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Guillermo Boccara: “Estamos en una crisis de esperanza y temporalidad”

Entrevista al director del Centro Franco Argentino. 
Domingo, 20 de enero de 2019 00:56

POR: Julieta Grosso - Télam

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POR: Julieta Grosso - Télam

En paralelo con otras 60 ciudades en todo el mundo, Buenos Aires se sumará entre el 30 de enero y el 2 de febrero a la tercera edición de La Noche de las Ideas, un ciclo que bajo el paisaje marítimo de Ostende y Mar del Plata reunirá a una treintena de intelectuales y artistas para debatir en torno de la consigna “De cara al presente. Revisitar el pasado/Imaginar futuros inéditos”.
En una escena irradiada por la tecnología y las redes sociales, el pasado irrumpe como una experiencia totalizante y depredadora del futuro que pone en crisis la idea de tiempo y de realidad: repensar esas categorías es el reto que tendrán por delante los intelectuales franceses Patrick Boucheron y Barbara Cassin, el astrofísico Jean Philippe Uzan o el director teatral Laurent Bazin, algunas de las figuras que tendrá esta tercera versión de la iniciativa.
Junto a ellos, en el ciclo organizado por la Embajada de Francia en Argentina con el auspicio de la Fundación Medifé habrá un elenco de escritores y artistas locales como Silvia Hopenhayn, María Negroni, Diego Golombek, Carlos Gamerro, Nicola Costantino, Claudia Hilb y Alejandro Katz, entre otros.
Los debates, muestras, proyecciones y segmentos musicales que ofrecerá esta nueva edición de La noche de las Ideas se realizarán en un escenario desdoblado: los dos primeros días las actividades se concentrarán en el mítico Viejo Hotel Ostende y los dos últimos se desplazarán a Mar del Plata para fijar como epicentro el Museo de Arte Contemporáneo de la Provincia de Buenos Aires (MAR), según adelantó el director del Centro Franco Argentino, Guillaume Boccara, a cargo de la programación. 
 

El espacio y del tiempo están cifrados por la ubicuidad y la instantaneidad. Algunos pensadores sostienen que las sociedades están enfermas de presente ¿Hay una dictadura del presente que empobrece nuestra relación con el pasado y el futuro?
Es en base a esta problemática que hemos pensado esta edición ¿Qué pasa con nuestra relación con el tiempo en un mundo donde el presente parece tiranizarnos? ¿Cómo enfrentar el desafío de la aceleración del tiempo? ¿Cómo entender esta paradoja que hace que tengamos a nuestra disposición a tecnologías que nos hacen “ganar tiempo” y que, sin embargo, el tiempo parezca un recurso cada vez más escaso? ¿Qué es lo que “se pierde” cuando uno está regido por la sola lógica del “ganar tiempo”?
Hemos perdido la fe en un futuro mejor y el pasado se ha transformado en una suerte de era dorada que no quiere pasar y que vuelve con violencia a través de memorias acalladas u olvidadas. Estaríamos en el medio de una crisis de la esperanza y de la temporalidad. Situarse “De cara al presente”, tal la temática de esta edición, es repensar nuestra relación con el pasado para poder reimaginar futuros inéditos. 
Revisitar el pasado nos ofrece la oportunidad de ver que las cosas podrían haber sido diferentes, de intentar escapar a una visión finalista o teleológica de la historia, de entrever soluciones que habían sido descartadas o abortadas. Esta perspectiva que llamaría posibilista es también una manera de luchar contra esa manera de pensar la historia únicamente en términos de continuidades a través de la construcción de relatos que tienden a reificar o congelar las entidades nacionales, las identidades o los colectivos. 
 

¿Cuál ha sido la principal reconfiguración de la percepción del tiempo que ha instalado este entramado de redes sociales y buscadores en el que estamos inmersos? 
Una de las cosas que parece caracterizar el momento histórico que estamos atravesando es la inmediatez. El futuro es incluso cada vez más inmediato. Tiende a replegarse sobre el presente, a sumergirlo. No tenemos más tiempo para reflexionar, madurar una respuesta o para tomar distancia con respecto de lo que ocurre. En este contexto, las redes sociales pueden desembocar en lo mejor en términos de democratización y de toma de palabra por más personas. Pero a la vez pueden propiciar un espíritu poco crítico, antiracional y contribuir a la formulación de enunciados o afirmaciones que no se basan en datos empíricos o en hechos comprobables. Este peligro se encuentra bien resumido en la idea de la “posverdad” o del “bullshit” en inglés, vale decir de la puesta en tela de juicio tanto de la lógica de lo verdadero como de la lógica de lo probable vinculada a los debates de la práctica y de la experiencia.
 

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