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7 preguntas para entender la economía

Domingo, 09 de septiembre de 2018 00:00

  La actualidad económica de la Argentina genera incertidumbre en vastos sectores de la población, mayormente porque las principales medidas de ajuste que aplica el Gobierno nacional para intentar ordenar financieramente al país impactan de lleno en el ciudadano de pie. En este contexto, las permanentes actualizaciones de precios de productos, servicios y tarifas como consecuencia de la descontrolada inflación y el volátil tipo de cambio, contrastan fuertemente con un lento o en muchos casos nulo emparejamiento salarial. Ante lo expuesto, El Tribuno consultó con cuatro destacados economistas quienes aportan su aguzado análisis de la situación del país y anticipan lo que viene. 

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  La actualidad económica de la Argentina genera incertidumbre en vastos sectores de la población, mayormente porque las principales medidas de ajuste que aplica el Gobierno nacional para intentar ordenar financieramente al país impactan de lleno en el ciudadano de pie. En este contexto, las permanentes actualizaciones de precios de productos, servicios y tarifas como consecuencia de la descontrolada inflación y el volátil tipo de cambio, contrastan fuertemente con un lento o en muchos casos nulo emparejamiento salarial. Ante lo expuesto, El Tribuno consultó con cuatro destacados economistas quienes aportan su aguzado análisis de la situación del país y anticipan lo que viene. 

Estas son las preguntas que contestaron los economistas:

1) ¿Cómo califica la actual situación económica? 2) ¿Quién es el responsable de la crisis económica que atraviesa el país? 3) Dólar e inflación, ¿cuál será el techo en 2018? 4) ¿Es     positiva o negativa la actual relación con el FMI? 5) ¿Considera que las medidas económicas del Gobierno responden a un plan o van detrás de la coyuntura? 6) ¿Tienen asidero las 
comparaciones con el 2001? 7) ¿Cuál cree que será la situación del país en lo que queda del 2018 y durante 2019?

Juan Lucas Dapena
Dr. en Ciencias Económicas y Profesor de Finanzas de la Universidad Nacional de Córdoba

1.- Situación financiera complicada y recesión económica. Con una fuerte corrida contra el peso consecuencia de falta de confianza en el Gobierno nacional para llevar adelante las reformas necesarias para ser una economía normal. No obstante, esta situación parecería estar siendo dominada, quedando por delante la tarea de trabajar en las reformas.

2.- Los gobernantes de los últimos 40 años que gastaron por encima de nuestras posibilidades y que llevaron a crisis recurrentes sin poder salir de este círculo vicioso. Salvo cortas excepciones, siempre se gastó por encima de los ingresos.

3.- El dólar a fin de año se está operando alrededor de los 45 pesos. Obviamente puede cambiar, pero el mercado considera hoy que ése es el precio a fin de año. En cuanto a inflación, los cálculos están alrededor del 40%.

4.- Si no aparecía el FMI para prestarnos, el quiebre económico y ajuste social iba a ser comparable al del 2001. No olvidemos que gran parte del dinero que nos presta el Fondo es para continuar financiando políticas sociales. Sin ese dinero esto hubiese explotado. Se acude al Fondo porque nadie más le prestaba dinero a Argentina. Eso no quita que experiencias anteriores con ellos no fueron buenas porque dejaron al país a medio camino. La exigencia del FMI es que Argentina arregle sus cuentas. Algo que en cualquier país sería una exigencia de los ciudadanos, aquí es de afuera que viene la exigencia.

5.- Considero que en este momento van atrás de la coyuntura, porque es la coyuntura la que marca el ritmo. Esto no quita que en algún momento debería pensarse en un plan de desarrollo económico a más largo plazo.

6.- A mi criterio no, porque hay fondos para pagar los vencimientos en estos dos años y los bancos están sólidos.

7.- Una economía cayendo y/o planchada hasta comienzo de 2019, pero con una expectativa de crecimiento a partir de marzo o abril de ese año. 

Damián Di Pace
Analista Económico. Director de la Consultora Focus Market 

1.- Es una situación donde la actividad económica comienza a deteriorarse, producto de la caída de la inversión pública, que hasta el primer trimestre traccionaba también a la inversión privada, en un contexto de una macroeconomía muy inestable y volátil por lo que genera también poca confianza para retomar el camino del crecimiento una vez atravesada la recesión.

