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El beneficio de la duda absolvió a una médica

Vilma Abán llegó a juicio acusada de haber matado a un niño de un año tras una mala praxis. Ayer la Justicia le dio la derecha.
Viernes, 19 de octubre de 2018 02:35

La jueza María Victoria Mantoya Quiroga, vocal de la Sala II del Tribunal de Juicio de esta ciudad, decidió absolver a la médica salteña Vilma Alejandra Abán de 46 años por el beneficio de la duda.

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La jueza María Victoria Mantoya Quiroga, vocal de la Sala II del Tribunal de Juicio de esta ciudad, decidió absolver a la médica salteña Vilma Alejandra Abán de 46 años por el beneficio de la duda.

El fiscal Ramiro Ramos Ossorio había solicitado la pena de un año de prisión condicional y 5 años de inhabilitación para ejercer el cargo como profesional de la salud. La médica había llegado a juicio junto al colega José Ramón Resina, quien falleció en julio de este año, acusados como autora y coautor de un supuesto homicidio culposo por mala praxis.

En la última jornada del juicio oral y público la imputada decidió pasar al frente de la jueza y declarar. "Actué sobre lo que vi en ese momento, no se puede predecir acerca de una infección fulminante", fue una de los últimos fundamentos de la señora, quien contó que si bien la identificaban como la "pediatra" del Centro de Salud del barrio Los Pinares, donde ocurrió el lamentable hecho, ella es médica generalista "en el Centro de Salud de Los Pinares donde nunca hubo pediatra", expresó.

La doctora sostuvo que el accionar tiene que ser siempre bajo un protocolo a seguir, en este caso "nosotros tenemos que dirigirnos al hospital Papa Francisco por alguna urgencia. ¿Cuáles son las urgencias? Traumatismo craneal, hemorragias, pérdidas de abundante sangre y una emergencia hipertensa es lo que uno determina como urgente. Llamamos a la guardia para pedir la derivación, cuando tenemos el "ok' volvemos a llamar a la guardia del Samec. Ellos también consultan por qué, a dónde y si fue coordinado el tema". Según la mujer, el único caso en el que se puede llamar directamente al 911 para solicitar ayuda y una ambulancia es en caso de código rojo, "me tocó una sola vez tener que llamar directamente por una persona que se había ahogado". Respecto a la víctima de un año, M.F.P., la imputada, sostuvo que no tenía fiebre, sí estaba inquieto como cualquier niño.

A la hora de los alegatos, el fiscal Ossorio resaltó el periplo que tuvo que hacer la madre para salvar la vida de su pequeño. "A la señora González nadie ni nada le puede reprochar título de madre porque hizo todo lo que fue necesario por su hijo". El investigador fue claro y contundente: "El estado de salud del menor era manifiesto, va de suyo que la madre no tiene la capacidad de llamar y pedir una ambulancia para ir al hospital Papa Francisco, para eso uno va a los centros de salud, para ser atendido y que lo asistan. Los síntomas que incluyen las manchas estaban presentes, que la doctora no los haya visto es mala praxis, confundir una dermatitis del pañal con una meningitis es mala praxis".

Guiado en algunos conceptos por la propia imputada, el doctor defensor Enzo Spagnuolo expresó en el inicio de sus alegatos: "En lo único que coincidió con el señor fiscal de todo lo que dijo es que la obligación de los médicos es de medios y no de resultados, si lo médicos conocerían los resultados no se moriría nadie". En su descripción remarcó el tiempo que se perdió desde que la madre va de un lugar a otro, que justamente a la mamá del menor no se la notó en apuros respecto a lo que le pudiera pasar a su hijo.

 

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