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Recesión e inflación, el combo que está ahogando a los consumidores

Con tasas que arrancan en 80% anual, los créditos o planes de cuotas ya no son aconsejables.El atraso salarial y la falta de financiamiento a las pymes generan un círculo vicioso.
Lunes, 15 de octubre de 2018 03:00

Que la inflación no es nueva ni un invento de los gobiernos de los últimos años no es un secreto. El argentino convive con la inflación al igual que lo hace con el fútbol y el asado o las pastas de los domingos sin que le llame la atención ver la constante evolución de los precios. Más bien, sorprenden las noticias de países de la región con cifras menores al 1% mensual o de un dígito anual.

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Que la inflación no es nueva ni un invento de los gobiernos de los últimos años no es un secreto. El argentino convive con la inflación al igual que lo hace con el fútbol y el asado o las pastas de los domingos sin que le llame la atención ver la constante evolución de los precios. Más bien, sorprenden las noticias de países de la región con cifras menores al 1% mensual o de un dígito anual.

El condimento nuevo lo aportan ahora la recesión económica, el atraso salarial y las altísimas tasas de financiación fijadas por el Banco Central de la República Argentina, que arrancan en un piso que ronda el 80% anual y que, con una mala combinación de largos plazos de devolución, mora y refinanciamientos pueden superar el 500% con alarmante facilidad.

Al menos antes, una compra en planes largos de financiación le permitía al consumidor recuperar con actualizaciones salariales lo que perdía por la inflación. Hoy ya no. Mientras más larga la financiación, más difícil de pagar será porque el salario ya no solo corre de atrás a la inflación, sino que además la perdió de vista.

Un informe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) que reproduce el sitio iProfesional reveló que, por la recesión y las tasas de interés, en octubre se ve "una contracción en el stock promedio mensual de préstamos al sector privado", y que "luego de un estancamiento verificado el mes pasado, ahora los créditos reflejan un retroceso intermensual, algo que no sucedía desde febrero de 2016".

Remarca además que "la merma fue más significativa en líneas comerciales y en aquellas vinculadas al consumo". Específicamente, "las líneas vinculadas al consumo en pesos (personales y con tarjeta) -que representan poco menos de la mitad del total de la cartera en esa moneda-, pasaron de crecer apenas 0,1% mensual el mes pasado, a decrecer -0,2% este mes", revelan.

El informe advierte que "los préstamos personales subieron solo 0,2% contra el 0,4% verificado en septiembre, mientras que las financiaciones con tarjeta de crédito en pesos pasaron de 0,3% negativo en septiembre a 0,6% abajo ahora".

El consumo, comprometido

"En materia de consumo vamos a tener un problema grave", anticipa Álvaro Pérez, asesor financiero y director de Finex, e inmediatamente amplía: "Las personas que están pagando el mínimo de la tarjeta son muchas y van a ser más".

El especialista indicó que quienes recurren a esta práctica "van a empezar a pagar tasas del 150%" y que "hoy el que más preocupa es el que paga el súper con la tarjeta y saca un adelanto con una tarjeta para cubrir el mínimo de la otra. El que está haciendo esa bicicleta va a tener un problema grave de rentabilidad".

Pérez consideró que "a esa persona probablemente no se le pueda aconsejar cambiar los bienes que consume, dejar de comprar los fideos que compraba y comprar de segunda marca, porque seguramente ya lo hizo. Hay una enorme preocupación por ese segmento de la sociedad, que es enorme".

"Hay un 30% de pobres -agregó-, hay otro 60% que es clase media y media baja que ya no llega a cubrir sus necesidades y la inflación va a seguir una inercia que fue el 7,5% el mes pasado, que este mes probablemente sea 5% y es un 12% en dos meses, y los sueldos no se van a ajustar a esa velocidad", dijo.

El asesor financiero advirtió que "si le bajamos el sueldo a toda la economía, porque la inflación va a ser del 48%, y el sueldo se va a ajustar máximo en 30%, va a perder poder adquisitivo muy fuerte el salario en Argentina; y el asalariado argentino no se va a Punta del Este, compra lo que producen las Pymes locales, entonces ahí tenemos una caída de consumo que deja una situación muy compleja".

“La mora en las tarjetas de crédito está subiendo, así que tenemos una perspectiva bastante negativa”, anticipó, pero reconoció que “algún sector en particular tendrá un buen momento, como el turismo, que puede llegar a pasar un buen verano, pero nada más”.
“La construcción está parada porque no tenemos obra pública importante, ni grandes desarrollos inmobiliarios. El crédito se destruyó, los UVA, que eran un buen motor para la economía, cayeron a cero. El panorama es muy difícil”, lamentó.

Cuidado con la refinanciación

El abogado y especialista en derechos del consumidor Daniel Paganetti advirtió que cada vez que una entidad bancaria o financiera hace una refinanciación la hace sobre la última deuda del cliente (en algunos casos se suma la deuda original más una primera o segunda refinanciación), se rompen los contratos anteriores y se vuelve a refinanciar y parten del último monto, al que toman como capital”.
“Este tipo de prácticas están prohibidas por la ley, son una especie de defraudación, un aprovechamiento de la necesidad de la persona que está endeudada”, explicó.
Alertó que está en ascenso la modalidad, en algunas tarjetas de crédito, de ofrecer créditos a través del plástico del cliente y dijo que de esa manera logran sortear algunos controles sobre las condiciones del trato que cierran con los clientes. “Son mayormente las tarjetas que están direccionadas para sectores socioeconómicos bajos, que tienen sueldos promedio, empleados que logran muchas cosas a través del financiamiento y, a veces, no dimensionan lo que están firmando”, detalló.
“Las empresas están matando a un segmento medio bajo y les conviene que entren en mora, los hacen ir a la sucursal por una supuesta solución y salen (los clientes) con un problema más grande”, afirmó.
Consideró que “hay otro factor, que es la necesidad: la gente usa la tarjeta para cubrir algo o pide préstamos y eso evidencia una crisis a nivel individual y en términos familiares. Últimamente se está notando en muchos ámbitos que la gente se está endeudando y hay algunos focos donde está apareciendo una cesación de pagos, que refleja la situación económica que se está atravesando”.
En este sentido, Paganetti vaticinó que “con las tarjetas de crédito va a pasar que mucha gente va a entrar en mora y va a dejar de pagar, porque llega un punto donde pesan más las necesidades que tienen y sus prioridades, como llevar comida todos los días a su casa; estamos entrando en un lugar muy feo”.
Finalmente, reflexionó que la gente que necesita comprar o tomar un crédito a veces no se da cuenta de que las tasas rondan el 80 por ciento y acepta la solución a mano, que es el financiamiento. 
 

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