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Mal de Chagas: por año nacen 1.300 bebés con la enfermedad y aún está en el 60% del territorio salteño

Las zonas afectadas en la provincia siguen siendo el Chaco salteño, los Valles Calchaquíes y Santa Victoria Oeste. La ciudad de Salta tiene áreas predispuestas pero se logró erradicar el vector: la vinchuca. 
Sabado, 01 de septiembre de 2018 21:56

Hablar de mal de Chagas puede resultar fuera de época. Las imágenes que llegan a la memoria de quienes leyeron algo sobre el tema son de viejos ranchos de campo, con adobe, techo de paja, piso de tierra y sin revoque, con perros flacos andando en el patio y las vinchucas escondidas en el calzado de los habitantes de la casa, en la cama o entre la ropa colgada de una silla. Sin embargo, la realidad en Salta con respecto a esta enfermedad parece estar más vigente que nunca. 
Según Facundo Iñíguez, cardiólogo del hospital San Bernardo, se estima que en el 60 por ciento del territorio provincial hay casos de Chagas. “Esto significa que más de la mitad de nuestro territorio tiene la enfermedad, más allá de todas las acciones y esfuerzos de salud pública. No se logra eliminar el vector, que es la vinchuca”, explicó el cardiólogo. 
En la provincia las áreas con mayor cantidad de casos siguen siendo el chaco salteño, los Valles Calchaquíes y Santa Victoria Oeste. 
Se calcula que en Argentina hay más de 2 millones de infectados, de los cuales el 30 por ciento desarrolla patologías cardiológicas, que van de problemas leves a los de gran impacto. 
En cuanto a la atención que se brinda a los pacientes con dolencias cardíacas generadas pr el Chagas, algunos requieren controles anuales y otros cada 30 o 35 días, que requieren una atención que implica una inversión de unos 350 mil pesos anuales para el Estado. 
“Esto es muy complejo porque tiene que ver con la realidad de la población. La mayoría de los casos de Chagas se dan en las zonas rurales donde, a causa de la pobreza estructural y pese a las fumigaciones y acciones concretas de salud pública, no se pudieron revertir en la última década”, detalló Iñiguez. 
El parásito, o sea la vinchuca, no solo tiene reservorios humanos sino que también los tiene en los conejos, los cuises y los perros. “Entonces la vinchuca puede contraer el parásito al morder a estos animales y luego transmitirlo al picar al hombre”, explicó el médico. 
Consultado sobre los espacios en los que se reproduce la vinchuca y teniendo en cuenta el avance de las construcciones precarias en la ciudad de Salta, el profesional destacó que se logró erradicar el insecto en la ciudad gracias a las fumigaciones. 
Más allá de que se tenga una vivienda predispuesta, el vector no está en la ciudad. “Hace algunos años se registró la presencia de vinchucas, pero habían llegado en un cargamento de madera desde el interior”, recordó. 

