¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

16°
29 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

G-20: ¿ilusión, nostalgia o perspectiva?

Jueves, 13 de diciembre de 2018 00:00

Hace pocos días, nuestro país recibió a los líderes más poderosos del mundo, miembros de un grupo de países que componen el G-20.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Hace pocos días, nuestro país recibió a los líderes más poderosos del mundo, miembros de un grupo de países que componen el G-20.

Sin duda, un hecho trascendental e histórico, al menos desde la óptica de la diplomacia

Nos visitaron líderes de países que, entre todos, generan el 85% del PBI mundial. Para darnos una idea: de cada US$ 10 que se producen en el mundo US$ 8,5 pasa se producen en estos países, que representan el 75% del comercio mundial y el 66% del total de la población.

Un episodio parecido por su impacto al que vivimos con el G-20 podríamos compararlo con el 25 de mayo de 1910, cuando Argentina fue el centro de la atención mundial.

La calidad y la cantidad de visitantes de todo el mundo que recibimos fue histórica. En ese entonces, Argentina era una de las economías más prosperas del planeta con el aporte de millones de inmigrantes que trabajando en agricultura, ganadería y sus manufacturas perfilaron a un país que se llamó "el granero del mundo"

Con uno de los presupuestos más altos de nuestra historia, los gobiernos argentinos transformaron a Buenos Aires (actual CABA) en una ciudad fastuosa, con ostentosos edificios, frondosos parques, lujosos salones y anchas avenidas habiendo siendo el orgullo nuestro y la envidia de muchos países.

Solo por los dos días que duro el G-20, nuestro país volvió a ser el epicentro del poder mundial, despertando los sueños de volver en el tiempo y llegar a las primeras décadas del siglo pasado.

Por aquellas épocas Buenos Aires era la octava ciudad más grande del mundo con 1,2 millones de habitantes; la impresión que se llevaron los invitados fue la de una metrópolis en potencia, con capacidad de ser el centro del desarrollo en un mundo globalizado.

Hoy Argentina está muy lejos de ser una potencia; solo contribuye con el 0,8% del PBI mundial, tenemos altos índices de pobreza, corrupción, desocupación, elevada presión tributaria e inflación, en una economía inestable que no permite que se radiquen las suficientes inversiones productivas para generar el tan ansiado crecimiento de nuestra economía.

El mundo de estos días

Actualmente el mundo vive un periodo de profundos cambios y los países deben adaptarse a ellos para su desarrollo; la inestabilidad y la incertidumbre son obstáculos que se deben superar, para lo cual será necesario reformar los sistemas administrativos a nivel mundial buscando lograr un orden internacional.

También deberán solucionarse los conflictos geopolíticos sabiendo que generan caos e inseguridad; lo observamos con amenazas permanentes y recurrentes como el terrorismo, el cambio climático y el descrédito en que ha caído la democracia republicana.

Todos los habitantes del planeta enfrentamos varios desafíos comunes y esto llama a la reflexión y atención de todos. Será necesario buscar en forma urgente un lideraz go internacional con mucha fuerza cuyas premisas sean la equidad y justicia. Con estos antecedentes y con el consenso de todos será necesario promover la cooperación para lograr ganancias equitativas y compartidas para evitar generar mayor pobreza, salvaguardando el progreso y la unión. No son desafíos menores, lograr un consenso común es imprescindible, porque urge darle una solución al destino de la humanidad para lograr entre otras prioridades el apoyo a los más débiles, superar las confrontaciones y dejar de interpretar que el mundo pertenece a unas pocas personas, cuando no es así, en definitiva lograr un desarrollo armónico y global para todos los hombres y mujeres del planeta.

Nacimiento y objetivos del G-20 

El G-20 se creó en 1999 con el objetivo de tratar temas relevantes de la economía mundial, siendo inicialmente un foro de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de veinte economías importantes que no contaba con sede ni personal permanente.
Por aquellos años y en ese contexto Argentina era un país emergente en términos financieros más que por su potencial económico; el sistema cambiario que el gobierno de Carlos Menem instaló, con la tan mentada convertibilidad que equiparaba un dólar a un peso argentino, daba la impresión de que la economía argentina era sólida, razón por la que puso al PBI argentino entre los 20 más grandes del mundo. Por eso fue invitado nuestro país, y allí se quedó incluso después, cuando este esquema no pudo mantenerse y nuestra economía se cayó.
Actualmente, y por la crisis económica del 2008, sería incomprensible que se saque a cualquier país miembro del hemisferio sur por la volatilidad de sus economías.
El G-20 acredita importancia estratégica y convoca a los máximos líderes para discutir temas comunes.

El G-20 y Argentina 

Para la Argentina, y para el presidente Macri en particular, fue una oportunidad única, no solo por tener en un mismo escenario a todos los mandatarios de naciones que superan cómodamente el poderío económico de nuestro país, sino también por haber realizado reuniones bilaterales con varios de ellos.
A pesar de que hoy Argentina dista mucho de ser una potencia, lo meritorio es que durante estos dos días del G-20, después de muchos años Buenos Aires volvió a ser epicentro del poder mundial. Fueron solo pocas horas, pero nos recuerda, y con mucha nostalgia volver a encontrar a Argentina como lo fue en las primeras décadas del siglo pasado.
Los problemas que teníamos antes del G-20, los seguiremos teniendo; los inversores, tan necesarios en estos momentos, no solo analizan la política económica del actual gobierno, liderazgo y las leyes vigentes, sino también los proyectos de la oposición política, ya que entienden y creen en la alternancia en el poder. Es necesario hacerlo porque necesitan políticas de estado que se mantengan y respeten en el tiempo.
Salta también tuvo su época de crecimiento y desarrollo económico cuando éramos el nexo del comercio con el Virreinato del Perú además de tener salida al océano Pacífico, el desafío de recuperar este protagonismo está planteado como un compromiso de varias generaciones posteriores. ¿Seremos capaces?

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD