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Francisco rechaza la pena de muerte

Martes, 07 de agosto de 2018 00:00

La Iglesia Católica ha insistido permanentemente en la defensa de la vida humana. Aborto o eutanasia de manera simple y llana no entrará jamás en su cuerpo doctrinal. Sin embargo, la pena de muerte en el Catecismo de la Iglesia Católica promulgado en el año 1992, que reemplazó al Catecismo Tridentino, mantenía su vigencia plena como una de las formas de impartir justicia. La Iglesia en su defensa de la vida venía sosteniendo algo así, como una contradicción, ya que el artículo 2267 enuncia "la enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si ésta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas".

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La Iglesia Católica ha insistido permanentemente en la defensa de la vida humana. Aborto o eutanasia de manera simple y llana no entrará jamás en su cuerpo doctrinal. Sin embargo, la pena de muerte en el Catecismo de la Iglesia Católica promulgado en el año 1992, que reemplazó al Catecismo Tridentino, mantenía su vigencia plena como una de las formas de impartir justicia. La Iglesia en su defensa de la vida venía sosteniendo algo así, como una contradicción, ya que el artículo 2267 enuncia "la enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si ésta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas".

Si seguimos las demandas sociales frente a los delitos graves, pareciera que la gente quiere ver "sangre" cada vez que sucede algún problema vinculado al crimen o a las injusticias, sea de la naturaleza que sea, o de la institución a la que pertenezca. También se puede ver que en muchos países de raíces cristianas triunfan los candidatos autoritarios a los cargos de conducción gubernamental, o quienes en sus plataformas políticas utilizan a la implementación de la pena de muerte como solución al complejo mapa de la criminalidad, agravado por el fenómeno social del narcotráfico y la drogodependencia, la miseria, el tráfico de armas o la trata de personas.

El papa Francisco, con una visión humanitaria y siendo coherente con el Evangelio, ha autorizado la modificación del artículo 2267 del Catecismo de la Iglesia Católica sobre la pena de muerte, declarando inadmisible la aplicación de esta condena en cualquier caso, y pide su abolición en todo el mundo. Francisco venía insistiendo en los discursos en viajes al exterior, especialmente en los Estados Unidos de América, esta doctrina. Decía el Papa que "la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona", añadiendo el compromiso de luchar en el todo el mundo para la abolición definitiva de este medio inhumano de resolver los problemas delictivos. Dice el Papa: "Hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves. Además, se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sanciones penales por parte del Estado". Recuerda, además, que "se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa de los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, no le quitan al reo la posibilidad de redimirse definitivamente".

Implementar la pena de muerte sería un retroceso en la comprensión del valor de la vida humana así como para la sociedad argentina y las frágiles democracias sudamericanas. Es necesario recuperar la calma.

La Iglesia que se considera maestra de humanismo no podía mantener ese artículo en su CATIC, y tantos otros que, con el afinado sentido común de Francisco, deberían comenzar a ser revisados.

La violencia solo genera violencia y la muerte atrae más muertes. Diálogo y perdón son grandes valores netamente cristianos a recuperar en la construcción de la sociedad actual.

 

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