El Mundial de Rusia 2018 ya comenzó. Este jueves, el estadio Luzhniki de Moscú se convirtió en una gran fiesta para dar la bienvenida al evento deportivo más importante del año y los primeros en pisar el césped fueron Iker Casillas y Natalia Vodianova. Ambos se encargaron de presentar el trofeo de la Copa Mundial de la FIFA, que iba bien custodiado en el imponente cofre diseñado por la marca parisina Louis Vuitton para el momento.
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El Mundial de Rusia 2018 ya comenzó. Este jueves, el estadio Luzhniki de Moscú se convirtió en una gran fiesta para dar la bienvenida al evento deportivo más importante del año y los primeros en pisar el césped fueron Iker Casillas y Natalia Vodianova. Ambos se encargaron de presentar el trofeo de la Copa Mundial de la FIFA, que iba bien custodiado en el imponente cofre diseñado por la marca parisina Louis Vuitton para el momento.
La joven rusa lució espectacular, ataviada con un dos piezas de pantalón en color blanco y de generoso escote. A sus 36 años, es una de las modelos más cotizadas del momento, sin embargo la vida de Vodianova no ha sido nada fácil.
Según publican desde la web de Hola, la modelo, de casi 1,80 metros de altura y medidas perfectas, se fue de su casa siendo adolescente y comenzó a vender fruta en un puesto ambulante para poder sobrevivir. Poco después, ingresó en una agencia de modelos y en la actualidad es una de las reinas de las pasarelas.
Vodianova ha desfilado en las pasarelas más importantes del mundo y para firmas de renombre como, por ejemplo, Balmain, Vivienne Westwood, Donna Karan y Christian Dior. Además, ha sido imagen de marcas de la talla de Pepe Jeans, Moschino, Jigsaw, Versus y Miss Sixty.