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Hablar de mal de Chagas puede resultar fuera de época. Las imágenes que llegan a la memoria de quienes leyeron algo sobre el tema son de viejos ranchos de campo, con adobe, techo de paja, piso de tierra y sin revoque, con perros flacos andando en el patio y las vinchucas escondidas en el calzado de los habitantes de la casa, en la cama o entre la ropa colgada de una silla. Sin embargo, la realidad en Salta con respecto a esta enfermedad parece estar más vigente que nunca. 
Según Facundo Iñíguez, cardiólogo del hospital San Bernardo, se estima que en el 60 por ciento del territorio provincial hay casos de Chagas. “Esto significa que más de la mitad de nuestro territorio tiene la enfermedad, más allá de todas las acciones y esfuerzos de salud pública. No se logra eliminar el vector, que es la vinchuca”, explicó el cardiólogo. 
En la provincia las áreas con mayor cantidad de casos siguen siendo el chaco salteño, los Valles Calchaquíes y Santa Victoria Oeste. 
Se calcula que en Argentina hay más de 2 millones de infectados, de los cuales el 30 por ciento desarrolla patologías cardiológicas, que van de problemas leves a los de gran impacto. 
En cuanto a la atención que se brinda a los pacientes con dolencias cardíacas generadas pr el Chagas, algunos requieren controles anuales y otros cada 30 o 35 días, que requieren una atención que implica una inversión de unos 350 mil pesos anuales para el Estado. 
“Esto es muy complejo porque tiene que ver con la realidad de la población. La mayoría de los casos de Chagas se dan en las zonas rurales donde, a causa de la pobreza estructural y pese a las fumigaciones y acciones concretas de salud pública, no se pudieron revertir en la última década”, detalló Iñiguez. 
El parásito, o sea la vinchuca, no solo tiene reservorios humanos sino que también los tiene en los conejos, los cuises y los perros. “Entonces la vinchuca puede contraer el parásito al morder a estos animales y luego transmitirlo al picar al hombre”, explicó el médico. 
Consultado sobre los espacios en los que se reproduce la vinchuca y teniendo en cuenta el avance de las construcciones precarias en la ciudad de Salta, el profesional destacó que se logró erradicar el insecto en la ciudad gracias a las fumigaciones. 
Más allá de que se tenga una vivienda predispuesta, el vector no está en la ciudad. “Hace algunos años se registró la presencia de vinchucas, pero habían llegado en un cargamento de madera desde el interior”, recordó. 

Formas de transmisión y síntomas

Facundo Iñíguez aclaró que el vector no es la única vía de transmisión del mal de Chagas sino que también hay transmisión vertical. Estos casos se dan cuando la madre está embarazada, tiene el virus y se lo transmite el bebé. Esta es la segunda forma, en importancia, de contraer la enfermedad.
Una tercera forma es a través de la donación de sangre, pero por los estudios que se realizan ahora antes de una transfusión, estos casos se producen en menor medida.
Otra forma de transmisión, poco frecuente en la Argentina, es por vía oral. Esto se produce cuando se consume el parásito. “En Brasil se dieron varios casos porque allá se toma el jugo de caña. Al parecer, al moler la caña, molieron algunas vinchucas y la gente consumió el parásito”, relató el doctor. 
Los primeros síntomas, luego de la picadura, son similares a los de una infección. El primer período de la dolencia se denomina parte aguda. Luego viene la parte crónica.
En la primera fase, el paciente tiene los síntomas de una infección y puede notar la picadura en el cuerpo, que puede resultar parecida la de un mosquito. 
En algunos casos esta etapa se presenta como un cuadro gripal. Los síntomas más característicos del Chagas aparecen solo en el 5 por ciento de los casos y en personas menores de 5 años.
En los casos en que la transmisión de la enfermedad se dio en forma vertical, se hacen los análisis correspondientes al bebé recién nacido y, de confirmarse la presencia del virus, se inicia el tratamiento. 

Daños

En la parte aguda de la enfermedad, los profesionales de la salud tratan de demostrar la presencia del parásito en la sangre, lo que se logra a través de un análisis bioquímico. Luego de dos meses del momento de la picadura, el parásito deja de estar en la sangre y se aloja en las células del cuerpo, desde donde producirá los daños que pueden llegar a evidenciarse hasta 30 años después. 
En la parte aguda de la enfermedad, cuando la persona no presenta síntomas, se da lo que se denomina “período indeterminado” y luego “período de patología demostrable”. 
Los daños pueden darse en el tubo digestivo, generando una deformación del esófago y dilatación del intestino grueso y se pueden generar chagomas en el cerebro, lo que provoca encefalitis y dolencias en el corazón, como dilatación o aparición de arritmias, o ambas en forma simultánea. 
Iñíguez destacó que solo 1 de cada 3 personas infectadas tendrán problemas cardíacos y que, si alguien tiene el mal de Chagas, no se puede hablar de discapacidad. “Estas personas pueden trabajar como cualquier otra. Hago esta aclaración porque muchas personas solicitan los formularios por discapacidad al descubrir que tienen esta dolencia”, expresó el profesional, que recordó que hace algunos años el mal de Chagas era una de las causas para no contratar a un trabajador y que hasta se llegó a pensar que era contagioso. 
“Hay que romper con algunos mitos, como el de creer que la enfermedad ya no existe o, por otra parte, que sigue siendo causal de una discapacidad”, reflexionó. 

