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Sí. Los jueces deben escuchar al pueblo

Jueves, 08 de marzo de 2018 00:00

"La Justicia debe escuchar los reclamos del pueblo". Esta frase, pronunciada por el presidente de la Suprema Corte de la Nación en la inauguración del año judicial puede sonar a mensaje político, pero es lo que inspira a una mirada humanista y sensible de la tarea de los jueces. Hay que escuchar la voz de los ciudadanos cuando piden justicia, justicia rápida, justicia real y verdadera. Vivimos en una sociedad agotada de tantos hechos de corrupción cajoneados, sin análisis, juicio ni sentencia en los términos de las leyes y la Constitución.

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"La Justicia debe escuchar los reclamos del pueblo". Esta frase, pronunciada por el presidente de la Suprema Corte de la Nación en la inauguración del año judicial puede sonar a mensaje político, pero es lo que inspira a una mirada humanista y sensible de la tarea de los jueces. Hay que escuchar la voz de los ciudadanos cuando piden justicia, justicia rápida, justicia real y verdadera. Vivimos en una sociedad agotada de tantos hechos de corrupción cajoneados, sin análisis, juicio ni sentencia en los términos de las leyes y la Constitución.

Los ciudadanos están cansados de los amigos del poder con trato especial en la Justicia. La gente está cansada desde hace 150 años, cuando el Viejo Vizcacha recomendaba al hijo de Martín Fierro "hacete amigo del juez".

Está cansada nuestra sociedad de que los jueces ignoren su inexorable obligación de dictar sentencia,

Los que aspiran a ser jueces suelen repetir una ya acuñada frase: "Yo no entiendo de política". Creen o quieren hacer creer que eso es la independencia. ­No, señores! ­Hay que entender de política, hay que saber de historia, hay que conocer la Constitución! Hay que saber cuáles son los problemas de la sociedad. Hay que saber en qué país se vive. ­Hay que saber que Argentina no es Alemania ni la China!.

Que nuestros problemas económicos, sociales y ambientales deben ser resueltos por los poderes ejecutivos y que también son sometidos a la justicia. Las sentencias son para generar la paz social

La independencia es fundamental como manifestación de la ética judicial. Códigos de Ética se pueden instrumentar, pero lo esencial radica en los valores personales de cada juez.

No hay quien tenga mejor olfato político que los jueces. Saben cuándo deben seguir una causa donde se encuentre comprometido un poderoso. Supieron pasar de gobiernos de facto a democráticos sin que se les moviera un pelo. Tan tranquilos, total ellos no fueron, Juraron por estatutos de la revolución y luego las nuevas constituciones con el mismo traje. El sayo no les cabe a todos, pero algunos jueces saben de lo que estoy hablando.

En épocas de crisis económica, cuando hay despidos masivos, cierre de empresas, y juicios por desalojo por falta de pago, el juez tiene instrumentos para procurar que una familia no quede en la calle. Cuando se logra el acuerdo en esos conflictos el juez hizo justicia, porque contempló la situación de todas las partes.

La celeridad no es enemiga de la eficacia y la eficiencia. Las condenas penales son para cumplirse, porque es la única forma de que el delincuente sepa que está cumpliendo una pena que la sociedad le impuso por violentar el orden legal. Los jueces no pueden permitir el "chicaneo" y la argucia que prolonga hasta el infinito el cumplimiento de una sentencia.

Transparencia en la selección y las designaciones, y celo jurídico en la gestión.

Los jueces pueden promover reformas legales y constitucionales, pero nunca en beneficio propio, sino de la administración de justicia. Lo opuesto es raro, antirrepublicano y antidemocrático.

Cuesta a veces, en nuestra maltratada historia judicial, comprender que las leyes son para beneficiar al ciudadano; para garantizar la paz social, propiciar la equidad y proteger la libertad.

Hay que reformar la Justicia y hacerlo rápidamente, es muy importante que lo diga el presidente del máximo tribunal. Hay que modernizarla, actualizarla, pero no con recetas prestadas sino según lo que necesitan los argentinos. Hay que construir una Justicia creíble, ágil, con jueces preparados en derecho, conocedores de los tratados internacionales que forman parte de la Constitución, pero también trabajadores con valores republicanos y éticos . Todos los ciudadanos debemos cuidar la Justicia, así como nuestra Constitución provincial nos manda cuidar el ambiente. Eso fortalecerá a la república y a la democracia. Y lo recalco en un mes de marzo en que recordamos el golpe militar que arrasó vidas, atropelló a la justicia, y para el cual la dignidad humana no tenían ningún va lor.

Es decir, destruyó lo que la ley y los jueces debían y deben resguardar.

 

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