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Doce años para un expolicía que abusó de una sobrina menor

La fiscal dejó abierta la posibilidad de que en la casa se hayan producido más casos.El acusado dijo: “Solo Dios sabe la verdad”. Se vivieron momentos de tensión antes del fallo.
Sabado, 21 de julio de 2018 00:00

Hasta último momento el expolicía M. B. F. intentó manejar la situación para demostrar su inocencia y despegarse de un abuso sexual en perjuicio de una sobrina quien lo denunció. Nunca dejó de lado su posición de apego a la Iglesia Católica, incluso minutos antes de la sentencia pidió "que el espíritu santo ilumine al juez" para dictar el veredicto. El magistrado, Federico Javier Armiñana Dohorman, lo condenó a 12 años de prisión efectiva por resultar autor de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por la guarda y la convivencia, y abuso sexual con acceso carnal continuado agravado por la guarda y la convivencia y corrupción de menores agravada en concurso real.

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Hasta último momento el expolicía M. B. F. intentó manejar la situación para demostrar su inocencia y despegarse de un abuso sexual en perjuicio de una sobrina quien lo denunció. Nunca dejó de lado su posición de apego a la Iglesia Católica, incluso minutos antes de la sentencia pidió "que el espíritu santo ilumine al juez" para dictar el veredicto. El magistrado, Federico Javier Armiñana Dohorman, lo condenó a 12 años de prisión efectiva por resultar autor de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por la guarda y la convivencia, y abuso sexual con acceso carnal continuado agravado por la guarda y la convivencia y corrupción de menores agravada en concurso real.

En los alegatos de cargo, la fiscal penal Luján Sodero describió en detalle los traumáticos hechos sufridos por la menor. Mencionó los informes periciales de los profesionales judiciales que demostraron la personalidad de Flores: "Una persona con rasgos manipuladores, trataba de controlar las circunstancias para que sean acorde a su visión subjetiva", y que "se amparaba de ser parte de la Iglesia, escondiendo su verdadera personalidad".

Sodero recalcó que el acusado mencionó: "Estoy tranquilo, siempre recé a Dios, todos me conocen, soy creyente". Estos dichos pretendían afianzar su imagen de un "ser ordenado y bueno". Pero algunos testigos de la defensa del acusado incurrieron por casualidad o causalidad en desacreditar permanentemente a la víctima. Acciones que terminaron por remitir a la Fiscalía de turno copias certificadas del fallo por la posible comisión del delito de falso testimonio de C. F., sobrino del expolicía y hermano de la menor.

Todo estos bemoles registrados en las audiencias llevó a la fiscal a mantener su posición de la acusación por la que B. M. F. fue llevado a juicio y en virtud de la magnitud de los abusos cometidos pidió al juez Armiñana Dohorman que lo condene a la pena de 15 años.

Por su parte, la defensa negó la acusación realizada, solicitando para su cliente la absolución lisa y llana y que sea puesto en libertad.

Al parecer los testimonios de la defensa de B. M. F. no ayudaron mucho. En las audiencias y luego en los alegatos como corolario del juicio, se demostró ciertas irrelevancias en algunos testimonios. Luego de un cuarto intermedio llegó el momento del veredicto final. El juez haciendo uso del derecho del acusado lo invito a decir algunas palabras antes del desenlace judicial. Lo que fue aprovechado por Flores para desafiar a la prensa y al propio juez. "Espero que la prensa escriba la verdad, me he enterado que están en la sala. Dios sabe la verdad y pido que el espíritu santo lo ilumine, señor juez, en su sentencia", dijo.

Además, el juez ordenó la extracción de material genético del imputado por parte del Servicio de Biología Molecular del Departamento Técnico del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), previa asignación del dato único de identificación genética (DUIG), para su incorporación en el Banco de Datos Genéticos.

Conviviendo con el terror

La menor relató que desde los 8 años fue abusada sexualmente por B. M. F., hechos que sucedían cuando su abuela, quien se encargó de su crianza, se encontraba fuera de casa. Allí convivía todo el grupo familiar. Su hermana, un hermano, su abuela y su tío. Al fondo de la propiedad, habitaba su padre.

Según los testimonios, la mayor de las hermanas fue testigo de una situación de abuso en perjuicio de la más pequeña, y en ese momento ambas se fueron a la casa de su madre para contarle lo sucedido pero no fueron escuchadas y evitaron contarle a su abuela por el estado de salud por el que transitaba la mujer.

En la adolescencia, su hermana se fue de la casa, al parecer fue víctima de abuso. De hecho la fiscal Sodero afirmó esta postura, y la posibilidad cierta de que otro hermano de la menor haya sido abusado. "Quizás fue el motivo de haber mentido en la testimonial, a favor de B. M. F. De algún modo, quería olvidar la situación vivida", dijo.

 

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