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Las tres mentiras sobre la pobreza

Viernes, 22 de noviembre de 2019 00:00

"Gobernar" es el arte de algunos políticos para inventar "problemas", decirles a los ciudadanos que esos problemas son culpa de ellos y mantenerlos sin solución mientras les sacan dinero con los impuestos. Decía Nikita Kruschev que "Los políticos son iguales en todas partes. Prometen construir un puente incluso donde no hay río". Kruschev sabía de eso. Fue heredero de Jospih Stalin en la Rusia soviética antes de traicionarlo.

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"Gobernar" es el arte de algunos políticos para inventar "problemas", decirles a los ciudadanos que esos problemas son culpa de ellos y mantenerlos sin solución mientras les sacan dinero con los impuestos. Decía Nikita Kruschev que "Los políticos son iguales en todas partes. Prometen construir un puente incluso donde no hay río". Kruschev sabía de eso. Fue heredero de Jospih Stalin en la Rusia soviética antes de traicionarlo.

Lo que sorprende es el admirable manejo de masas que obtienen los gobiernos, aún entrado el siglo XXI, aplicando una sutil "psicología social". Harold Lasswell (sociólogo y pionero de la comunicación y manejo de masas) es creador de la teoría de "la aguja hipodérmica o bala mágica" en Técnicas de propaganda en la guerra mundial (1927), basada en "inyectar en la población una idea concreta con ayuda de los medios de comunicación y conseguir la adhesión de los individuos a su ideario político sin tener que recurrir a la violencia". Lo que más sorprende es que Lasswell advierte a los gobernantes que su teoría dará fruto siempre que la idea a inyectar sea falsa: "si los gobiernos quisieran solucionar los verdaderos problemas sociales fracasarían una y otra vez, porque los problemas verdaderos no se solucionan con política ni con políticos sino desde y con la familia".

Las dictaduras del siglo XXI no tienen nombre propio ni provienen de mandatos políticos, sino del manejo sociológico a través de la filosofía y la psicología.

Si quiere a sus hijos no se preocupe por dejarles dinero ni títulos: ocúpese que aprendan filosofía y evitará que sean esclavos.

Es curioso que los ciudadanos nunca reprochan al estado y sus gobiernos los fracasos. Reprochan a un hijo con facilidad, pero los gobernantes nos piden dinero para combatir la pobreza desde hace 200 años, y se los entregamos sin preguntar cuándo habrá resultados.

Esto tiene una explicación. El filósofo alemán Herbert Marcuse (no necesita presentación), en una de las obras maestras de la literatura política: "El hombre Unidimensional" (1964) explica cómo es posible inyectar en los votantes la sensación de que al ser ellos los soberanos son los responsables de los fracasos del gobierno que han votado y nada tienen que reprochar.

El ciudadano culposo es presa fácil de gobiernos populistas: "A los de bajos recursos mantenlos pobres y con necesidades; a los de altos recursos mantenlos culposos por los primeros. Con eso gobernarás eternamente" (decía el asesor de Tito Livio).

Si la lucha contra la pobreza en Argentina estuviese en manos de una empresa privada, hace ya mucho tiempo que todos los burócratas que ocupan cargos asignados para ese fin estarían buscando empleo y el pueblo estaría en las calles reclamando al Estado la inmediata quita de la concesión o licencia. Cada año los mismos que "gobiernan" luchando contra la pobreza se sorprenden por la cantidad de pobres. Dramáticamente gracioso o graciosamente dramático. Depende.

Si los números de la pobreza en Argentina fuesen ciertos, la cruda realidad descripta sería "dramáticamente graciosa".

Por el contrario, si no fuesen ciertos, esa cruda realidad sería algo "graciosamente dramático".

Tinelli

Para saberlo basta con revelar las tres grandes mentiras sobre la pobreza en Argentina.

La primera mentira es que los políticos, los "tinellis" y demás personajes que vemos a diario en los medios de comunicación anunciando la creación de planes, consejos, fundaciones y programas, tengan algún interés en luchar contra el hambre y la pobreza. Lo que en realidad sucede es que sus asesores de imagen les mostraron una encuesta que dice que el pueblo argentino está preocupado por la pobreza y les recomendaron mostrarse igualmente preocupados para no perder las próximas elecciones. Nada nuevo.

La segunda mentira es que en Argentina hay 14 millones de pobres. Tampoco son 10 millones, ni 5 ni 1 millón. No sabemos cuántos son. Saber cuántos barrios con gente de bajos recursos hay en cada municipio y cuántas familias viven en ellos no significa saber cuántos pobres hay.

Aunque sirve para lanzar el anuncio que miles de reporteros esperan cada semestre o cada año, y llenar las páginas de los diarios, las pantallas y los micrófonos hablando y analizando horas, días y meses sobre los pobres.

¿Y los pobres? ­Bien! Gracias por preguntar.

Cerrando la venta de un terreno para un cliente, el comprador me dijo que no podía documentar en ningún registro público la compra porque perdería los beneficios sociales de que gozaba hace años. Estaba por pagarle a mi cliente $350.000 por un terreno. Ese hombre está entre los pobres de las estadísticas oficiales. Millones de argentinos son "trabajadores no registrados" porque así se lo solicitan a sus empleadores para evitar que se les "caiga el subsidio". Algunos ganan poco y otros ganan mucho. Mucho más que Ud. por ejemplo.

El puntero político hace el listado de "pobres" en su casa y lo manda a sus jefes, quienes entran por algún agujero al Ministerio de Desarrollo Social, desde donde bajarán los fondos por el mismo circuito. Nadie sabe quiénes son los "pobres". No existen nombres sino cálculos globales y zonales. ¿Ahora entiende por qué ningún organismo se atreve a publicar el listado de pobres con nombre y apellido?.

Los pobres, en definitiva, son los parientes y amigos del puntero político. Los que menos tienen, en realidad no se enteran ni que existen planes o subsidios. No saben que existe el Estado y se las arreglan como pueden.

La foto de los héroes

La tercera mentira es que en Argentina hay programas gubernamentales, fundaciones o asociaciones que luchan contra la pobreza y que ellos nos salvarán de la pobreza. Los héroes que se juntan para la foto cada tanto o cuando sus asesores de imagen les dicen que el pueblo está inquieto, son meros instrumentos que cobran para hacerlo y viven de ello. Recientemente se publicó una foto con el "nuevo equipo" que "luchará" contra el hambre en Argentina. El 99% dice luchar contra el hambre hace 30 años. Y cobran por ello.

En realidad, los únicos héroes que luchan contra la pobreza son los ciudadanos que pagan los impuestos con los que se financian las ayudas.

Montesquieu dijo que "Un hombre es pobre no ya cuando carece de todo, sino cuando no trabaja". El populismo entiende muy bien esta frase. Y sabe que el día que genere empleos para quienes hoy no los tienen, perderá el manejo psico-social de las masas. Mientras tanto seguimos jugando a la democracia cada 2 o 4 años, el mejor modo de decirle a los ciudadanos: "si algo se hace mal, es culpa tuya".

 

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