"ARA San Juan, presente. Ahora y siempre!", entonaban familiares, amigos y vecinos de los siete submarinistas salteños alrededor de la plaza 9 de Julio, ayer al final de la tarde. Se cumplieron tres meses de la desaparición y sus seres queridos aún esperan a los 44 tripulantes. Unidos en el dolor, pero sin perder la esperanza, pidieron que siga la búsqueda hasta que los encuentren.
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"ARA San Juan, presente. Ahora y siempre!", entonaban familiares, amigos y vecinos de los siete submarinistas salteños alrededor de la plaza 9 de Julio, ayer al final de la tarde. Se cumplieron tres meses de la desaparición y sus seres queridos aún esperan a los 44 tripulantes. Unidos en el dolor, pero sin perder la esperanza, pidieron que siga la búsqueda hasta que los encuentren.
El hermano de Sergio Cuéllar, Francisco, exhortó a las autoridades: "No los dejen solos, que siga la búsqueda, nuestra esperanza está intacta". El hombre admitió que está de pie, pero destrozado. Dijo que fueron tres meses de mucha incertidumbre, debido a que se dicen muchas cosas y a veces no saben a quién creerle.
Francisco es el mayor de siete hermanos. Sergio es el del medio y el próximo 22 de abril cumpliría 36 años. Por circunstancias de la vida, ayudó a su madre a criarlo, hasta que entró en la Marina. Es un orgullo que lleva en su corazón.
Alicia López y Miguel Angel Nolasco, padres de Luis Nolasco, insistieron en que siga la búsqueda y se intensifique. "Que encuentren el submarino y nos entreguen a nuestros hijos. Yo no lo sueño a mi hijo, pero creo que él está vivo, Dios quiera esté bien. Todos los días rezamos por ellos, que tengan para comer, agua y oxigeno", dijo la madre.
Luis es papá de dos nenas, de 8 y 4 años. Alicia comentó que su nuera se embarcó hace una semana con un vidente y dos esposas más en un barco. "Están en el mar, pero todavía no sabemos nada", relató.
Rita Garnica, mamá de Víctor Marcelo Enríquez, oriundo de El Quebrachal, suplicó: "Solo pido saber la verdad, qué es lo que pasó, si viven o no, uno vive pensando. Yo creo que el vive, no tengo un presentimiento malo, como madre uno lo espera, pero quiero saber la verdad, saber dónde ponerle una vela o una flor si es así".
Coincidió con Coca Brandán, tía del submarinista jujeño Alejandro Polo, en que cuando uno puede hacer un velorio y entierro, por lo menos se resigna. "Si es que pasó algo, que nos entreguen los cuerpos, necesitamos hacer una sepultura digna como corresponde y no tener la duda como tenemos ahora", expresó Coca, al tiempo que comentó que Alejandro es padre de dos nenas, de 10 y un año de edad.
Fue una marcha silenciosa. Algunos vecinos que pasaban por el lugar apoyaban con aplausos. Los abrazos para darse fuerzas sellaron el encuentro.