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Nació "Karut", un pichón de cóndor cuyo padre fue rescatado en Salta

El progenitor, “Sagta”, fue hallado enfermo hace tres años y derivado al Ecoparque de Buenos Aires. Intervinieron especialistas del programa de Conservación del Cóndor Andino. Mirá las fotos.
Domingo, 09 de diciembre de 2018 00:52

El reloj marcaba las 00.01 cuando un pichón de cóndor empezó a cascar las paredes del huevo. Arremetía con fuerza para salir. Era increíble la velocidad con la que lo hacía. Se adelantó a la hora prevista. En ese instante llovía y en el centro de incubación artificial del Ecoparque de Buenos Aires se escuchó el rugido de un trueno. Ante la mirada asombrada de los especialistas avocados a su cuidado, "Karut" completó su emotivo nacimiento. Su nombre, en lengua tehuelche, significa trueno. Pesó 207 gramos y comió rápidamente los dos primeros gramos de alimento que le brindaron.

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El reloj marcaba las 00.01 cuando un pichón de cóndor empezó a cascar las paredes del huevo. Arremetía con fuerza para salir. Era increíble la velocidad con la que lo hacía. Se adelantó a la hora prevista. En ese instante llovía y en el centro de incubación artificial del Ecoparque de Buenos Aires se escuchó el rugido de un trueno. Ante la mirada asombrada de los especialistas avocados a su cuidado, "Karut" completó su emotivo nacimiento. Su nombre, en lengua tehuelche, significa trueno. Pesó 207 gramos y comió rápidamente los dos primeros gramos de alimento que le brindaron.

El padre del pichón, "Sagta", es un cóndor adulto que fue rescatado enfermo, hace tres años, en Salta. Lo hallaron en el paraje La Puerta, a 40 kilómetros de Seclantás, y luego lo trasladaron hacia la reserva ubicada en Palermo. Tiene afectada la visión, por lo que no puede ser liberado. Encontrar alimento por sus propios medios es imposible para él y moriría a su suerte.

"En el momento en que estaba dando el último golpe de la cáscara, escuchamos ese rugir impresionante. Ahí nos dimos cuenta de que el condorito venía con nombre propio. Lo bautizamos así en honor a los pueblos originarios que durante miles de año han honrado y honran a esta emblemática especie", relató la directora ejecutiva del programa Conservación Cóndor Andino (PCCA) de la Fundación Bioandina, Vanesa Astore.

Hoy "Karut" cumple 22 días y se encuentra en excelente estado. Es criado en aislamiento, en cabinas con vidrios espejados. Los especialistas utilizan títeres de látex que representan a sus padres para proporcionarle contención.

"Afortunadamente este pichón tuvo una gran fortaleza. Durante tres días nos quedamos a dormir en el centro de incubación para asistirlo, acompañarlo, como lo hubiesen hecho sus papás en el nido", puntualizó.

Eluney, la madre del cóndor bebé, al igual que su padre, tampoco puede ser devuelta a su hábitat natural. Tiene problemas en sus alas. Fue rescatada en la provincia de San Luis. Distinto será el destino de Karut, que podrá crecer y volar en libertad. Ese es el objetivo por el que trabajan los miembros del programa de conservación y podría concretarse en 2019.

Si bien, en el marco del PCCA se criaron 65 pichones de esta especie amenazada, hacía 22 años que no había una pareja reproductora en Palermo. Los cóndores maduran a partir de los 12 años y forman parejas.

El rescate de su padre

Cuando "Sagta", el padre de "Karut", llegó hace tres años al Ecoparque de Palermo, Buenos Aires, detectaron que no veía bien. "Tiene cataratas, por lo que no puede encontrar el alimento. Por esa razón lo hallaron débil, sin poder volar", explicó Astore.

La enfermedad se pudo haber desencadenado quizá por la edad o la exposición al sol, dada la problemática de la rotura de la capa de ozono.

"Vimos que no se podía liberarlo porque no iba a lograr alimentarse, entonces se lo derivó y decidimos buscarle una pareja", sostuvo.

Los miembros del programa Conservación del Cóndor Andino observaron que se llevaba bien con una hembrita, "Eluney".

