A un siglo de la inauguración del Panteón de las Glorias del Norte, muchos pensarán que este acontecimiento se hizo en un ambiente de paz y tolerancia. Bueno, no fue tan así. El clima político de ese año 18, estaba enrarecido por acontecimientos de reciente data. Uno de ellos fue la intervención federal de la provincia dispuesta el 5 de mayo, mediante un decreto del presidente radical, Dr. Hipólito Yrigoyen. Otro asunto que perturbaba la quietud salteña era la proximidad de una nueva contienda electoral. En ella, radicales y conservadores se volverían a enfrentar en las urnas amañadas, pero ahora, custodiadas por los radicales. Justamente, el gobierno nacional había intervenido Salta, gobernada por el Dr. Abraham Cornejo de la Unión Provincial, para preparar el camino comicial y tratar de ganar la gobernación.
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A un siglo de la inauguración del Panteón de las Glorias del Norte, muchos pensarán que este acontecimiento se hizo en un ambiente de paz y tolerancia. Bueno, no fue tan así. El clima político de ese año 18, estaba enrarecido por acontecimientos de reciente data. Uno de ellos fue la intervención federal de la provincia dispuesta el 5 de mayo, mediante un decreto del presidente radical, Dr. Hipólito Yrigoyen. Otro asunto que perturbaba la quietud salteña era la proximidad de una nueva contienda electoral. En ella, radicales y conservadores se volverían a enfrentar en las urnas amañadas, pero ahora, custodiadas por los radicales. Justamente, el gobierno nacional había intervenido Salta, gobernada por el Dr. Abraham Cornejo de la Unión Provincial, para preparar el camino comicial y tratar de ganar la gobernación.
Este era el clima que reinaba en Salta cuando llegó el flamante interventor federal Dr. Emilio Giménez Zapiola, un radical de pura cepa y además, fuerte empresario de la carne. A poco de andar, este hombre empeoró las cosas en Salta, a punto tal que su gestión apenas duró un suspiro. A los dos meses y 14 días, debió hacer sus valijas y tomar el tren de vuelta a Buenos Aires.
La iniciativa
De todos modos, en su breve período, Giménez Zapiola fue quien lanzó la iniciativa de homenajear a nuestros héroes de la guerra de la Independencia.
Y así fue que el 18 de junio de 1918, autorizó a la Comisión Municipal a “declarar monumento público a los sepulcros de los Generales Martín Miguel de Güemes, Rudecindo Alvarado y General Puch”. De inmediato la prensa local se hizo eco de la noticia. El diario “Nueva Epoca”, dijo: “Ya era tiempo que las tumbas de los venerados patricios, merecieran el homenaje y el recuerdo que en esta hora se trata de rendir por decisión de la Comisión Municipal que, como dignos militares de la Patria, ha sabido llevar su vista por nuestra desolada necrópolis, para exhumar los nombres salteños, como un homenaje de justicia póstuma”.
Nuevo interventor
Como decíamos, el 23 de julio el gobierno nacional relevó de su cargo a don Emilio Giménez Zapiola y en su lugar quedó interinamente el coronel Ricardo Solá. El 9 de agosto de 1918, el presidente Yrigoyen designó al Dr. Manuel Carlés, radical y fundador de la Liga Patriótica Argentina, como el nuevo interventor federal de Salta.
Cuando Carlés llevaba dos meses gobernando Salta, el diario “Nueva Epoca” en su edición del 7 de octubre de 1918, da una primicia: “Como se sabe, el 20 cte. tendrá lugar la inauguración en nuestra ciudad del ‘Panteón de las Glorias del Norte de la República’ que ha sido erigido en la Catedral, previa coordinación entre la Intervención Nacional, Prelado de la Diócesis de Salta y el Capítulo de su Iglesia Catedral, a cuyo efecto en dicho día serán trasladados y depositados allí, los restos de los beneméritos Generales Güemes, Arenales y Alvarado -ya no estaba Puch- que reposarán cobijados por el culto y veneración patriótica, en urnas funerarias fundidas en metal de los viejos cañones de nuestra independencia por la que lucharon”.
La Campana de la Patria
En su edición del 15 de octubre, “Nueva Epoca”, diario conservador que desde un principio apoyó la iniciativa, decía: “Con motivo de la inauguración del Panteón de las Glorias del Norte, nuestro colega ‘Tribuna Popular’, refiriéndose al toque de campanas en ese día, aboga porque solo deba tañir la Campana de la Patria elevada en la Torre de San Francisco”.
Más adelante, “Nueva Epoca” agrega: “Nosotros también veríamos con agrado que el Señor Obispo ordene que ese día solo una campana tañese: la ‘Campana de la Patria’, de la Torre de San Francisco”, concluye.
Personalidades e instituciones invitadas
Como el acto inaugural del Panteón de las Glorias del Norte de la República (nombre original) y el traslado de los restos iba a dar lugar a una ceremonia de gran solemnidad, el interventor federal, Dr. Carlés, organizó una Comisión de Homenaje integrada por numerosas personalidades y reconocidas instituciones locales y nacionales. Entre ellas, el presidente de la Comisión de Homenajes a los Héroes de las Invasiones Inglesas (1806/1807), Dr. Augusto Ibarra Pedernera.
Por su parte la Comisión Pro Monumento al General Martín Güemes, designó a los señores Luis Linares, Abraham Cornejo, Alberto San Miguel y Arturo Gambolini y a los Gauchos de Lanús, para que la represente en el traslado de los restos de los héroes hasta el Panteón de las Glorias del Norte de la República, debiendo hacer uso de la palabra, el señor Arturo Gambolini.
Otras instituciones invitadas fueron: Círculo de Prensa, Jockey Club, Tiro Federal Argentino, Yatch Club “Río de la Plata”, Unión Cívica Radical, Partido Constitucional, Partido Conservador de la Provincia de Buenos Aires, Federación de Estudiantes Secundarios, Club Social de Médicos, Boys Scout Argentinos, Centro Entrerriano, “La Estrella de Chile”, Comisión Pro Ferrocarril a Chile y Gauchos de Flores. Lo raro fue que por el Jockey Club de la Capital Federal, asistiera el señor Néstor Patrón Costa.