Desde las 12.30, la rotonda del Peregrino fue el lugar donde se concentraron los casi 10 mil fieles que llegaron ayer a pie desde la Puna. Allí hicieron un corte en su caminata, desde la última parada en Campo Quijano, para descansar, reponer fuerzas, comer y encarar el último tramo hasta la Catedral Basílica.
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Desde las 12.30, la rotonda del Peregrino fue el lugar donde se concentraron los casi 10 mil fieles que llegaron ayer a pie desde la Puna. Allí hicieron un corte en su caminata, desde la última parada en Campo Quijano, para descansar, reponer fuerzas, comer y encarar el último tramo hasta la Catedral Basílica.
En el interior del Jockey Club, más de 300 voluntarios trabajaron en la organización para ofrecer agua mineral, asistencia kinesiológica, masajes, lavado de pies y curación de heridas.
En el campo de juego se instaló un camión cisterna de Aguas del Norte y se colocaron 20 baños químicos. En los laterales se instalaron parrillas para cocinar 10 mil chorizos, con el apoyo de distintas organizaciones sociales y laicas.
Afuera del club, sobre las banquinas de la avenida Banchik y en el último tramo antes del ingreso, también había puestos de asistencia médica del Ejército Argentino y de podólogos.
Los voluntarios de Medio Ambiente fueron los encargados de recoger los residuos que fueron quedando en el camino luego del paso de los peregrinos.
“Trabajo en el Materno Infantil y soy podóloga. Vine a brindar mi colaboración y a pedirle a nuestros patronos que nos ayuden”, expresó Alicia Copa, de 60 años, mientras atendía a un joven de 21 que había llegado de San Antonio de los Cobres junto sus hermanas.
José Luis recibió la asistencia de Alicia luego de varios días de caminata. “Este es el cuarto año que vengo. Estoy muy feliz”, expresó el joven mientras la podóloga le lavaba los pies.
En el interior del club, en la galería del salón de ingreso, las voluntarias del Colegio de Podólogos estaban preparadas con sus fuentes con agua, jabones, vendas y cremas curativas para recibir a los caminantes.
“Hace 8 años que estamos asistiendo a los peregrinos. Somos entre 5 y 7 personas y nos ubicamos en distintos puntos de la provincia. Tenemos un grupo en Quijano, otro estuvo en el ingreso a Salta por la ruta 9, otros en el barrio San Carlos, en Vaqueros y también en la plaza 9 de Julio”, contó Mirta Quiroga.
Podólogos, masajistas y fisioterapeutas ofrecieron su atención.
María Angélica Latorre es miembro de los Boy Scouts de la Vicaría de Lourdes, del barrio Intersindical. Ayer estuvo presente junto a un grupo de líderes, en el sector de lavado de pies a los peregrinos. “Es el segundo año que participo de esta actividad y es muy gratificante”, expresó la joven, de 21 años.
Más adelante, fisioterapeutas y kinesiólogos recibían a los más cansados y afectados por la caminata en sus camillas, donde les brindaron masajes y los ayudaron a hacer ejercicios para calmar los calambres y dolores del viaje.
En este sector estaba una de las caminantes de San Antonio de los Cobres junto a su esposo. La mujer, de 40 años, llegó con graves lesiones en los pies. Los encargados de la atención le cambiaron los apósitos que tenía para protegerse los pies y le pusieron vendas.
“Vengo de San Antonio de los Cobres para agradecer por todo lo lindo que Dios me dio”, dijo a El Tribuno la mujer, que empezó a lastimarse en El Alfarcito. Si bien los agentes de salud le recomendaron no seguir, Marcela continúo su camino y llegó con el apoyo de su esposo a la puerta de la Catedral.
La atención de los peregrinos en el Jockey Club se concretó con el apoyo de la parroquia Nuestra Señora del Tránsito, ex combatientes de Malvinas, familias y socios del club. “Hace 15 años que brindamos atención. La primera vez fueron 40 y hoy son casi 10 mil”, expresó Jaime Muñoz, miembro de la comisión organizadora de la recepción a los fieles en el Jockey Club, quien destacó que los preparativos estuvieron a cargo de 15 personas y para la atención en el predio se sumaron 300 más.