Por año, nacen unos 1.300 bebés con la enfermedad 

El dato fue presentado en una jornada de trabajo de la UBA y la Fundación Mundo. 

El pasado 27 de agosto se concretó en la ciudad de Buenos Aires una jornada de trabajo denominada Chagas en acción, que contó con la presencia de profesionales médicos de todo el país. 
La especialista Silvia Gold subrayó que hay más de 250.000 niños menores de 14 años con Chagas y cada año nacen 1.300 bebés con la enfermedad. “Falta mucho por hacer porque el Chagas es un problema de salud pública que nos involucra a todos como sociedad”, destacó Gold.
La directora de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de la Nación, Patricia Angeleri, destacó que Corrientes fue declarada libre de Chagas y remarcó que a nivel nacional el Ministerio tiene como objetivo complementar los esfuerzos de las provincias en lo que respecta a la problemática del Chagas e interrumpir la transmisión vectorial en toda la Argentina.
“No es un objetivo imposible que en poco tiempo nuestro país certifique la interrupción de la transmisión vectorial, porque hubo una gran evolución del control y monitoreo de viviendas”, afirmó. 
A su vez, Angeleri remarcó que el gran desafío es “trabajar en el Chagas congénito a nivel nacional y fortalecer la red de sistemas de salud para mejorar el sistema de datos”.


Durante el encuentro, organizado por la Fundación Mundo Sano y la Universidad de Buenos Aires (UBA), Silvia Gold, presidenta de la Fundación Mundo Sano, y Gabriel Capitelli, director de Relaciones Institucionales de la UBA, en representación del rector, abrieron el encuentro destacando el compromiso conjunto de ambas instituciones para tratar de buscar soluciones y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por el mal de Chagas, una enfermedad que en nuestro país alcanza a más de 2 millones de personas.
Mariana Fernández, de la Fundación Adesar, y Favio Crudo, del equipo médico de Mundo Sano, mostraron el trabajo en terreno que ambas fundaciones realizan tanto en zonas endémicas como no endémicas para disminuir la transmisión materno-infantil y las complicaciones cardiovasculares de pacientes crónicos.
Desde hace cuatro meses ambas fundaciones también se encuentran implementando el “Programa Triple Frontera del Chaco Salteño” para detectar y tratar, además del Chagas, otras enfermedades como VIH, hepatitis B y sífilis. “En dos operativos llevamos realizados más de 500 análisis a embarazadas, de las cuales el 9,44% tiene Chagas”, destacaron los especialistas. Y agregaron que “hay conocimiento y herramientas para tratar el Chagas”.
El director de la Fundación Primeros Pasos, Diego Montes de Oca, destacó también “la importancia de la prevención en el embarazo, como una oportunidad para el abordaje familiar de la enfermedad de Chagas”.
“En nuestro país hay más de 300.000 personas afectadas por cardiopatías chagásicas, lo que demuestra que la enfermedad es un problema social”, expresó el especialista. 

Ventajas y desventajas del tratamiento

Durante los últimos años de investigación sobre el mal de Chagas se analizó que el tratamiento de la dolencia en el denominado “período indeterminado” no genera mayores ventajas para el paciente.
“La respuesta inflamatoria a la picadura del parásito ya genera un daño en los tejidos. Además, la toxicidad de los medicamentos también genera reacciones alérgicas. En el caso del Chagas crónico se hacen tratamientos paliativos”, destacó el cardiólogo Facundo Iñíguez. 
 

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