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Grooming, una realidad que acecha a los chicos y que no se detiene

Las nuevas tecnologías pueden producir adicción y abren otras maneras de acoso. Los más vulnerables, como siempre, son niños y adolescentes, lo que exige estar alertas. 
Domingo, 16 de diciembre de 2018 06:54

Ana, de 14 años, se unió a un grupo de amigos en Facebook. Allí, una integrante comenzó a mandarle mensajes y fotos de ella en malla. Y le pidió que hiciera lo mismo. Ana accedió. Los cruces siguieron hasta que la nueva amiga logró obtener fotos de Ana desnuda. A partir de allí entró en escena un individuo, quien citó a Ana para “ayudarla” a borrar las imágenes. Como la chica no asistió, comenzó a recibir amenazas. “Le voy a mostrar las fotos a tu mamá”, le dijo él.
Con miedo, la adolescente concurrió al encuentro y fue abusada sexualmente. Al tiempo, otro hombre la contactó y la amenazó con divulgar las mismas fotos. En esta ocasión, Ana alertó a su mamá y denunciaron el acoso. Hoy el sujeto está preso.
Si bien los nombres son ficticios, el caso es real y es uno de los tantos que ocurren a diario en nuestra provincia y el mundo. Es que a la par de los beneficios de la tecnología crecen también los peligros. Y uno de ellos es el “grooming”. 
Un dato que alarma: ocho de cada diez chicos chatean en las redes con desconocidos y las más acosadas son las niñas, según datos aportados por Grooming Argentina, una ONG referente a nivel latinoamericano en la lucha contra este delito.

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Ana, de 14 años, se unió a un grupo de amigos en Facebook. Allí, una integrante comenzó a mandarle mensajes y fotos de ella en malla. Y le pidió que hiciera lo mismo. Ana accedió. Los cruces siguieron hasta que la nueva amiga logró obtener fotos de Ana desnuda. A partir de allí entró en escena un individuo, quien citó a Ana para “ayudarla” a borrar las imágenes. Como la chica no asistió, comenzó a recibir amenazas. “Le voy a mostrar las fotos a tu mamá”, le dijo él.
Con miedo, la adolescente concurrió al encuentro y fue abusada sexualmente. Al tiempo, otro hombre la contactó y la amenazó con divulgar las mismas fotos. En esta ocasión, Ana alertó a su mamá y denunciaron el acoso. Hoy el sujeto está preso.
Si bien los nombres son ficticios, el caso es real y es uno de los tantos que ocurren a diario en nuestra provincia y el mundo. Es que a la par de los beneficios de la tecnología crecen también los peligros. Y uno de ellos es el “grooming”. 
Un dato que alarma: ocho de cada diez chicos chatean en las redes con desconocidos y las más acosadas son las niñas, según datos aportados por Grooming Argentina, una ONG referente a nivel latinoamericano en la lucha contra este delito.

¿Qué es el “grooming”?

Es el acoso sexual virtual a niños y adolescentes. Son acciones de parte de un adulto que busca ganarse la confianza del niño, creando una conexión emocional con él, con fines sexuales. Mediante identidades falsas a través de las redes, obtiene datos personales y de contacto del niño y su familia. 
Cuando el adulto consigue que el niño se desnude o realice actos sexuales, comienza el acoso, para obtener un encuentro físico con el niño y abusar de él. Es un proceso que dura semanas o meses.
A esto hay que agregar además el ciberacoso en las redes de parte de los mismos pares. cada vez es más común que los niños se agredan entre sí mediante comentarios ofensivos o videos que se viralizan. 

Las fases

El grooming tiene tres fases. La primera es la de amistad, contacto y acercamiento. La segunda es la de relación, generación de confianza y obtención del material y la tercera fase es la de componente sexual, chantaje y acoso: una vez que el material es entregado por la víctima, esta se vuelve objeto de chantaje, ya sea para la gestación de mayor cantidad de material o bien para lograr un encuentro presencial.
Si el menor no accede a sus pretensiones sexuales, el ciberacosador lo amenaza con difundir las imágenes o enviarlas a los contactos personales del niño.
Inocentes juegos
En muchos casos, bajo la apariencia de inocentes juegos, redes de pedófilos buscan obtener datos personales de menores y así extorsionarlos. Un ejemplo de ello es “Momo”, un personaje ficticio representado por una mujer que se viralizó tiempo atrás. El reto da inicio con un mensaje de un número desconocido y con código extranjero, con un texto que amenaza con ejecutar algún acto intimidatorio si el receptor no sigue las instrucciones de Momo y se contacta con el número. El desafío exige llamar a Momo, luego de lo cual el misterioso contacto envía imágenes violentas, videos de terror o textos con amenazas (en el idioma en que el contacto escribió). Pide también que las fotos sean reenviadas a los amigos del contactado.

“Comprame un celular”

El 70% de los chicos usan celulares antes de los 5 años. A medida que crecen acceden a las redes y se abren perfiles de Facebook, Instagram y WhatsApp. En muchos casos, suben fotos personales y videos caseros y comparten su intimidad y también la de su familia. Pero ¿qué tan preparado están para comprender los riesgos del mundo virtual?
La gran mayoría de los especialistas sostienen que no es aconsejable que un niño tenga acceso a un smartphone hasta los 13 años. “Un chico hasta los 13 años no tiene la madurez suficiente para manejar sus emociones. Son ingenuos e impulsivos. Pueden tener un celular, para estar comunicados con los padres, pero sin conexión a internet”, señaló la psicóloga Viviana Moreno.
Por su parte, Hernán Navarro, titular de Grooming Argentina, una ONG especializada en delitos virtuales contra la niñez, señaló: “Un celular es una responsabilidad muy grande y mientras más tarde lo reciba el chico mejor. Hay que diferenciar el smartphone del celular sin conexión a internet. Este último ayuda a localizar a los chicos y a estar más comunicados con los padres. Un smartphone no es prioritario y desaconsejamos que un chico tenga uno antes de los 13 años. Internet es un mundo sin control de ningún tipo y en el que se enseña desde construir una bomba hasta cómo hacer un video de pornografía infantil. Un niño debería tener su primer celular cuando ya respeta normas de convivencia, tiene hábitos saludables y está orientado adecuadamente por el adulto”.

 

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