Diego Bialonkier vive horas de tensión. Nunca creyó que su interés por preservar la salud de las personas lo terminaría exponiendo mediáticamente. El destino quiso que el martes pasado fuera el encargado de realizar la endoscopía de Débora Pérez Volpin, quien falleció durante el procedimiento.
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Diego Bialonkier vive horas de tensión. Nunca creyó que su interés por preservar la salud de las personas lo terminaría exponiendo mediáticamente. El destino quiso que el martes pasado fuera el encargado de realizar la endoscopía de Débora Pérez Volpin, quien falleció durante el procedimiento.
El médico tiene 36 años y su especialidad es la gastroenterología. Junto con él estaban la anestesista Nélida Inés Puente y un enfermero, cuya identidad no trascendió.
Anoche, Bialolenkier decidió correrse de toda exposición posible y borró todas sus redes sociales, pero su rastro dejó huellas que describen algunos de sus intereses.
Según su perfil de Linkedin el hombre nació en General Paz, Corrientes, y trabaja como médico en el Sanatorio La Trinidad de Palermo. Además de la medicina, el fútbol es otra de sus pasiones: es fanático de Independiente y juega con sus amigos en un torneo que se disputa en Hebraica, en la sede de Pilar.
Bialolenkier quedó apuntado, no sólo por ser el encargado de la endoscopía, porque la autopsia del cuerpo de Pérez Volpin presentó lesiones en la zona del estómago, que derivaron en un paro cardíaco que finalmente provocó la muerte de la periodista.