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Los Rodríguez, sinónimo de historia y calidad en el cuervo

Benito fue gloria en Central Norte en la década del 70 y su nieto Leonardo está haciendo sus primeras armas en el Torneo Anual. En la cancha coincidieron en el juego
Sabado, 19 de mayo de 2018 20:21

Se dice que la pasión se hereda y más si en la sangre fluyen los colores blanco y negro. Esta es la historia de Benito y Leonardo Rodríguez. Abuelo y nieto que tiene una gran particularidad: el amor por la pelota y de tal palo tal astilla.
Benito, a sus 68 años, sigue siendo una leyenda viviente del Club Atlético Central Norte. Jugó quizás en la mejor época del cuervo disputando varios torneos Nacionales y siendo el “10” encargado de comandar al equipo por muchos años y a quien acompañaron jugadores de la talla del “Fantasma” Savino, la “Heladera” Sassone.
Leonardo, a sus 18 años, ya se calzó la “10” azabache en el Torneo Anual y sueña con ser la “mitad” de lo que fue su abuelo. Estuvo en Francia en el Niza pero se tuvo que volver por ser menor de edad en aquella oportunidad.
Para comenzar, Benito cuenta cómo lo está viendo a su nieto con la camiseta de Central. 
“Él está medio bajoneado porque lo de Francia no se le dio y entonces no quería jugar más. Gracias a Dios logramos levantarlo un poquito y ahora está volviendo al ritmo que sabía tener antes de ir a Francia. Tiene buenas condiciones, le falta foguearse un poquito más con los grandes para ver hasta dónde puede llegar”, sostuvo el Maestro, como se lo bautizó en una época y cuando brillo con Central Norte en los torneos Regional y Nacional.
Por su parte, el mejor alumno de Benito, su nieto Leonardo, remarcó que el salto a la Primera local lo benefició. “Es algo muy bueno jugar en la local, el roce es diferente, tenía muchas ganas de estar, ojalá que pueda seguir. Ojalá que se me dé vivire del fútbol”, manifestó el actual jugador del cuervo en la primera.
Con respecto a las similitudes entre ambos a la hora de jugar, Benito sostuvo que le recuerda a él cuando arrancó: “Él defiende bien la pelota, es lo que hacía yo, jugar mucho con los brazos. Sabe poner el cuerpo bien, es medio morrudito y se la banca bien, es una condición que ya se nace. Tiene habilidad, es inteligente, da buenos pases, no es comilón como se dice, falta foguearse un poquito más”.
El mismo Leo sostuvo que ya le hicieron comparaciones con su abuelo: “Así dicen, que soy muy parecido a como jugaba mi abuelo, él hizo mucho, espero dejar bien parado su nombre. Todo el mundo habla de mi abuelo en Central Norte, lo quieren mucho y siempre me dijeron que era muy bueno jugando a la pelota”.
Por último, Benito le dejó un lindo consejo a su nieto, sobre todo para encarar el ambiente del fútbol. “El consejo mío es que sepa tener valor, para el fútbol porque el fútbol no es solo ir detrás de una pelota, hay que portarse bien, hay que hacer las cosas bien, trabajar mucho. Ojalá que él escuche a la gente, a mí más que nada porque ya la pasé, es muy sacrificada la vida del futbolista, no es todo lindo como dicen, tenés que dejar la familia, te venden, te vas a otro país u otra ciudad”, subrayó Benito para concluir la charla con El Tribuno con estas expresiones: “Es una alegría para la familia y sobre todo para sus padres, el papá jugaba bien pero no tenía esa constancia, me salió medio bolichero (bromea). Para uno es una satisfacción grande que siga el apellido Rodríguez en Central Norte”.

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Se dice que la pasión se hereda y más si en la sangre fluyen los colores blanco y negro. Esta es la historia de Benito y Leonardo Rodríguez. Abuelo y nieto que tiene una gran particularidad: el amor por la pelota y de tal palo tal astilla.
Benito, a sus 68 años, sigue siendo una leyenda viviente del Club Atlético Central Norte. Jugó quizás en la mejor época del cuervo disputando varios torneos Nacionales y siendo el “10” encargado de comandar al equipo por muchos años y a quien acompañaron jugadores de la talla del “Fantasma” Savino, la “Heladera” Sassone.
Leonardo, a sus 18 años, ya se calzó la “10” azabache en el Torneo Anual y sueña con ser la “mitad” de lo que fue su abuelo. Estuvo en Francia en el Niza pero se tuvo que volver por ser menor de edad en aquella oportunidad.
Para comenzar, Benito cuenta cómo lo está viendo a su nieto con la camiseta de Central. 
“Él está medio bajoneado porque lo de Francia no se le dio y entonces no quería jugar más. Gracias a Dios logramos levantarlo un poquito y ahora está volviendo al ritmo que sabía tener antes de ir a Francia. Tiene buenas condiciones, le falta foguearse un poquito más con los grandes para ver hasta dónde puede llegar”, sostuvo el Maestro, como se lo bautizó en una época y cuando brillo con Central Norte en los torneos Regional y Nacional.
Por su parte, el mejor alumno de Benito, su nieto Leonardo, remarcó que el salto a la Primera local lo benefició. “Es algo muy bueno jugar en la local, el roce es diferente, tenía muchas ganas de estar, ojalá que pueda seguir. Ojalá que se me dé vivire del fútbol”, manifestó el actual jugador del cuervo en la primera.
Con respecto a las similitudes entre ambos a la hora de jugar, Benito sostuvo que le recuerda a él cuando arrancó: “Él defiende bien la pelota, es lo que hacía yo, jugar mucho con los brazos. Sabe poner el cuerpo bien, es medio morrudito y se la banca bien, es una condición que ya se nace. Tiene habilidad, es inteligente, da buenos pases, no es comilón como se dice, falta foguearse un poquito más”.
El mismo Leo sostuvo que ya le hicieron comparaciones con su abuelo: “Así dicen, que soy muy parecido a como jugaba mi abuelo, él hizo mucho, espero dejar bien parado su nombre. Todo el mundo habla de mi abuelo en Central Norte, lo quieren mucho y siempre me dijeron que era muy bueno jugando a la pelota”.
Por último, Benito le dejó un lindo consejo a su nieto, sobre todo para encarar el ambiente del fútbol. “El consejo mío es que sepa tener valor, para el fútbol porque el fútbol no es solo ir detrás de una pelota, hay que portarse bien, hay que hacer las cosas bien, trabajar mucho. Ojalá que él escuche a la gente, a mí más que nada porque ya la pasé, es muy sacrificada la vida del futbolista, no es todo lindo como dicen, tenés que dejar la familia, te venden, te vas a otro país u otra ciudad”, subrayó Benito para concluir la charla con El Tribuno con estas expresiones: “Es una alegría para la familia y sobre todo para sus padres, el papá jugaba bien pero no tenía esa constancia, me salió medio bolichero (bromea). Para uno es una satisfacción grande que siga el apellido Rodríguez en Central Norte”.

Un recorrido por Atlanta

El profe Humberto Cajal Vaca fue quien descubrió a Benito Rodríguez, con tan solo 15 años, en los potreros de El Tabacal y quien se fue hasta Buenos Aires para sumarse a Atlanta por la década del 60. Cuando volvió a Salta, de la mano de Bruno Iezzi, se incorporó a Central Norte.

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