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El paraje San Miguel se ubica a 50 kilómetros de Santa Victoria Este, y a 600 kilómetros de la ciudad de Salta. Ahí se afinca una comunidad wichi que cuenta con 200 niños, donde las necesidades se perpetúan y no desaparecen aunque llegue Navidad y Año Nuevo. En este lugar los niños conocen la historia de Papá Noel pero nunca han visto sus regalos. Saben que existe el agua corriente, que sale en las canillas de la escuela, pero no la ven en sus casas. Conocen el agua fresca, las lamparitas que alejan la oscuridad de la noche y el ventilador, pero no en sus casas. Todas estas comodidades que hacen a la vida más agradable las conocen de la Escuela 4.507, que se ubica a un kilómetro de distancia. A solo diez cuadras de su comunidad, la escuela donde estudian cuenta con un pozo propio y electricidad que facilita el funcionamiento de la bomba para poder extraer este elemento fundamental que los ayuda a coser sus alimentos, a preparar la leche en polvo, a bañarse o lavar la ropa sucia. A medio camino, entre la escuela y el paraje se pueden ver las mangueras que los trabajadores de la provincia dejaron hace ya 5 años.
Daniel Pereyra y su esposa, Débora Olivera, viajan a este paraje desde hace 4 años. La primera vez llegaron por la invitación de una de las docentes de la escuela. Informaron a sus amigos y familiares que partían para San Miguel, con lo que pudieran llevar: alimentos, ropa, calzados y juguetes. Así fue en su auto familiar cargaron el baúl, los asientos traseros y el techo con cientos de bultos y partieron. "No conocíamos ni el camino pero llegamos", recuerda Daniel, que por aquellas épocas solo podía hacer este viaje una vez al año. El segundo año se logró la colaboración de Vialidad Nacional, que pone a disposición de esta pareja un camión que se llena de donaciones. Y así, la obra de todos los años tuvo repercusión nacional cuando en mayo de 2018 se viralizó la foto de un estudiante wichi abanderado descalzo.
Ayer, y gracias al apoyo de quienes vieron esta imagen y se conmovieron, Daniel y su esposa realizaron el cuarto viaje de auxilio al paraje San Miguel. Pero este viaje era diferente. En una travesía maratónica y cansadora, la pareja junto a su pequeño de tres años llevaron la Navidad y a Papá Noel para los 200 pequeños.
"Antes de escondían, les dejábamos la mercadería y lo que llevábamos a los caciques. Después comenzaron a ir y llevarse todo lo que podían. Ahora comparten con nosotros, eligen lo que realmente necesitan y lo que les es útil", expresó Débora que recuerda como fue conociendo a la comunidad y sus necesidades.
Ayer al mediodía, Papá Noel llegó al paraje, recorrió las casas y se llenó el corazón de sonrisas inocentes.
Algunas respuestas a las necesidades
Esta comunidad no puede refrigerar comida ni usar agua potable.
La imagen del adolescente, portando la insignia patria con los pies descalzos como clara muestra de las carencias que vive, se difundió en todo el país. Los comentarios de quienes aseguran “conocer” a las comunidades wichis se multiplicaron: “Así les gusta vivir”. Los responsables del Estado buscaron rápidamente un culpable de que esta situación salieron a la luz. “Me hubieras avisado que ibas a sacar la foto para ponerle unas zapatillas”, expresó una de las personas que convive con esta comunidad y que además de conocer su realidad, debió responder a las presiones del Estado, para que estas situaciones no se conozcan.
Daniel Pereyra explica que por la falta de agua, los chicos dejan sus delantales en las escuela porque no tienen dónde lavarlos y que queden blancos y su calzado no dura porque el camino y la zona donde viven, los destruye. “La ropa se lava en una acequia. Así que las maestras les guardan los delantales y solo los usan para los actos. Así los tienen blanquitos”, contó. Su esposa advierte que los chicos solo toman leche cuando llegan las donaciones. Para preparar leche en polvo no cuentan con agua potable. “Entonces, vos podés entender porque tienen pequeños con deshidratación y malnutrición. Si el agua que toman no es potable, y no tienen donde refrigerar alimentos. No hay electricidad. Parece que no es nada pero en un medio hostil como ese, estos servicios son urgentes”, expresó Débora que advierte que la comunidad no tiene los medios ni para tener una huerta.
Ganadores de Mi casa en Navidad
El viernes se premió a los propietarios de las casas que adornaron los frentes de sus domicilios con símbolos, decoraciones y colores alusivos a la Navidad. Se trató de la primera edición del concurso Mi casa en Navidad organizado por la Delegación Municipal y el consejo asesor de San Luis. El pasado miércoles el jurado recorrió las calles de la zona. Los ganadores fueron: en primer lugar, familia Rueda, de barrio San Luis; en segundo puesto, la familia Luna, de Villa Rebeca; en tercer lugar, familia Toconás, de barrio San Luis; en cuarto lugar, familia Méndez, de Villa Esmeralda; en quinto puesto, familia Suárez, de Villa Rebeca; en sexto puesto, familia Moreno, de San Luis y los dos últimos fueron para las familias Coronel y Pistán.
Premios a los pesebres
La Subsecretaría de Desarrollo de Políticas Sociales de la Municipalidad, puso en marcha el concurso de armado de pesebres navideños, por segundo año consecutivo, del que participan clubes y asociaciones de adultos mayores en el marco del Programa “Estrechando Lazos”.
“Es el tiempo de la Navidad, y construir juntos un pesebre tiene un profundo significado: una familia humilde alrededor de un recién nacido e iluminada solo por la luz de una estrella brillante”, afirmó la titular del área, Irma Silva.
Se entregarán como premios trofeos y canastas navideñas, así como también se distribuirán menciones especiales. La premiación será el miércoles 27, a las 12.30, en el salón de usos múltiples (SUM) del CCM.
Reconocimiento a la labor social
Desde la Dirección General de Organización Comunitaria Municipal cerraron las actividades 2018 y reconocieron a más de 40 artistas y asociaciones que formaron parte de las actividades sociales realizadas durante todo el año.
Durante el encuentro se proyectó un video con imágenes de los festivales y charlas realizados, en los que participaron profesionales de la salud, músicos, animadores y payasos, entre otros artistas que brindaron su conocimiento y talento por el bien de las familias. El intendente Gustavo Sáenz entregó menciones y felicitó a los trabajadores mientras que el director General de Organización Comunitaria, Martín Moreno, agradeció “a todos los que participaron”.