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Hoy se realiza la tradicional chaya de vehículos en la iglesia Nuestra Señora del Pilar, ubicada en Mitre al 1.400 de la ciudad de Salta. Las actividades, en el marco de la festividad en honor a la Virgen de Urkupiña, están a cargo del cura párroco Raúl Javier Mamani.
La chayar es un ritual que se realiza para agradecer a la Madre Tierra por los frutos que brinda. También, para bendecir a los bienes materiales y pedir por un próspero futuro. Se encomiendan, además, herramientas de trabajo, propiedades, negocios, etc.
Según la costumbre, los automóviles son adornados con aguayos y billetes.
La Niña Chaya
Cuenta los relatos, que los primeros españoles llegados a la región se encontraron con una fiesta singular de agua y danza que celebraban los diaguitas. En la madurez del verano, revivían la memoria de una niña india muy hermosa que un día, dolida de tristeza por su amor imposible hacia el Pujillay, príncipe alegre y juguetón, desapareció en la montaña y se convirtió en nube.
Esta nube cada año vuelve para alegrar a la tierra y a la tribu, y se posa en forma de rocío en los pétalos de la flor del cardón. Por ello, la tradición la llamó Chaya, agua del rocío, y por ello también, la Chaya vendría a ser así la búsqueda ancestral de aquella diosa india en la espera de la nube y del agua, signo de la vida.