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La suspensión que armó un despelote mundial

Los palestinos celebraron y en Israel denunciaron terrorismo en el fútbol.
Miércoles, 06 de junio de 2018 22:33

Los palestinos aplaudieron la anulación del partido amistoso entre Argentina e Israel que debía jugarse en la disputada ciudad de Jerusalén, al tiempo que los israelíes denunciaron un acto de “terrorismo futbolístico”.
Los palestinos (un grupo agradeció la decisión de ponerse “del lado correcto de la historia”, en la puerta del entrenamiento de la Selección), rechazaron las acusaciones indicando que los argentinos desistieron jugar el partido al darse cuenta de que Israel utilizaba su presencia con fines políticos. El encuentro fue suspendido el martes luego de una campaña palestina iniciada tras el anuncio de que se disputaría en Jerusalén.
“Nos enfrentamos a un acto de terrorismo futbolístico por parte de la Federación de Fútbol Palestina y de su presidente. No se trata simplemente de otro discurso más ante el congreso -de la FIFA-, sino de amenazas contra los jugadores que vienen a Israel”, dijo el vicepresidente de la Federación Israelí, Rotem Kamer.
Las entradas para ver el partido estaban agotadas, pero los palestinos se opusieron con fuerza. Reivindican la parte oriental de Jerusalén, ocupada y anexada por Israel, para que sea la capital del Estado al que aspiran.
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel irritó a los palestinos que protestan regularmente en particular en la frontera con el Estado hebreo con la Franja de Gaza.
El amistoso debía disputarse en un primer momento en Haifa, en el norte de Israel, pero se decidió que se jugaría en Jerusalén. Israel considera a esta ciudad como su capital indivisible y organizó el partido coincidiendo con el 70º aniversario de su fundación. Israel está sometida desde hace décadas a una campaña mundial de boicot por la ocupación y la colonización de los territorios palestinos.
A su vez, el presidente de la Federación Palestina de Fútbol, Jibril Rajub, manifestó: “Lo que ha pasado es una tarjeta roja de todos a los israelíes”, y agradeció a los argentinos. Rajub había pedido el domingo a Messi que no jugara y pidió a los palestinos que “quemaran” su camiseta si fuera necesario.
Por su parte, el canciller Jorge Faurie sostuvo ayer que el Gobierno había alertado a la AFA sobre las “sensibilidades” que implicaba disputar en Jerusalén. “En ese momento, la directiva de la AFA nos hizo saber que estaban comprometidos en la parte comercial”, agregó.
“Después comienza esta campaña contra los jugadores y sus familiares”, dijo Faurie, hasta que luego se anunció la suspensión.

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Los palestinos aplaudieron la anulación del partido amistoso entre Argentina e Israel que debía jugarse en la disputada ciudad de Jerusalén, al tiempo que los israelíes denunciaron un acto de “terrorismo futbolístico”.
Los palestinos (un grupo agradeció la decisión de ponerse “del lado correcto de la historia”, en la puerta del entrenamiento de la Selección), rechazaron las acusaciones indicando que los argentinos desistieron jugar el partido al darse cuenta de que Israel utilizaba su presencia con fines políticos. El encuentro fue suspendido el martes luego de una campaña palestina iniciada tras el anuncio de que se disputaría en Jerusalén.
“Nos enfrentamos a un acto de terrorismo futbolístico por parte de la Federación de Fútbol Palestina y de su presidente. No se trata simplemente de otro discurso más ante el congreso -de la FIFA-, sino de amenazas contra los jugadores que vienen a Israel”, dijo el vicepresidente de la Federación Israelí, Rotem Kamer.
Las entradas para ver el partido estaban agotadas, pero los palestinos se opusieron con fuerza. Reivindican la parte oriental de Jerusalén, ocupada y anexada por Israel, para que sea la capital del Estado al que aspiran.
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel irritó a los palestinos que protestan regularmente en particular en la frontera con el Estado hebreo con la Franja de Gaza.
El amistoso debía disputarse en un primer momento en Haifa, en el norte de Israel, pero se decidió que se jugaría en Jerusalén. Israel considera a esta ciudad como su capital indivisible y organizó el partido coincidiendo con el 70º aniversario de su fundación. Israel está sometida desde hace décadas a una campaña mundial de boicot por la ocupación y la colonización de los territorios palestinos.
A su vez, el presidente de la Federación Palestina de Fútbol, Jibril Rajub, manifestó: “Lo que ha pasado es una tarjeta roja de todos a los israelíes”, y agradeció a los argentinos. Rajub había pedido el domingo a Messi que no jugara y pidió a los palestinos que “quemaran” su camiseta si fuera necesario.
Por su parte, el canciller Jorge Faurie sostuvo ayer que el Gobierno había alertado a la AFA sobre las “sensibilidades” que implicaba disputar en Jerusalén. “En ese momento, la directiva de la AFA nos hizo saber que estaban comprometidos en la parte comercial”, agregó.
“Después comienza esta campaña contra los jugadores y sus familiares”, dijo Faurie, hasta que luego se anunció la suspensión.

La DAIA pegó duro
El presidente de la DAIA, Alberto Indij, le envió una carta al presidente de la AFA en la que consideró que la suspensión del amistoso fue “una capitulación” y un acto de debilidad. “Esta decisión nos ha debilitado profundamente como nación, porque ha demostrado a todo el mundo que el miedo puede vencer, sin que una dirigencia responsable le oponga, siquiera, la más mínima resistencia”, subrayó Indij en una dura misiva. El titular de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas advirtió que “los países desarrollados tienen como premisa indiscutible una decisión inapelable, aceptada por sus ciudadanos, que es la de nunca negociar con el terrorismo...”. Además, la entidad judía le reclamó a Tapia una reunión oficial, para “transmitirle personalmente cuáles son los valores que hoy tratan de erguirse en todo el mundo civilizado, frente a la amenaza de los grupos extremistas”.     
 

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