar la ventaja en el ingoal. Ese “casi try” en menos del primer cuarto de hora pudo haber cambiado la tarde. Pero Sudáfrica comenzó a jugar y a mostrar las flaquezas del conjunto local. Un try de Kolisi dio vuelta el resultado y el apertura Elton Jantjies comenzó a manejar los hilos de los Springbooks a partir de su primera conversión. El apertura sudafricano no volvió a fallar, metió un penal concedido por la mala formación del scrum argentino y más tarde volvió a convertir luego del try de Rhule. Parecía que Argentina había perdido la brújula y vino otra gran corrida de Moyano, un try y posterior conversión de Hernández. El trámite fue palo a palo.

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Cerca y lejos a la vez. Por cada paso adelante de Los Pumas, los Springboks dieron dos. Por cada bloqueo y resistencia de Argentina, Sudáfrica recargó su barra de energía, contragolpeó y lastimó. La derrota se volvió inevitable y esa buena historia que juntó al seleccionado argentino, al Martearena y a Salta (la victoria del año pasado) quedó lejana. Irrepetible. Los Springboks se fueron de esta tierra con la victoria por 43 a 21, pese a los buenos momentos del equipo nacional, pocos y efímeros, pero suficientes para creer que todavía se puede estar a la altura. 
Los Pumas brindaron un espectáculo mucho más decoroso que el del fin de semana anterior y la remaron casi siempre desde atrás, salvo por esos primeros minutos con el penal que anotó Bofelli, con el que Argentina arrancó ganando. Eran minutos extrañamente erráticos para los sudafricanos, que dejaron escapar dos ejecuciones de campo quieto. Errores no capitalizados por Argentina porque, además, Tomás Lavanini debilitó al equipo con una “amarilla” y Moyano se quedó corto para estirar la ventaja en el ingoal. Ese “casi try” en menos del primer cuarto de hora pudo haber cambiado la tarde. Pero Sudáfrica comenzó a jugar y a mostrar las flaquezas del conjunto local. Un try de Kolisi dio vuelta el resultado y el apertura Elton Jantjies comenzó a manejar los hilos de los Springbooks a partir de su primera conversión. El apertura sudafricano no volvió a fallar, metió un penal concedido por la mala formación del scrum argentino y más tarde volvió a convertir luego del try de Rhule. Parecía que Argentina había perdido la brújula y vino otra gran corrida de Moyano, un try y posterior conversión de Hernández. El trámite fue palo a palo.

 

 

 

 

Coetzee recibió y asentó tras un pase forward, Sudáfrica no pudo escapar otra vez pero Hernández volvió a desenchufarse, perdió un drop y Leguizamón, la cabeza: vio una amarilla y tuvo que hacerse a un costado por un rato. Los Springbok cerraron el primer tiempo con otra gran doble tarea de Jantjies, try y una conversión (17-10).
El segundo tiempo fue picantísimo: más tries, penales, pinñas, choques, golpes y caídas. La temperatura alcanzó niveles impropios del juego mismo; Los Pumas no estaban dispuestos a entregarse así nomás. El penal de Hernández achicó distancias y fue otro cachetazo que Sudáfrica respondió con el try de Kolisi, conversión de Jantjies y un try-penal con el que el árbitro Gauzere castigó a la Selección por el descontrol de Lavanini (le dio duro y parejo, sin pelota, a un rival). La diferencia ya era irreversible. Cuando los Springboks se lo proponían, arrasaban; cuando Argentina se imponía, luchaban. Las anotaciones de Moroni (try) y Nico Sánchez (conversión y penal) volvieron a encender el estadio, pero Jantjies se encargó de bajar la adrenalina con otro remate preciso a los palos. El cansancio y el descalabro posicional defensivo de Los Pumas hicieron mella en los minutos finales, por lo que Du Preez y Jantjies le terminaron de dar forma a una nueva de    rrota argentina. 

 

 

 

 

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