2.- Las responsabilidades son varias. En principio creo que se subestimó lo que podía pasar con la inflación, con la distorsión de precios relativos que había en el mercado respecto de tarifas de servicios o bienes, el propio tipo de cambio, etcétera. Se quería lograr una meta de inflación que era poco viable y se hizo mucho esfuerzo con cero resultados.
Por otra parte, respecto de la corrida cambiaria que tuvimos y la evolución del tipo de cambio, ahí tenemos que el inconveniente se dio porque la Argentina se abrió financieramente pero tenía una macroeconomía muy debilitada. Es decir, hoy Argentina puede ingresar en el mercado financiero, realizar una inversión y salir al otro día y la realidad es que no estaba la situación como para que esto pase y generó una fuga de capitales. Y la tercera circunstancia es que estamos en un contexto internacional donde el mundo está en una posición vendedora y Argentina está en una posición compradora, o sea estuvimos importando mucho más de lo que exportábamos y quisimos salir al mundo a venderle cuando el mundo quiere vender también.
Fue una conjunción de situaciones: fallo de diagnóstico, más conjugación de una situación donde la macro no estaba fortalecida y vos pensaste que sí, más una situación donde el mundo no es el mismo, generan todos estos quiebres que tuvo Argentina.

3.- En cuanto dólar no se puede aventurar un techo y, en cuanto a la inflación, van de la mano. En tanto y en cuanto el Gobierno logre retomar la confianza, en que el mercado logre la paz cambiaria podemos hablarlo, pero la realidad es que hoy eso todavía está en ciernes. Uno puede hablar de paz cambiaria cuando logra 20 días de un tipo de cambio estable, y la Argentina lo había logrado en julio, pero después volvió al acecho la falta confianza del mercado respecto del déficit fiscal argentino y su modo de financiamiento. 

4.- La relación es de un organismo que le está quitando poco a poco autonomía a la política económica argentina, en el cual el Gobierno se está enfocando mucho en resolver su situación financiera pero está dejando de lado lo más importante, que es ver cómo resuelve la situación productiva. De una crisis se sale produciendo, no solamente financiándose y, en ese sentido, la misión del FMI consiste en generar un ajuste del déficit fiscal, que bienvenido sea y está muy bien, pero el propio Gobierno nacional tiene que empezar a ver cómo empieza a producir y a levantar la actividad económica. La deuda que está tomando la Argentina solamente se paga produciendo, vendiéndole al mundo y recuperando el consumo en el mercado interno.

5.- Son absolutamente coyunturales. De hecho, hoy el plan del Gobierno es de súper corto plazo de resolver la sangría que ha generado esta devaluación de shock. Por otra parte, trata de resolver el déficit fiscal y el financiamiento para el año que viene pero no está teniendo una visión de mediano y largo plazo de ninguna manera, o sea está tratando de resolver un problema coyuntural del momento, la mirada es de muy corto plazo, la urgencia se convirtió en emergencia y falta un plan de contingencia. 

6.- No porque Argentina en aquel momento tenía una convertibilidad de su moneda y en esa situación era un proceso de ajuste y hoy tenés la variable de que justamente la devaluación del tipo de cambio te puede volver competitivo. Lo único que se puede llegar a homologar en la situación es que en este tipo de ajuste se deteriora mucho el sector de microempresario y el pequeño y mediano porque al perder mercado interno tiene una alta dependencia de la economía del mercado interno. Entonces, de alguna manera, el proceso de ajuste te genera que la caída de la inversión pública, como está pronosticado para el año que viene un 50% real en gasto de capital, genere también una disminución de la inversión privada y una caída de la actividad económica. 

7.- Para lo que resta del año hay que esperar una caída fuerte de la actividad económica, una inflación superior al 40%, una caída del consumo del orden del 3% y, para el año que viene, se espera una proyección o una necesidad imperiosa de que el sector de los agronegocios, sobre todo los granos y la ganadería le reporten a la Argentina los 8.500 millones de dólares que no le pudo reportar este año por la sequía, porque es parte del plan de financiamiento del déficit fiscal para el año que viene y que ese sector sea el que prime respecto de la recuperación de la economía después de que, por arrastre estadístico, tuviste un primer semestre en esa área muy malo y podés llegar a recuperar parte del terreno perdido con el campo.

 

Álvaro Pérez
Contador Público Nacional - Director de la Consultora Finex

1) Situación de alta volatilidad cambiaria, con un fuerte impacto en el nivel de actividad económico y, por lo tanto, vemos un contexto muy complejo socialmente. 

2) Siempre el responsable es el que tiene el mayor nivel de poder, en este caso la administración del presidente Macri es la única responsable, pero podemos decir que no sido un escenario planificado, al contrario, nada salió como pensaban y la situación muchas veces dio la sensación de estar fuera de control. Dentro de los motivos endógenos a la gestión podemos reclamarle no haber realizado antes los ajustes necesarios para regularizar las cuentas fiscales y confiar demasiado en los flujos de capitales hacia los emergentes, flujo que se revirtió a nivel global, pero a Argentina le resultó casi letal. Una Argentina que empeora esa situación con un marco de inestabilidad política, donde ni la oposición, ni los aliados se pusieron de acuerdo con la subas de tarifas, donde el cambio de la fórmula para el pago de jubilaciones y pasivos, hoy beneficioso, nos mostró ante el mundo como una sociedad y una clase política inmadura y oportunista. 

