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El capitán abandona el barco

Jueves, 24 de octubre de 2019 02:08

“El milagro era el martes por la noche frente a River, al River de Gallardo”. Ese mensaje no lo entendió Gustavo Alfaro y lo condenó al fracaso total.
Es que el triunfo millonario en el Monumental en el partido de ida por semifinales de la Copa Libertadores, sumado al mal juego que viene ejecutando el xeneize, ya lo había puesto al borde del abismo ante su archienemigo. Se dio la lógica y terminó eliminado frente a casi el mismo equipo que lo apabulló en la final de la copa en Madrid de 2018.
Y este martes, el “juego a lo Boca” no le dio el resultado soñado y volvió a poner a “la mitad más uno” bajo las botas de un “Muñeco” convertido en “Napoleón”.
Había que poner fin a una hegemonía, pero el mejor técnico argentino de la actualidad y tercero a nivel mundial detrás de Ernesto Valverde, del Barcelona y Jürgen Klopp, el alemán del Liverpool, volvió a demostrar por qué se quedó como técnico con todos los mano a mano que disputó con Boca. 
El Muñeco, que es lo peor que le podría haber pasado al xeneize, le ganó 4 series internacionales y 1 a nivel local.
Se quedó con la Sudamericana 2014, los octavos de final de la Copa Libertadores 2015, le arrebató en Madrid la final más larga de la historia al quedarse con la Libertadores 2019 y el martes por la noche lo eliminó en una de las semifinales de la misma copa en su edición 2019. 
A esto se sumó la Supercopa Argentina 2018. Pero ahora, como frutilla del postre Alfaro aseguró que a fin de año quiere terminar bien su mandato e irse a casa a recuperar su vida.
Sonó a renuncia anticipada. Sonó a abandono del barco. Sonó al silencio de un equipo que bajo su conducción deja más dudas que certezas.
Pero más sonó a fracaso, el mismo que cosechó su predecesor Barros Schelotto.

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“El milagro era el martes por la noche frente a River, al River de Gallardo”. Ese mensaje no lo entendió Gustavo Alfaro y lo condenó al fracaso total.
Es que el triunfo millonario en el Monumental en el partido de ida por semifinales de la Copa Libertadores, sumado al mal juego que viene ejecutando el xeneize, ya lo había puesto al borde del abismo ante su archienemigo. Se dio la lógica y terminó eliminado frente a casi el mismo equipo que lo apabulló en la final de la copa en Madrid de 2018.
Y este martes, el “juego a lo Boca” no le dio el resultado soñado y volvió a poner a “la mitad más uno” bajo las botas de un “Muñeco” convertido en “Napoleón”.
Había que poner fin a una hegemonía, pero el mejor técnico argentino de la actualidad y tercero a nivel mundial detrás de Ernesto Valverde, del Barcelona y Jürgen Klopp, el alemán del Liverpool, volvió a demostrar por qué se quedó como técnico con todos los mano a mano que disputó con Boca. 
El Muñeco, que es lo peor que le podría haber pasado al xeneize, le ganó 4 series internacionales y 1 a nivel local.
Se quedó con la Sudamericana 2014, los octavos de final de la Copa Libertadores 2015, le arrebató en Madrid la final más larga de la historia al quedarse con la Libertadores 2019 y el martes por la noche lo eliminó en una de las semifinales de la misma copa en su edición 2019. 
A esto se sumó la Supercopa Argentina 2018. Pero ahora, como frutilla del postre Alfaro aseguró que a fin de año quiere terminar bien su mandato e irse a casa a recuperar su vida.
Sonó a renuncia anticipada. Sonó a abandono del barco. Sonó al silencio de un equipo que bajo su conducción deja más dudas que certezas.
Pero más sonó a fracaso, el mismo que cosechó su predecesor Barros Schelotto.

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