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16 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Quieren prohibir el uso de conejos y ratones en cosmética

Un proyecto necesita media sanción del Senado para ser ley. Legisladores y proteccionistas apuntan a que se debe modificar una legislación que tiene más de 60 años.
Domingo, 29 de abril de 2018 00:00

En el país quieren ponerle punto final a la utilización de conejos y ratones para productos de cosmética.

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En el país quieren ponerle punto final a la utilización de conejos y ratones para productos de cosmética.

Científicos, legisladores, y ambientalistas esperan que el Senado apruebe una ley de Protección Animal que renueve la que sigue vigente desde hace 64 años.

En las redes sociales se viralizaron videos de conejos despellejados en laboratorios y ratones inyectados para comprobar la efectividad de una nueva crema "antiage". El reclamo cobra fuerza hoy, por el Día del Animal.

"El uso de animales está legalizado en la actividad científica y en el testeo de cosméticos, pero la ley es muy antigua y no genera transparencia: nadie sabe qué hacen los investigadores", dijo el diputado radical Alejandro Echegaray, autor del proyecto con media sanción de Diputados, llamado de Protección para Animales de Experimentación Utilizados con Fines Científicos y Educativos.

La ONG PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) con más de 5 millones de miembros en todo el mundo -entre ellos muchas celebridades, como Paul McCartney, Kate Moss y Leonardo Di Caprio-, calcula que "cada año más de 100 millones de animales sufren y mueren en crueles pruebas químicas, cosméticas, de drogas y en experimentos médicos".

La ley argentina vigente, la 14.346, de malos tratos y actos de crueldad a los animales, fue sancionada en 1954, cuando vestir tapados de pieles estaba de moda y los vegetarianos podían contarse con los dedos de una mano. Hoy, esa ley quedó lejos de los estándares de trabajo equiparables a la comunidad científica internacional.

Silvina Díaz es veterinaria, investigadora del Conicet y técnica para Bioterio- lugar destinado a la cría y control de animales de laboratorio- y explicó que "una nueva ley permitiría tener un registro y un control riguroso sobre su cuidado".

Además, señaló que tampoco "hay una ley que prohíba el uso de animales en testeo de productos cosméticos, y eso es importante transmitirlo, porque (esos tipos de test) no son indispensables para la vida humana como las investigaciones sobre patologías, desarrollo de vacunas y curas de enfermedades" .

"Argentina -concluyó- no puede estar atrasada respecto del resto del mundo, acá hay un nivel de investigación muy bueno y no podemos trabajar como en el medioevo".

Sofía Mobili, miembro de PETA, explicó que "los animales utilizados en pruebas de cosméticos viven atrapados y hacinados en diminutas jaulas, en constante temor y sufriendo por los dolorosos experimentos sin recibir analgésicos".

Y detalló que "ratas, conejillos de indias y conejos son forzados a tragar o inhalar enormes cantidades de sustancias de pruebas o de soportar el dolor de tener químicos aplicados en sus pieles y ojos sensibles".

En el mundo, ya hay 2.500 empresas que se unieron a la campaña Beauty without bunnies (Belleza sin conejos), a través de una declaración de PETA, en la que aseguran y verifican que ni ellos ni los proveedores de sus ingredientes conducen, comisionan ni pagan pruebas en animales para sus ingredientes, fórmulas o productos finales en ninguna parte del mundo.

Marina Bauer es general manager de Natura Siberica, una marca de cosméticos importados de la Unión Europea, que desembarcó en la Argentina en 2017 y comercializa sus productos -libres de maltrato animal- en más de 40 países.

"A nivel local están autorizadas múltiples metodologías: ensayos clínicos en voluntarios humanos, in vitro y testeos en animales". Y aclaró que "esta última está prohibida en la Unión Europea".

Al respecto, Bauer advirtió que "si bien es necesario que los productos estén aprobados por alguna entidad, Anmat en caso de la Argentina, hay alternativas que no implican crueldad animal". Y señaló, como ejemplo, que para producir sus productos la firma utiliza "cultivos de epidermis humana reconstituida -que reproduce las características de nuestra piel- y voluntarios humanos que realizan testeos durante un período de tiempo por medio de parches, sin ser nocivos para la persona".

