Con las tumbas del general Güemes pasó algo parecido a lo de su monumento, aunque las motivaciones fueron muy distintas. Por razones políticas urdidas por los descendientes de sus enemigos, el emplazamiento del monumento al General Güemes fue cambiado tres veces. La primera iniciativa fue erigirlo en la plaza 9 de Julio; luego se optó por el centro de un baldío que después de arreglarlo fue bautizado plaza Güemes. Y como a poco este sitio también fue desechado se resolvió erigirlo, luego de años de idas y venidas, en un lugar bien alejado del centro de la ciudad. Seguramente que los portadores de viejos rencores se habrán frotado entonces las manos, pensando que el monumento a Martín Güemes, dada su lejanía, pasaría al olvido con el paso del tiempo. Lo querían lejos y olvidado pero con los años la ciudad fue tras él hasta convertir al lugar, desde 1950, en el paseo más bello y atractivo de la ciudad de Salta.
El Chamical
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Con las tumbas del general Güemes pasó algo parecido a lo de su monumento, aunque las motivaciones fueron muy distintas. Por razones políticas urdidas por los descendientes de sus enemigos, el emplazamiento del monumento al General Güemes fue cambiado tres veces. La primera iniciativa fue erigirlo en la plaza 9 de Julio; luego se optó por el centro de un baldío que después de arreglarlo fue bautizado plaza Güemes. Y como a poco este sitio también fue desechado se resolvió erigirlo, luego de años de idas y venidas, en un lugar bien alejado del centro de la ciudad. Seguramente que los portadores de viejos rencores se habrán frotado entonces las manos, pensando que el monumento a Martín Güemes, dada su lejanía, pasaría al olvido con el paso del tiempo. Lo querían lejos y olvidado pero con los años la ciudad fue tras él hasta convertir al lugar, desde 1950, en el paseo más bello y atractivo de la ciudad de Salta.
El Chamical
Hasta ahora, y si las cosas no cambian, el General Güemes habrá ocupado cuatro tumbas. El 7 de junio de 1821, luego de ser gravemente herido en Salta, Güemes galopó pegado al pescuezo de su caballo rumbo al cerro San Bernardo. Al alba arribó a La Quesera y luego, ayudado por sus gauchos, llegó hasta un precario lecho armado en la quebrada de La Horqueta, donde diez días después, el domingo 17 de junio de 1821 a la mañana, falleció. “Al día siguiente -dice Atilio Cornejo- los restos de Güemes fueron conducidos a la capilla de El Chamical, donde el 18 de junio se le dio sepultura”.
En la Catedral vieja
Al año siguiente, el 14 de noviembre de 1822, los restos de Güemes fueron exhumados en El Chamical y trasladados a Salta para sepultarlos en la vieja Catedral (ex Jesuitas) actual esquina de Mitre y Caseros. El traslado fue dispuesto por el gobernador Dr. José Ignacio Gorriti, quien convocó a sus amigos para rendir honores a Güemes. Doña Juana Manuela Gorriti, hija del gobernador cuenta: “La fúnebre procesión pasó ante mis ojos... perdiéndose en el pórtico y las profundas naves de la Catedral, donde sepultaron las reliquias del héroe al pie del tabernáculo (sagrario)”.
Cementerio de la Santa Cruz
El 14 de abril de 1877, los restos de Güemes fueron trasladados al panteón que la familia Güemes había erigido en el cementerio de la Santa Cruz.
La razón fue que la vieja catedral estaba en ruinas desde el terremoto de 1844. La disposición fue tomada por la familia y ante ello, el gobierno de Benedicto Fresco, resolvió rendir honores a Martín Güemes con una parada militar en la plaza 9 de Julio.
Glorias del Norte
El 20 de octubre de 1918, los restos de Güemes fueron trasladados del cementerio de la Santa Cruz a la nueva Catedral de Salta, donde permanecen hasta la actualidad.