Avanzan la construcción de un acueducto que abastecerá de agua potable a San Antonio de los Cobres. La toma se ubica a unos 4.300 metros de altura, en el imponente Nevado de Acay.
En diálogo con El Tribuno, el intendente Leopoldo Salva se explayó sobre este tema y el crecimiento poblacional registrado en los últimos años en la localidad.
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Avanzan la construcción de un acueducto que abastecerá de agua potable a San Antonio de los Cobres. La toma se ubica a unos 4.300 metros de altura, en el imponente Nevado de Acay.
En diálogo con El Tribuno, el intendente Leopoldo Salva se explayó sobre este tema y el crecimiento poblacional registrado en los últimos años en la localidad.
¿Cuál es la problemática que tiene San Antonio de los Cobres respecto al agua potable?
Históricamente consumimos agua con arsénico en San Antonio de los Cobres y en gran parte de la región. Así lo hicimos muchas generaciones. Pero no queremos vivir siempre así, por ese motivo desde el municipio decidimos salir a buscar nuevas vertientes que nos posibiliten contar con agua pura.
Actualmente el pueblo se abastece de una vertiente natural llamada Agua de Castilla, ubicada a unos 8 kilómetros del sector urbano. Pero ya quedó chica frente al crecimiento de la demanda, por ese motivo sumamos una toma en el río San Antonio, que tiene caudal todo el año. Pero el problema es que, como todas las fuentes de agua de la zona, tiene arsénico.
¿Qué salida tienen frente al crecimiento de la demanda y de los niveles de arsénico de las fuentes que utilizan?
En esa búsqueda que mencionaba de nuevas fuentes de agua, tras una serie de estudios encontramos una vertiente en el Nevado de Acay, a unos 4.300 msnm. Todas las demás presentan altos niveles de arsénico y otros minerales. En cambio la del Acay es pura, es prácticamente un agua mineral de alta calidad. Desde esa vertiente natural baja el caudal por la Quebrada de Las Pircas, pero los análisis también nos han demostrado que en el recorrido se va contaminando y a la altura de la ruta, ya llega con arsénico, boro y otros minerales. Por ese motivo decidimos hacer un acueducto desde la toma hasta el pueblo. Son 25 kilómetros de cañerías. Es decir, que se trata de una obra de gran envergadura constituyéndose en uno de los acueductos más extensos de la provincia.
El Acay es un reservorio impresionante de agua, solo basta mencionar que allí nacen los ríos de La Poma, Toro y Capilla.
La construcción del acueducto tuvo algunas interrupciones y las demoras generaron reclamos...
La construcción del acueducto presenta varias dificultades, porque se extiende por los cerros, tiene que cruzar el camino, hay que colocar gran cantidad de válvulas, reductores de presión, etc. En síntesis, es complicado. Pero gracias a Dios hoy Aguas del Norte está trabajando a tiempo completo para terminar lo más pronto posible. Sin embargo, las demoras tuvieron otros motivos. La obra se licitó en 2015 y poco tiempo después la empresa adjudicataria comenzó a trabajar. A partir de allí se presentaron ciertos incumplimientos de ambos lados, respecto del pago de certificaciones y de avance de obras, según trascendió. Lo cierto es que este tipo de situación generó el primer corte o paralización de los trabajos. Esto siguió así, con idas y vueltas hasta que se rescindió el contrato, por parte de la Secretaría de Obras Públicas de la Provincia. Ahora está trabajando Aguas del Norte desde noviembre último y los trabajos avanzan a buen ritmo, para terminar lo antes posible. Confiamos y según anticipan desde la empresa, la obra estaría terminada en poco más de dos meses. Con esto resolveríamos una problemática histórica respecto del agua. Hace pocos días se conformó una comisión de vecinos, integrada por cuatro titulares y cuatro suplentes, que hacen un seguimiento de los avances.
A qué factores atribuye el notable crecimiento poblacional registrado en los últimos años
El Censo 2010 arrojaba como resultado 5.500 habitantes en San Antonio de los Cobres. Hoy calculamos que supera holgadamente los 8.000. Al crecimiento natural se sumó que mucha gente de los poblados del interior y hasta de Jujuy vinieron a instalarse en el pueblo, por los servicios y la calidad de vida que ofrece, la posibilidad de estudiar y de trabajar. Contamos con cuatro escuelas, dos colegios y un terciario. Las mineras siempre toman personal, etc. Pero junto al crecimiento poblacional también aumenta el pedido de terrenos, construcción de casas, etc. Es decir, las demandas en todos sentido también crecen.
¿Cómo repercutió la quita del Fondo Soja?
La quita del Fondo Soja nos perjudicó bastante. Teníamos obras en ejecución pensadas y proyectadas con estas partidas. Algunas tuvimos que suspenderlas. El Fondo nos permitía trabajar, por ejemplo, en la construcción de defensas de ríos, canales dentro del pueblo, entre otras obras. Fue un golpe duro.