El origen del descontento viene a cuenta porque el Gobierno había prometido mantener Bienes Personales con una alícuota del 0,25% y un mínimo no imponible de un millón de pesos. La idea era que su efecto se fuera licuando con el tiempo para que quedara como una especie impuesto de control respecto de otros tributos, como Ganancias.
Pero para lograr la aprobación del Presupuesto 2019, el Gobierno tuvo que romper la promesa. Negoció con los legisladores de la oposición una suba, porque se trata de un impuesto coparticipable. La mayor recaudación irá a las provincias.
Ya esa sola movida había despertado el enojo de profesionales de las ciencias económicas, quienes la calificaron de ‘emboscada‘ contra aquellas personas que habían entrado al blanqueo de capitales suponiendo que el tributo iba a tener un costo determinado.
La modificación consistía en subir el mínimo a $2.000.000 y fijar cuatro categorías: Una de $0 a $2 millones, sin alícuota, una segunda de $2 millones a $ 5 millones con 0,25%; otra de $5 millones a $20 millones con 0,50% y un fijo de $7.500; y una cuarta de $20 millones en adelante con tasa del 0,75% y un fijo de $82.500.
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El origen del descontento viene a cuenta porque el Gobierno había prometido mantener Bienes Personales con una alícuota del 0,25% y un mínimo no imponible de un millón de pesos. La idea era que su efecto se fuera licuando con el tiempo para que quedara como una especie impuesto de control respecto de otros tributos, como Ganancias.
Pero para lograr la aprobación del Presupuesto 2019, el Gobierno tuvo que romper la promesa. Negoció con los legisladores de la oposición una suba, porque se trata de un impuesto coparticipable. La mayor recaudación irá a las provincias.
Ya esa sola movida había despertado el enojo de profesionales de las ciencias económicas, quienes la calificaron de ‘emboscada‘ contra aquellas personas que habían entrado al blanqueo de capitales suponiendo que el tributo iba a tener un costo determinado.
La modificación consistía en subir el mínimo a $2.000.000 y fijar cuatro categorías: Una de $0 a $2 millones, sin alícuota, una segunda de $2 millones a $ 5 millones con 0,25%; otra de $5 millones a $20 millones con 0,50% y un fijo de $7.500; y una cuarta de $20 millones en adelante con tasa del 0,75% y un fijo de $82.500.
La escala definitiva
Pero al final, los legisladores decidieron reducir las categorías a tres. De modo que ahora, la primera va de $0 a $3 millones, que paga 0,25%; la segunda de $3 millones a $18 milllones que paga 0,50% más una suma fija de $7.500 y una tercera que arranca en $ 18 millones y abona 0,75% más $82.500.
Como en todo impuesto que tiene un mínimo, el contribuyente tributa sobre el importe que lo supera solamente. De modo que antes, una persona que tenía bienes declarados por $ 4.000.000 iba a pagar 0,25% por $2.000.000. Ahora, quedó enganchada en la segunda escala, y pagará 0,50% más $ 7.500. La movida también provoca que más personas entren en la escala más alta, ya que ahora con solo tener $18 millones quedará atrapado en la escala superior. Antes había que tener mas de $20 millones.
El tributarista Ezequiel Passarelli se quejó por las modificaciones, al afirmar que ‘las leyes impositivas buscan hacerle la vida más difícil a la gente‘. Cuando se conoció el primero de los cambios, el tributarista César Litvin también había manifestado un fuerte rechazo a la medida.