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Balbina Condorí cumplió 101 años haciendo planes

Artesana pionera de los Valles Calchaquíes, esta abuela es un ejemplo de trabajo y de generosidad para su familia.
Viernes, 13 de abril de 2018 00:00

Doña Balbina Condorí, artesana pionera de los Valles Calchaquíes, cumplió 101 años en Seclantás. Nació en Condorhuasi, donde el cóndor tiene su nido, en finca Luracatao, el 6 de abril de 1917. Lo que asombra de su presente son los proyectos que va hilando para tejer un futuro sin demasiadas ambiciones, que para ella viene llegando con creces. Atravesar un siglo para doña Balbina tiene una sola clave: trabajar. Ella es un ejemplo de vehemencia. Una vida para pregonar.

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Doña Balbina Condorí, artesana pionera de los Valles Calchaquíes, cumplió 101 años en Seclantás. Nació en Condorhuasi, donde el cóndor tiene su nido, en finca Luracatao, el 6 de abril de 1917. Lo que asombra de su presente son los proyectos que va hilando para tejer un futuro sin demasiadas ambiciones, que para ella viene llegando con creces. Atravesar un siglo para doña Balbina tiene una sola clave: trabajar. Ella es un ejemplo de vehemencia. Una vida para pregonar.

"Mi abuelita tiene la memoria intacta, está muy conciente de todo, pasó su día rodeada de sus hijos, nietos y bisnietos; fue muy feliz y expresó que tiene muchas ganas de seguir viviendo", comentó su nieto Mario González, a quien le enseñó las artes del hilado y el tejido que distingue a los seclanteños. "Desde muy chiquita sus papás la dejaron con sus abuelitos. Ella nos contaba a los nietos que arriaba una recua de burros hasta el salar del Hombre Muerto, de donde traían sal a Luracatao para vender y proveerse de cosas que necesitaban. Trabajó mucho toda su vida, tal vez ese es el secreto de su larga vida. Mi hermano Gabriel y yo aprendimos de ella el oficio de artesanos, lo perfeccionamos y pudimos vivir de esto tan hermoso. Fue una maestra para nosotros y para muchos otros. Es un orgullo ser el nieto de una mujer que le dio identidad a Seclantás, una pionera del camino de los artesanos", expresó Mario.

Doña Balbina exhibía sus trabajos en tapices, mantas y ponchos en el guardapatio de su casa en Seclantás. Heredó este arte hecho oficio a varios de sus 40 nietos. "Trabajó mucho en agricultura, en los viñedos de los Valles Calchaquíes. Aparte de ser artesana, la agricultura fue su otra pasión; tenía un rastrojo donde ponía frutales: peras ciruelas, higos, membrillos, duraznos y damascos. Recuerdo que cuando era chico nos llevaba y nos dejaba sentados a los nietos a la orilla de la acequia porque le tocaba su turno de riego a las 3 de la mañana. La recuerdo arando con bueyes el rastrojo, donde también sembraba maíz, habas, papas, zanahorias para alimentar a la familia", rememora Mario, y agrega: "También hacía trueque de lo que producía por lana que traían desde los cerros, y en invierno la teñía, la hilaba para después tejer. Mi hermano y yo nos quedamos con ella todos estos años. Yo vivo en Molinos ahora, pero mi hermano aún vive con ella".

Finalmente, este nieto de doña Balbina, que nos acercó su historia esperanzadora, dijo: "Mi abuela es un ejemplo a seguir por su alegría, por su lucha, sus proyectos. Es hermoso escuchar a alguien de 101 años hablar de los planes que tiene, sobre todo en una época donde la mayoría de los jóvenes no se plantean el futuro".

 

 

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