El año pasado fue la primera postura de huevos. Los cóndores ponen huevos cada dos o tres años y cada ejemplar vale oro. "Nosotros retiramos el huevo de esa primera postura", indicó la especialista.

El proceso de incubación duró dos meses. En ese lapso, integrantes del equipo técnico se turnaron para los cuidados intensivos. "Estamos muy contentos de ver que, a pesar de que un animal que tiene la visión disminuida, fue posible trabajar toda la parte biológica. Pudo formar pareja. La hembrita es muy joven, así que por primera vez iniciaba su parte reproductiva. Él no porque llegó adulto y creemos que ya tuvo experiencia en la crianza en vía silvestre. Supo enseñarle todo a Eluney y la verdad que nos maravilla saber que, pese al cautiverio, ellos confían en nosotros y nos dan un pichón para poder devolverlo a la naturaleza".

Liberación

La meta para el próximo año es liberar al pequeño cóndor. "En el caso de estos pichones como Karut, que no tienen toda la enseñanza, el acompañamiento de los padres, cuando se los libera se lo hace en grupo. Armamos bandadas de cóndores que no saben volar", destacó.

Recientemente, llegó a Ecoparque un cóndor rescatado en la provincia de Río Negro, de un año aproximadamente, que no puede volar.

"En general, los cóndores tardan dos o tres años en enseñar el arte del vuelo y búsqueda de alimento. Vamos a analizar la problemática. Quizá este cóndor forme parte de la bandada que será liberada con Karut, anticipó Astore.

La bandada podría ser liberada en la Sierra de Paileman, en la provincia de Río Negro, en cercanías a la costa atlántica.

"Es el único lugar donde tenemos la base de campo con cinco personas que viven y trabajan en aislamiento. Les dejamos comida por la noche a los cóndores sin que nos vean ni escuchen. Los observamos a distancia . El cóndor, al ser carroñero, enseguida se mascotiza si nos asocia con la comida. Es un trabajo detrás de escena", indicó.

El programa de conservación se desempeña ahí también desde 2003. Ya se han liberado allí 51 cóndores pichones. "Ellos ya unieron este corredor que es la costa del atlántico con la cordillera, que antiguamente se había perdido", recalcó.

En lo que va del año gracias a los programas de cría y rescate, se ha logrado reintroducir 176 cóndores en Sudamérica, incluso en la costa atlántica de Patagonia donde la especie había estado extinta por más de 100 años.

Desde el programa de conservación expresaron que muchos cóndores caen a causa de la mano del hombre. La mayoría de los casos que demandaron rescates estuvieron relacionados con heridas por balas de plomo y tóxicos ilegales, puesto que los cóndores se alimentan de animales muertos y muchas veces resultan intoxicados.

La información y concientización son la clave para la prevención.

"Ojalá en algún momento dejen de caer, de llegarnos animales heridos. El compromiso es comprender que hay otra forma de vivir, de relacionarnos con todas las formas de vida. Es importante respetar la tierra, el agua. Ser conscientes del plomo que uno pone en el ambiente. Una bala disparada sigue matando", finalizó.

Nuevas generaciones en camino

Hace 27 años que el Programa de Conservación Cóndor Andino (PCCA) trabaja en la protección de las aves y su ecosistema, a lo largo de la cordillera, para asegurar la supervivencia.

Se trata de un proyecto coordinado con el Ecoparque de Buenos Aires, donde está el Centro de Incubación Artificial y Cría en Aislamiento Humano, y la Fundación Bioandina Argentina. 

Existe un convenio con directivos de estaciones de fauna y Gendarmería de todas las provincias del país. Cuando estos organismos detectan un animal en problemas, se contactan con el programa. Son varias las instituciones que colaboran. 

El programa difundió un comunicado tras el nacimiento de “Karut” que dice: “Un nuevo pichón de cóndor acaba de nacer. Una nueva vida se abrió paso y su llegada nos llena de amor y esperanza. Las nuevas generaciones están en camino y nos recuerdan que necesitan un mundo donde poder crecer y volar en libertad. ¡Que las supuestas necesidades de la sociedad actual no limiten las posibilidades de las generaciones futuras!”.

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