Jueves 8 de febrero, 21.50 horas. La luz del whatsapp del celular se encendió.
- Parece que tengo un homicidio. Estoy consultando.
El mensaje llegó desde Orán. La edición del diario ya estaba en horario de cierre, pero ese anticipo cambió las páginas en ese instante.
Viernes 9, 12.59 hs. Otra vez.
- Tengo otro homicidio, en Colonia Santa rosa.
La ortografía no se respeta cuando la información es más importante y urgente. Habían pasado 15 horas entre un hecho y otro, los dos en el mismo departamento.
Sábado 10, 8.28 hs. Ay, no...
- Asesinaron a un joven en barrio San Jorge, acceso de Rosario de Lerma.
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Jueves 8 de febrero, 21.50 horas. La luz del whatsapp del celular se encendió.
- Parece que tengo un homicidio. Estoy consultando.
El mensaje llegó desde Orán. La edición del diario ya estaba en horario de cierre, pero ese anticipo cambió las páginas en ese instante.
Viernes 9, 12.59 hs. Otra vez.
- Tengo otro homicidio, en Colonia Santa rosa.
La ortografía no se respeta cuando la información es más importante y urgente. Habían pasado 15 horas entre un hecho y otro, los dos en el mismo departamento.
Sábado 10, 8.28 hs. Ay, no...
- Asesinaron a un joven en barrio San Jorge, acceso de Rosario de Lerma.
Era el tercer caso en casi 30 horas. Para peor, en ese lapso, la Policía detuvo en Tartagal -jueves a la tarde-, a un muchacho de 22 años luego de que el adolescente de 16 que él había apuñalado el 3 de febrero falleciera en el hospital.
La vida en este 2018 parece estar más desvalorizada que el año pasado. O a la inversa: la violencia perdió contención y entre el enojo y la muerte la brecha se achicó demasiado.
Una revisión de los números lo muestra muy claro: en 2016 ocurrió un homicidio cada 141 horas en la provincia (en total fueron 62 crímenes). Al año siguiente el tiempo promedio bajó a uno cada 92 horas (hubo 95 asesinatos). En un mes y diez días de este 2018 ese lapso es de 82 horas (van 12 hechos en total).
Menores y jóvenes
La muerte violenta, tanto desde el lado de la víctima como del victimario, tiene cara joven, a veces muy joven.
De las 12 personas asesinadas, solo una tenía 40 años. Entre los más chicos figuran tres menores de 14, 16 y 17 años, y dos chicos de 18. Las otras seis víctimas tenían entre 20 y 37 años.
Los sospechosos de esos crímenes -todos detenidos-, también tienen pocos años: figuran un menor de 16 años, tres chicos de 19 y el resto entre 20 y 37.
El origen de los homicidios es muy diverso: la pelea de una pareja, disputas entre amigos que estaban alcoholizados o drogados, violencia entre bandas barriales, viejas deudas por drogas u otros objetos y el mortal ataque de dos motochorros.
Día por día
El año 2018 comenzó signado por los homicidios.
Habían pasado muy pocas horas del inicio del año y en el barrio Justo Juez, de Pichanal, una mujer mató de una puñalada a su pareja, Fausto Aparicio, de 40 años.
El 3 de enero, Nahuel Salvatierra (17) murió luego de recibir un tiro del arma reglamentaria del policía Juan Carlos Cardozo en el barrio Solidaridad, en la ciudad de Salta.
El 8 de enero Juan Carlos Alderete (34) murió de un disparo en el corazón, en una cancha de fútbol de Villa Mitre.
El lunes 15 la víctima fue Luciano Cativa, de 18 años, apuñalado en Orán.
Diez días después, el 25, Diego Antonio Pereyra (22) murió como consecuencia de un disparo que recibió en una pierna, en el barrio Tomás Ryan, de Tartagal.
Al siguiente día, el viernes 26, Álvaro Joaquín Gerez (18) fue apuñalado en Orán.
Febrero no mostró un mejor panorama.
El lunes 5, Ricardo Daniel Burgos, alias Pitelo, de 30 años fue ultimado a balazos en un enfrentamiento en el barrio 20 de Febrero de la ciudad de Salta.
Al día siguiente, el martes 6, Axel Gastón Arias, de 20 años, murió de un disparo en la cabeza en el barrio Alta Tensión, también en Salta capital.
El jueves 8, Roque Rivero, de 20 años, fue acuchillado por otro joven de 19 en el barrio Caballito de Orán.
Este viernes 9 se registraron dos muertes: el homicidio de Beatriz Córdoba (37) -la primera víctima mujer del año- en Colonia Santa Rosa, y el deceso de Martín Saavedra (de 16 años), el adolescente que había sido herido el 3 de febrero cuando salió en defensa de una amiga. Sucedió en Tartagal.
Ayer, Mauro Ezequiel Aguirre, de 14, fue víctima de un chico de 16 años -detenido poco después del ataque-, aparentemente tras una noche signada por la violencia.