Anta, yaguareté y guacamayo verde, en riesgo

Son emblemas de la fauna autóctona. Fueron declarados monumentos naturales.

Por Daniel Díaz

En el Día del Animal resulta interesante detenerse, al menos un momento, para recordar a tres especies emblemáticas de la fauna local: el anta, el yaguareté y el guacamayo verde. Estos animales son considerados monumentos naturales de Salta y también monumento histórico nacional, en el caso del yaguareté.

El anta es el mamífero nativo más grande de Argentina. “Es uno de los animales más antiguos y comparte un ancestro en común con los caballos y rinocerontes, por lo que se dice que estas especies están emparentadas”, contó Soledad de Bustos, bióloga de la Secretaría de Ambiente de la Provincia.

“Su pelaje pardo con manchas claras le sirven para camuflarse en la vegetación. Luego de ocho meses de nacido, las manchas en su pelaje desaparecen, tornando el color pardo homogéneo. La cría permanece junto a su madre hasta el año y medio, cuando ella lo alejará para que inicie su vida solitariamente”, detalló De Bustos.

Al alimentarse de frutos, las semillas pasan por sus intestinos y son eliminadas intactas en sus heces; de esta manera va sembrándolas en el bosque. Esta característica llevó a los ecólogos a llamarlo ‘el jardinero del bosque’”.

Tigre americano

Tal vez uno de los más famosos y admirados es el yaguareté o tigre americano. El felino cuya imagen ilustra el billete de 500 pesos, es el más grande de Sudamérica y el tercero del mundo, después del león africano y el tigre de bengala.

Sobre esta especie, la bióloga señaló que en el país su situación es crítica. Habita en los bosques chaqueños (Chaco), Formosa, Santiago del Estero y en las Yungas de Salta y Jujuy. En esta última zona se encuentra la subpoblación más numerosa de Argentina, aunque no superaría los 150 individuos.

“Las crías toman leche hasta los 8 meses, pero a partir de los 2 o 3 comienzan a comer carne. La madre los acompaña hasta los 2 años, cuando aprenden a cazar para ser independientes”, contó.

“La disposición y forma de las manchas del pelaje es único para cada individuo, lo que permite diferenciarlo uno de otro. En las Yungas de Salta y Jujuy, los biólogos ya tienen identificados alrededor de 60 yaguaretés a partir del patrón de manchas”, detalla el Proyecto Jaguares en el límite.

Color esperanza

El guacamayo verde está emparentado con los loros. Si bien habita en diversos sectores de Sudamérica, en Argentina solo está presente en las serranías de Tartagal. Allí, existe una población que no superaría los 80 individuos destacó Bustos, por lo que la situación de conservación de la especie es preocupante. “Sin embargo, se trata de una población con los mayores porcentajes de individuos reproductores para una población silvestre de esta especie, lo que genera un panorama alentador, siempre y cuando la mano del hombre no intervenga afectándola”, advirtieron desde Ambiente. Son herbívoros, se alimentan de frutos y semillas, también comen brotes, hojas y flores.

Los peligros que los asechan

Desde la Secretaría de Ambiente de Salta explicaron que el área geográfica donde estas especies habitaban hace 100 años se ha reducido significativamente. Es así como el anta hoy vive en menos de la mitad del territorio en lo que lo hacía a principios del siglo XX. Lo mismo el yaguareté, se estima que su distribución es menor al 5% que en el pasado, cuando llegaba a Río Negro. El guacamayo verde, en tanto, solo está presente en un sector muy reducido del departamento San Martín, cuando en la antigüedad estaba distribuido en todos los bosques del NOA.

La cacería contribuyó también y de manera muy significativa en la situación de riesgo de estas especies, no sólo con la matanza de individuos sino también con la captura para mascotismo. En este sentido, vale la pena recordar que la caza de estas especies está penada por la ley y puede implicar varios años de cárcel. También está prohibido lucir sus cueros en monturas, atuendos gauchescos, disfraces y ropa.

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