Desde el Gobierno nacional se muestran felices y confiados al momento de analizar nuestra economía, pero tal optimismo no contagia más allá de la Casa Rosada. Es que sobran dudas sobre el supuesto crecimiento, ante la existencia de situaciones no deseables, como el atraso cambiario y las elevadas tasas de interés que, junto al déficit fiscal, no son señales favorables para el crecimiento sostenido en el mediano y largo plazo.
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Desde el Gobierno nacional se muestran felices y confiados al momento de analizar nuestra economía, pero tal optimismo no contagia más allá de la Casa Rosada. Es que sobran dudas sobre el supuesto crecimiento, ante la existencia de situaciones no deseables, como el atraso cambiario y las elevadas tasas de interés que, junto al déficit fiscal, no son señales favorables para el crecimiento sostenido en el mediano y largo plazo.
La situación económica se encuentra estancada y el crecimiento aún no alcanzó a equiparar los niveles de actividad del 2015.
La reforma previsional. Desde principio de año se está evaluando un aumento de la edad jubilatoria. Es solo una forma de demorar el acceso a la jubilación para reducir el gasto en materia de jubilaciones, pero es también un obstáculo para que los jóvenes accedan al mercado laboral. El equilibrio del sistema no se va a dar ni bajando las prestaciones, ni limitando su otorgamiento. Vamos a encontrar el verdadero equilibrio con el aumento de la masa de aportantes, para que el sistema así tenga mayores recursos y se puedan financiar las prestaciones adecuadas.
La reforma tributaria. La reforma tributaria tiene que orientarse a bajar la presión fiscal para dar viabilidad a proyectos de desarrollo y desalentar la economía informal. Se debe incrementar la masa coparticipable y disminuir la discrecionalidad de la Nación en la distribución de fondos. Las provincias postergadas como Salta, con bajos indicadores de los aportes al producto bruto, a pesar de tener una inmensa riqueza en materia de recursos naturales, sufren la falta de desarrollo e inversión.
Fondo del Conurbano. La reforma sobre este tema en realidad debe centrarse en la creación de un Fondo de Recuperación del Norte Argentino, que siempre ha aportado riqueza al país, fijar una asignación especial temporaria excepcional para poder alcanzar los niveles de desarrollo que lo equilibren con las otras regiones del país, llevando así justicia y equidad a toda la nación, para cumplir el objetivo de la coparticipación establecida en la Constitución.
El camino a seguir. La recuperación de la economía solo será consecuencia del aumento de la producción y productividad. El gasto del Estado debe ser racionalizado y enfocado a favorecer el crecimiento de la producción, lo que derivará en aumento de empleo y recaudación. Es imperioso la necesidad de la realización de obras para mejorar la infraestructura caminera, y que de una vez por todas se acabe con la seguidilla de promesas de cada uno de los gobiernos respecto a la reactivación del ferrocarril, para así abaratar de una buena vez los costos de transporte de nuestra producción, que nos hace perder competitividad y nos quita posibilidades para el desarrollo de nuestra región.
Ley de bosques. No podemos postergar más su reforma para permitir la incorporación de tierras a la producción. Las proyecciones internacionales estiman que en el 2050 vamos a alcanzar más de 10.000 millones de habitantes en todo el planeta, por lo que necesitamos aumentar la producción de alimentos, y Salta es un lugar privilegiado para ello.
Baja de la presión fiscal. Creo que no necesariamente puede implicar una baja de recaudación, por el contrario, puede llevar a que muchas actividades que actualmente resulten inviables, se transformen en viables porque al bajar el costo, pude representar un atractivo y la posibilidad de realizar algo rentable por parte de los inversores. Pero no solo tiene que haber baja sino también seguridad jurídica, premisa de toda República que pretenda proteger y fomentar la riqueza de sus ciudadanos.