3) Es bueno aclarar que la devaluación y la inflación no son identidades exactas, es decir que nuestra moneda puede devaluarse 20% en una semana y no necesariamente los precios van a subir en esa proporción en el mismo plazo.
En lo que respecta a inflación, este año según el Relevamiento de Expectativas de Mercado se espera cerrar un 2018 con 40,3% i.a. de inflación, y si miramos los 12 meses venideros, la inflación se estima en 31,5% i.a.. Dichas perspectivas incorporan una inflación del 2% mensual para los meses de enero y febrero de 2018.
 Las expectativas de tasa de referencia del REM se colocaron al 60% anual hasta diciembre; estas dos variables, inflación y tasa, deben tener su correlato en el valor del dólar, si este no acompaña vamos a volver a tener el histórico atraso cambiario que no nos permite ser competitivos con el mundo.
El mercado de futuros de tipo de cambio, con un dólar spot de $36,88, nos pricea la posición a diciembre en $41,95. Estas herramientas nos van a servir para cobertura, siempre observado si las tres variables no se han desarbitrado. Pero en el contexto actual, nadie puede saber cual es un precio razonable...

4) La calificaría de vital, de no existir hoy el apoyo del prestamista de última instancia, estaríamos viendo un escenario de inflación desbocada o un ajuste feroz en la cantidad de fuentes laborales. Siendo lo que estamos viviendo hoy un escenario mucho mas amigable de la realidad que solo podemos soportar. Por otro lado, en términos financieros la asistencia del FMI se da con tasas inexistentes para Argentina. Si existiera la posibilidad de encontrar un inversor que compre un bono argentino, no podría recibir menos del 10%, mientras que el FMI nos asiste al 4%. Nos guste o no, es mas conveniente.
Son las recomendaciones de ajuste, las que molestan a la opinión pública, pero nadie que presta dinero quiere que su deudor se vuelva insolvente, por eso creo que como sociedad debemos volvernos mas responsables. Y preguntarnos: ¿Nosotros le prestaríamos a alguien que sabemos que no nos va a devolver?

5) En Argentina nunca hubo un plan económico, somos un país que vive de coyuntura en coyuntura. Se nos terminaron los superávits gemelos y empezamos a emitir a un ritmo frenético, se nos disparó la inflación y pusimos controles de precios y dejamos de medirla, se nos terminaron los fondos y el mundo no nos prestó y fuimos por los fondos de las jubilaciones (Anses). Se nos terminaron los dólares y pusimos un cepo y restringimos importaciones que atrasaron tecnológicamente al país, no invertimos en energía y tuvimos que importar lo que nosotros podíamos hacer. Ya con Macri, se nos terminó el financiamiento externo y vino el FMI. Debemos estar de acuerdo en que el plan hoy es el déficit 0, el resto quedara postergado para otro momento.

6) Ningún asidero, en números macro el sistema financiero argentino está muy sólido, los niveles de desempleo no son los del 2001, el apoyo internacional es distinto. Creo que la comparación con el 2001 tiene mas que ver con una oportunidad política de algunos actores. Pero como siempre se puede estar peor, es muy importante que sigamos monitoreando las variables macro y micro económicas, las cuales se han degradado en los últimos siete años. Por eso resulta extraño pensar que los que nos trajeron hasta aquí, van a ser los que nos saquen de esta situación. 

7) El 2018 probablemente sea como todos los años pares, un año de retracción de la economía, con una inflación similar a la del 2016, pero con algunas perspectivas de mejora si logramos mantener el TCRM (Tipo de Cambio Real Multilateral) en niveles de competitividad.
El 2019 esperemos que nos dé gratas sorpresas: Vaca Muerta, el campo, el turismo, la industria, deberían ser el motor y no que el motor sea una expansión del gasto público con objetivos electorales, porque como ya sabemos eso solo nos adormece y nos deja expuestos nuevamente a la pobreza estructural que hoy tiene nuestra Argentina, que tristemente se reconforta con pensarse un país rico, pero que la realidad nos muestra con índices de desnutrición infantil, educación y demás datos, como una economía no solo sin resolverse sino también sin futuro.

Eduardo Antonelli
Economista 

1) De mucha complejidad, se reparten los problemas entre una cuota de errores, algunos importantes del Gobierno, y una conjunción de situaciones adversas, tanto internas como externas, como por ejemplo la sequía. Y por otro lado una estructura que tiene la economía argentina desde mucho tiempo atrás con una serie de complejidades propias que habría que analizarlas en sí mismas.

2) En una medida importante el propio Gobierno porque tiene, en mi opinión, un error de diagnóstico que lo comparte con la mayoría de los economistas, que es considerar que el problema de la inflación, que probablemente es el más importante que tiene la Argentina, se origina exclusivamente en el déficit fiscal, ignorando que la inflación también tiene como explicación los problemas del lado de la oferta, donde el déficit fiscal serían el lado de la demanda de la economía, y ahí se incluyen principalmente las tarifas, con fuerte crecimiento, junto con los combustibles que forman parte de la producción de los bienes y servicios; también los altos márgenes de ganancia que tiene la industria argentina con fuertes posiciones monopólicas en algunos rubros; y, además, el tipo de cambio que impacta en la formación de los precios, que hace que haya una gran facilidad para trasladar la suba del dólar y de las tarifas a los precios de los bienes finales.

3) Tiene que ver con las decisiones que tome el Banco Central y de los acuerdos que se consigan con el Fondo Monetario Internacional. Si el Banco Central tiene la capacidad para controlar la oferta monetaria, probablemente no haya deslizamientos fuertes de acá a fin de año; pero eso depende básicamente de cuánta masa monetaria exista en la economía y de cuánta capacidad tenga el Banco Central para controlarla. Yo creo que uno de los problemas de las fuertes subidas del dólar han sido las subas de las tasas de interés, porque llegaron fondos a los bancos y, al no poder prestar esa masa de fondos por las altas tasas de interés, los bancos se han volcado a comprar dólares. Yo creo que el Banco Central debería exigirle a los bancos una alta proporción de reservas y, al mismo tiempo, establecer que la tenencia de los dólares por parte de los bancos sea lo más reducida posible de manera de quitarles el poder de compra que tienen.

4) Es aceptable dentro de los términos en que el propio Gobierno ha planteado las cosas, es decir que ha elegido un financiamiento del déficit fiscal a través del endeudamiento externo, lo cual es discutible porque en definitiva el endeudamiento se transforma en pesos cuando el dinero ingresa a la Argentina, entonces perfectamente podría evitarse esa triangulación y usar con un Banco Central independiente sin imponerle bonos intransferibles como hizo el Gobierno anterior, financiando directamente en pesos, evitando el endeudamiento. Pero dada la elección que ha hecho el Gobierno, el financiamiento del FMI es el más barato, así que en esos términos es aceptable esta actitud.

5) El plan del Gobierno es muy genérico y apunta a bajar la inflación. Ha tratado de incentivar a las industrias para que inviertan y ha buscado, a través de la obra pública, impulsar el desarrollo de la infraestructura y la energía que estaban muy colapsados en la Argentina. En ese sentido, creo que era un enfoque razonable. Ahora, el problema es que las circunstancias han hecho que el Gobierno haya debido reorientar su estrategia hacia los problemas estrictamente coyunturales que son básicamente la volatilidad cambiaria y la proyección que esa volatilidad tiene por la fuerte concentración industrial de la Argentina en el traslado de precios.
 
6) No, porque una de las diferencias fundamentales es que en ese momento uno de los detonantes de la crisis fue la negativa del FMI de ayudar a la Argentina y ahora estamos ante un escenario que está completamente en las antípodas de esa situación. Por otro lado, existe un esquema peor que es que en este momento tenemos una alta inflación y en aquella oportunidad teníamos estabilidad de precios pero, por otro lado, el esquema de la Argentina del 2001 era fuertemente rígido por lo que representaba la convertibilidad. Ahora, en ese sentido, hay más instrumentos y son más flexibles, de política económica, por lo que no existen esos riesgos. Tampoco está la situación de aquel momento que si se tocaban las reservas, que es lo que hizo el Gobierno, eso      destruía automáticamente la convertibilidad y creó los fenómenos complementarios como el corralito y, en 2012, situaciones mucho más graves cuando      se salió de la convertibilidad con la inflación que siguió la pesificación asimétrica, el desempleo elevado, la caída del Producto Bruto y todos estos proble    mas que se generaron en 2002. Yo creo que hoy en día la situación es mucho mejor, si bien hay mucha ansiedad del Gobierno y la población.    
7) Mucho depende de cómo maneje el Gobierno y, en particular el Banco Central, la volatilidad del dólar. Hay dos herramientas fundamentales que, en mi      opinión, están un poco incompletas que son el control de la base monetaria y, sobre todo, lo que atañe a los bancos comerciales; en los que haría una mayor exigencia de reservas. Por otro lado ver en qué medida el Gobierno tiene la capacidad de atemperar esta gran capacidad que tiene la industria de trasladar mecánicamente el tipo de cambio y otros componentes de costos a los precios por esta alta concentración que obedece a elevados aranceles. Creo que habría que flexibilizar y abrir la economía para que haya un complemento con las importaciones de las restricciones que tiene la oferta y la capacidad de la concentración que tienen las empresas y su capacidad de traslado a precios. 
 



 

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